95. EL JUEGO (Yolanda Nava)
El señor del castillo gusta de cacerías, comilonas, juergas y otros vicios que le conducen a cielos tan salpicados de fuegos que parecen infiernos. En sus años de tierno infante gustaba de corretear por los jardines buscando lagartijas a las que cortar la cola, espinas a las que despojar de sus rosas y niñas de rubios tirabuzones a las que perseguir.
El tiempo pasa y nuestro excelso personaje se halla sumido en el peor de los males: el aburrimiento.
Las orgías ya no le satisfacen como antes, sus amantes han perdido destreza y la comida ya no cae bien en su estragado estómago. Ha dado dos palmadas y su bufón ha acudido presto. Le pide que le hable del juego nuevo que han traído los extranjeros.
Después hace llamar a sus cocineros, a las pérfidas incapaces de procurarle ningún goce y al joven escudero de ojos color miel y piel de seda, tan inútil como ellas; toma el arma, coloca una sola bala en el tambor haciéndolo girar y les ordena que lo coloquen sobre sus frentes por turnos y vayan disparando, el cañonazo no tarda en escucharse, haciéndole sentir por fin, la excitante sacudida de la adrenalina.
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Yolanda, que bien retratas al personaje y su entorno. Suerte y saludos
Buen relato. Lo que hace la falta de imaginación.
Tu relato refleja muy bien a un personaje que considera que el resto del mundo se creó para satisfacer sus deseos y cada vez necesita más para contentar su sadismo, como supongo que pasa con todas las adicciones. Me ha gustado mucho lo de «cielos tan salpicados de fuegos que parecen infiernos». Besazos y suerte, Yolanda.
Hola, Yolanda.
Dibujas a un personaje caprichoso, aburrido, y lo haces fenomenal.
Mucha suerte.
Besos.
Gracias!
Cuando tanto se tiene y pronto, llega la monotonía y aburrimiento.
El buscar nuevas formas de excitación o entretenimiento suele ser peligroso, con en tu «Juego». Has descrito de manera perfecta la sensación de hastío y una ruleta rusa cuyo sonido ha retumbado en mis oídos.
Un beso guapa.