MAY28. DE HÉROE A VILLANO, de Mariano Álvaro
La primera vez que entré con ella en casa dormitaba en mis brazos; la llevé hasta su nueva habitación y la deposité lentamente en su cunita. Habíamos preparado para ella un lugar especial, de cuento de hadas, donde no faltaba el castillo (las paredes de nuestro hogar), ni el dragón protector (nuestro perro Totó), ni los reyes (mi mujer y yo), ni sus juguetes y vestidos de princesa.
Fueron años felices en los que nuestra pequeña crecía sana y feliz. Sin embargo, algo estaba a punto de ocurrir.
Nuestra princesa empezó el instituto y ya no quería ser princesa; ni nuestra. El odio y resentimiento se alojaron en su corazón, sin causa justificada. Cambió sus preciosos vestidos y sus zapatitos de charol por ropa botas militares; se hizo un piercing en la lengua, otro en la nariz, otro en la ceja y no sé cuántos más en las orejas. Cortó su larga melena y convirtió su hermoso cabello en una especie de cresta.
Ya no reconocía a mi princesa. A nuestra princesa. ¿Qué le había ocurrido?
Un día me enteré de que el príncipe había dejado de ser el héroe para convertirse en el villano.
tal vez los padres deberían aceptar que los tiempos cambian y amar sin condiciones ¿no? Las princesas siguen siendo princesas de ese modo. Y los yernos dejan de ser villanos!
Saludos!
A casi todos los padres nos parece perder a nuestras princesas y príncipes en esa etapa difícil de la adolescencia, pero quizá no es eso, sino que ellos han encontrado su camino.
Bonito relato de esa sensación de pérdida de nuestros hijos.
Saludos.
Mariano,
Qué bonito relato, qué bien has explicado ese salto de la adolescencia, ese cambio en la vida.
Saludos, Blanca
Buenas tardes a las tres. Ante todo muchas gracias por comentar mi relato.
Es precisamente ese el fin del texto, mostrar cómo los padres creen que sus hijas dejan de ser sus princesas simplemente porque escojan su propio rumbo culpando, en muchas ocasiones a los demás, sin darse cuenta de que, sencillamente, se hicieron mayores y el reino que habían creado para ellas se les quedó pequeño.
Muy visual el cambio de valores de la adolescencia que haces en tu relato Mariano. ¡Suerte!
Muchas gracias por tu comentario, Belén.
Me ha gustado y me ha hecho sonreir, porque tengo una hija adolescente y me he sentido identificada en algunas cosillas. Suerte. Nuria
Gracias, Nuria. Me alegro de que te haya gustado el relato. Un saludo.