65. Bruma aislante
Asesinos,ladrones,caníbales, barcos con centenares de cañones a cada banda, volcanes furiosos, crueles abismos y demás peligros acechaban tras las paredes de su hogar, o eso era lo que le había contado su anciana madre todos los días antes de que muriese de un derrame cerebral, eso sí, causado por su longevidad, de todas formas decidió creerla y seguir su ejemplo. Amuralló todas las paredes de la choza donde vivía y su miedo crecía día a día, de tal forma que ya no era sólo al desconocido exterior sino al interior también, lo que provocó que poco a poco se deshiciese de sus escasas pertenencias, olvidando una. Pasaron los años encerrado en aquella pequeña choza, pero, eso sí, con todo tipo de confor, y su miedo se multiplicó con ellos, sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, sus oídos al silencio y su alma a la soledad. Un día se acordó de su última pertenencia, un cuchillo de hojalata con pequeñas gemas incrustadas que antaño perteneció a su madre y antes de esta a su abuelo, lo desenterró del suelo donde estaba olvidado y se lo clavó en el pecho.
Entre tantos miedos olvidó lo importante, el miedo a sí mismo.
Un enfoque muy distinto a todos los leídos y original desenlace, se puede huir de todo, pero no de uno mismo.
Me ha gustado mucho.
Un saludo.
Mucha gracias por el comentario Asución Buendía, me hace mucha ilusión ya que es el primer micro que escribo.
Mucha gracias por el comentario Asución Buendía, me hace mucha ilusión ya que es el primer micro que escribo.
Has hablado muy bien del miedo, y de cómo puede llegar a aislarte. ¿Dices que es el primero que escribes?… pues solo puedo decirte que enhorabuena, que me ha encantado leerlo y que espero los próximos. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias, espero seguir escribiendo cada día mejor
Muy bien empiezas tu andadura, además entre cañones.
Felicidades.
Gracias! Es un buen tema para empezar