MAY62. ¡CUIDADITO CON LOS DESEOS!, de Marga González Acinas
Siempre quise ser una princesa.
Mi padre decía: “eres la princesa de mi corazón” pero yo quería ser una princesa de verdad.
Tanto lo deseé que debí ablandar el corazón de algún duende juguetón y un buen día me desperté en una cama enorme. A partir de ahí todo fue enorme y yo empecé a sentirme insignificante.
Me esforcé de verdad tomé clases de protocolo, de idiomas, de dicción y de mil cosas pero no logré adaptarme.
Cuando llegaba a la sala del trono vestida con mis mejores galas, veía fruncir el ceño a la reina, mi madre, desconcertada por mi elección. Si me esforzaba en ser “maravillosa” en una recepción, el rey, me miraba fastidiado.
Un buen día me harté y confesé la verdad: que soy una impostora, que jamás tuve sangre real y que lo único que quiero volver a mi pueblo a abrazar a mi padre y volver a jugar con mis amigas, que echó de menos las albóndigas, el autobús del cole y la piscina municipal.
El rey me miró airado y llamó a mi tutor para darle instrucciones, desde entonces siempre tengo ganas de llorar y sólo sueño con volver a ser la que era.
Marga, al parecer los sueños ya no son lo que eran. Resulta que despues de hacer realidad uno de ellos sale rana.
Buen relato, agridulce, pero bello.
Suerte y un saludo.
El corsel de las princesas suele estrujar el alma y encintar el espiritu. Que el universo escupa sobre los tronos violentos y sexistas…
Este relato nos puede enseñar mucho, debemos apreciar lo que tenemos, quizá sea mucho más de lo que parece.
Me gustó mucho.
Saludos
Lo que demuestra una vez más que hay que tener cuidado con lo que deseamos.
Suerte!!!
Abrazos
Gracias chicos, efectivamente tenemos un pacto tácito con nuestras albondigas, nuestras gentes y nuestro entorno !ójala sepamos siempre valorar lo que tenemos! marga.