MAY27. UN PEQUEÑO GESTO, de Magdalena Carrillo Puig
Se calzó unos zapatos de princesa, de brillante lamé, y salió a la calle. Con ellos se sentía capaz de cualquier cosa, hasta de pegar una patada al pesimismo y desesperanza para enfrentarse con fuerza al mundo. Su ilusión no tenía límites. Dejó atrás su memoria, hinchó su caja torácica y sonrió al mirarse las extremidades inferiores. Ahora era una heroína de cuento.
Magdalena es verdad que unos simples zapatos pueden obrar milagros, y en el caso de tu relato no son simples, son dignos de princesa, luego…
Me gustó mucho.
Saludos.
GRACIAS,ASUN!!
Muy bonito, Malén!!
Pues yo aplaudo esa patada contundente y certera.
Buen relato.
Abrazo fuerte.
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Muy tierno y valiente. Me gusta. Un beso.
Tierno y divertido. Suerte.