DIC77. MÁS ALLÁ DE LA NAVIDAD, de Héctor Hernández
Sería la última cena de navidad que celebrarían juntos. Luego de siete años de remar a contracorriente, los padres de Ana decidieron disolver su matrimonio. Las manías y ligerezas de su madre no lograron encontrar cabida en la personificación del orden que era su padre. Que si la señora no sabía combinar el labial con los zapatos, que si quedar a las seis para merendar significaba llegar a esa hora y no veinte o hasta cuarenta minutos después. Ana, estoica, lo soportaba todo desde su recámara, donde las historias que leía por horas con embeleso le permitían refugiarse de su realidad en la que una cucharada de azúcar de más en el café era motivo de reprensión y en donde rara vez su madre la tomaba en cuenta. Cenaron en silencio y al terminar Ana se excusó. Cuando acabo de leer las últimas páginas de aquella historia que comenzara la noche anterior, se sintió profundamente feliz. Del otro lado del libro que sostenía entre sus manos también había una niña como ella, con una historia similar. Antes del desenlace, aquella niña fue capaz de cambiar el punto y final por puntos suspensivos y una esperanzadora página en blanco.
Después de la hoja en blanco, podría celebrarse otra Navidad…
Hola María, sí, es una posibilidad.
Gracias por tu comentario.
Héctor
Precioso cuento, Héctor
Me alegra que te haya gustado, Carmen.
Un abrazo grande.
Héctor
Que bonito, Héctor, me ha gustado mucho. Una historia triste pero con puntitos de esperanza… Feliz Navidad y un abrazo peninsular.
Qué bueno que te ha gustado, Eva. Siempre hay que mantener esperanza, de alguna forma. Yo te envío otro abrazo angelino hasta allá, hasta donde te encuentres.
Feliz Navidad para ti también.
Héctor
Héctor, tenemos las riendas de nuestra vida. Bonito relato. Abrazos.
Ciertamente, Salvador.
Gracias por tu comentario y un abrazo para ti también.
Héctor
Gracias por tu comentario, Ana. Creo que todos podemos en menor o mayor medida escribir los nuestros.
Un abrazo y felices fiestas.
Héctor
Esos puntos suspensivos, son los puntos de la esperanza que siempre queda aunque sea escondida en las páginas de un libro.
Me ha gustado.
Un abrazo.
Al menos en esta historia los hay. Ojalá y así fuera con todas.
Un abrazo para ti también, Belén.
Héctor
Bienvenida sea página en blanco,suerte con tu relato, Héctor
Gracias por tu comentario, Rocehoremor.
Héctor
Los puntos suspensivos siempre son una puerta abierta, una historia por contar, un SÍGUEME, cuántas cosas estarán escondidas en esos puntos suspensivos que la niña dejó en ese papel en blanco!
Saludos
Rosa
Suerte!!
¿Una nueva y feliz historia?
Saludos y gracias por tu comentario, Rosa.
Héctor