MAY23. AMOR SIN CUENTO, de Begoña Heredia
Jamás pregunté su nombre. Yo la llamaba Princesa. Ella me contó que venía de lejos. De un lugar donde los cuentos tienen final feliz con el beso de un príncipe Compartíamos hueco bajo las farolas, las papeleras y contenedores. Tenía las manos rígidas, la voz cascada y el andar cimbreado. Los ojos dulces y la boca serena. Le gustaba peinar mi pelo, mientras veíamos caer la tarde. Me envolvía las sobras del restaurante de enfrente en hojas de revista. Las ropas abandonadas, las lavaba en la fuente y luego las secaba al sol del mediodía y bien dobladas las colocaba en mi carrito. Mirábamos juntos la televisión cuando las tiendas cerraban, y ella lloraba pegada a los cristales con las películas de amor. Iba pedirle que se casara conmigo, con la argolla de una lata de cerveza. Esta mañana, he sentido su cuerpo frío, y como sus príncipes la he besado. Ella nunca me dijo, que entre cartones no hay final feliz para los cuentos.
Hola, desaparecida.
Tu cuento es brisa de ternura, alarde de humanidad, y, acaso, evocación de futuro.
Muy bueno, muy bueno. Me ha gustado. Hoy ladraré menos.
Gracias paisano ( doble) . Me alegro de conseguir que hoy ladres menos, seguro, que » tu mujer» jejeje, me lo agradecerá
Precioso tu cuento, Begoña, que de alguna manera refleja la actualidad para algunos… «entre cartones no hay final feliz».
Me alegro volver a verte por aquí.
Un abrazo.
Gracias Ginette, me encanta reencontrarme contigo, y de que te haya parecido precioso.
Qué bueno, Begoña. Está lleno de ternura, amor y desesperanza a la vez.
Gracias Paloma.Si, quizá sea un cuento sin esperanza, pero a veces mirar hacia el lado oscuro, permite ver el lado claro.
Tu relato no es un cuento… esa triste realidad la viven demasiada gente. Aunque enamorarse así en esas circunstancias tan adversas, sí que es hermoso, casi como de cuento.
Me gustó mucho.
Un abrazo
Pues si, Rosy, es una triste realidad. Con respecto a enamorarse en estas situaciones, quizá los corazones se unen muchas mas veces en circuntancias en las que se necesita mucha complicidad y apoyo, como en estas, y no es raro ver parejas que se unen ahi, entre cartones.Gracias por tu comentario
Begoña, el amor surge y lo aligera todo; incluso la intemperie. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Pienso lo mismo que tu, se dice que las penas comnpartidas con otra persona, si se quiere , se dividen en dos.
El mundo de los olvidados, cruel realidad muy bien contada.
Suerte y saludos
Buena definición,» el mundo de los olvidados» y que por desgracia cada día crece mas. Gracias a ti tambien Elena.
Qué triste Begoña, pero qué bonito, aunque no tenga final feliz, los finales en la vida real son como tocan. Y aunque tu relato no sea real, roza mucho la realidad que estamos viviendo.
Mucha suerte.
Muchas grcias tambien a ti Yashira. Triste si, pero tiene un punto bello, o eso creo yo, y ya se ha comentado, dos personas, en mitad de un adversidad, que son capaces de amar y de hacer cosas como si situación fuera buena, pero claro , no todo en la vidad tiene un final feliz. De vez encuando , un cuento con final desde el lado oscuro, puede hacerte ver los lados claros.
Muy duro pero no por eso menos bello. Me gustó, sí señor.Solo una nota, tal vez le falte un punto en línea cuatro después de príncipe.
Suerte y un saludo
Félix Valiente
Gracias Félix, que te resulte bello el relato es un gran alago para mi. Y si efectivamente me he dado cuenta de ese punto inexistente y de otro pequeño fallo más, que no voy a decir. Que siempre soy yo misma la que publico a viva voz mis fallos, jajaja.
Un abrazo
Romanticismo entre los cartones, entre la miseria. Escenariio poco idóneo para algunos temas como los cuentos de princesas, pero por eso mismo gana intensidad y dramatismo. Lo más lamentable del tema es que nos resulte verosímil. Que tanta necesidad y miseria sea cada vez más «normal» en nuestro mundo real.
Un beso, Begoña. Me ha gustado tu princesa, su dignidad, ese aire de distinción, de llevar los malos tiempos, esos que no terminan como los cuentos!!
Como siempre Amparo tus comentarios a mis relatos son lo que más se acercan a la interpretación del mismo. ¿ Por qué será? Por cierto he tomado prestada tu ilustración para publicar el cuento en mi blog, por supuesto diciendo que es tuya, es que no habia ilustración mejor que pudiera acompañar al relato.
Un abrazo.
me gusta como está narrado, es el relato de la resignación. Son personajes son muy tiernos, tal vez por indefensos. Saludos!
Gracias Miquita, que te parezca bien narrado, aparte de que llegue a quien lo lee, es lo que mas buscamos los que escribimos ¿ Verdad?
Saludos
Del relato me quedo, aparte de la mirada hacia el lado menos amable de la sociedad, con las atmósferas, la prosa de fondo poético que utilizas y el final que cierra con belleza un relato sensible en el mejor de los sentidos.
Felicidades por todo eso y suerte.
Eso sí, los «alagos», son malos bichos que revolotean por ahí sin «halas» 🙂
Pues si tienes razón y que conste que en un principio no se de que hablabas, pero ya me he dado cuenta de la patada ortografica en un comentario. Aún asi, me gusta que te quedes con esas impresiones del relato.
Abrazos
Triste relato, aunque muy bien narrado, poetico.
Saludos, Blanca
Gracias Blanca, me gusta que creas que está bien narrad
Abrazos
Me ha encantado tu historia tan bien contada. Es curioso porque yo tenía en mente una de corte similar aunque seguramente peor contada, mucha suerte. Nuria.
Lo de peor contada no se sabrá si no la escribas, y en serio, ¿ Por qué iba a ser peor tu forma de contarla? En todo caso sería diferente.
Abrazos
Estupendísimo relato, que toca directamente el corazón. Un ejemplo de humanidad dentro de una cuel realidad. Enhorabuena y suerte. Saludos
Cruel y poética realidad. Un amezcla difícil de ocnseguir.
Enhorabuena. Me ha gustado mucho.
Carmen calafat
Muy duro, muy tierno, Begoña. Cuántas escenas callejeras tan bien elegidas para un cuento que por supuesto no podía tener final feliz.
Un abrazo.
Ya sabes, no me gusta sólo que un realto sera triste, tiene que dejar algo para la ternura. Al menos a mis protas, algo les salío, bien disfrutaron estando juntos.
Un beso Susana
¡Cuánta ternura en unas poquitas letras!
Felicidades… y mucha suerte, Begoña.
Saludos.
Amor, muerte, pobreza, felicidad, dolor – hay aquí todos los ingredientes para un buen relato. Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Begoña… triste pero hermoso cuento!!!
Tiene un ritmo muy ágil, te engancha enseguida la historia, la caracterización de los personajes con su pequeñas acciones… les tomas cariño enseguida!!!
Pensaba que al morir ella y besarle él ibas a mencionar que «no pudo despertarla»… como a la bella durmiente, je, je…
Me ha gustado muuuucho, Begoña!!!
Enhorabuena, suerte y te mando un fuerte abrazo
Marta
Cuanto tiempo sin leerte, me ha gustado mucho tanto la historia de anti-princesa, como el ritmo sosegado que tiene impregnado de melancolía, ya que el uso del pasado desde el principio presagia desenlace triste. Rezuma ternura, humanidad, en fin un gustazo de lectura.
Si cierto Mel, tiempo ha. Si está claro que desde el principio sabes que el desenlace no sera con «y fueron felices y comieron perdices» , yo que soy amiga de los finales con sorpresa en esta ocasión , no quería utilizarlo no , para darle un giro a relato, yu me encanta que tu lo comentes.
Besos
todos han dicho lo que se podía decir y alabar…
pero quiero añadirme a todos los que se emocionaron como yo delante tanta ternura y atenciones reciprocas…
…¡al punto de envidiarles!… (me da igual que les parezca demás…)
soy muy consciente de que para muchos esta miseria es «real», y terriblemente «duro»…
pero de verdad envidio esta serenidad que destila el relato y la relación de esta pareja…
Kistila viniendo de ti el comentario, es aún mejor recibido, sinceramente, muy probablemente lo único que a mi me mueve, o lo único que debería mover siempre es la emoción, es la única prueba de que aún seguimos vivos, por muy duras que se pongan las cosas.
Gracias Kistila
Buen relato que parte de un título que ni sobrepasa ni interfiere en las espectativas del lector, un título bien medido, muy acorde con el texto.
Me encantan algunas frases, como la del «andar cimbreado».
Ten cuidado, eso sí, Begoña, con algunas rimas internas que fastidian un poco la lectura (frente y en frente, o bien un uso excesivo de -abas (lavaba, lloraba, colocaba, cerraban), habría q introducir algunos -ías, u otras formas verbales, para evitar la repetición de sonoridades.
Respecto al tema, te diría dos cosas: por un lado, me encanta la manera en que cuentas la historia, el sentimiento y vitalidad que tiene; pero, por otro, me parece un tanto manido, historia de vagabundos, finales infelices y anillos con una arilla de lata de cerveza.
El relato funciona, indudablemente, pq tienes un gran talento narrativo, pero yo quizás le buscaría alguna vuelta de tuerca que lo apartase del tópico esperado…
Un abrazo y suerte.
NACHO RUBIO
Me había saltado tu comentario. Y ahora que lo he leído, veo, varias cosas que me cuentas, y tienes razón,demasiados -abas, que se podían haber sustituido por otra conjugación o por -ías. si señor.
Es algo para tener muy en cuenta.Gracias Nacho
Me gusta el relato, triste y poético. El nombre excelente.
Abrazos. María Rojas
Te veo en la recepción en el Palacio de Fin de Mes. Sencillamente me ha encantado. No te contratará la Disney.
Ya eso lo sé, Ximens, jajaaj, mi princesa no es para ello.