ABR152. NOBLEZA, de Belén Molina Moreno
El hidalgo caballero Juan de Garay huía de las airadas tribus tucumanas, asediadas por sus huestes y las de Núñez de Prado durante largos meses. Respiraciones furiosas mezcladas con cantos de guerra le perseguían y le cegaban el entendimiento y la visión. Su pie tropezó con el vacío encerrado en el hueco de una roca. La piedra le dio un primer beso convulso, como un silbido. Su cuerpo se fundió con la dureza del fondo y su cabeza quedó envuelta en una explosión de luz.
El atleta caballero Juan Fernández corre un cross bajo el sol cegador del mes de julio. Sofocado pero manteniendo un buen ritmo, alcanza a su mejor contrincante que corre sin rumbo, perdido. Tropieza con su honor, la luz del sol explota en sus ojos, hablan y le cede su norte y su victoria.
Dos párrafos maratonianos, un relato agotador: fundirse, huir,tropezr…
Un mciro muy dinámico.
Y antes de pero, siempre, una coma.
Un abrazo.