79. No-monstruo
Su mujer no estaba bien, eso lo veía con claridad. Pero los hijos seguían llegando en un torrente sin fin. Él acompañaba al amanecer de cada día, para buscarse la vida recogiendo el caucho en las plantaciones. Y cada atardecer la luz selvática le devolvía a sus niños desatendidos, a veces desaparecidos, mugrientos, con hambre. Fue entonces cuando llegó al poblado una periodista muy joven, con ese brillo en los ojos de quien aún cree en la vida y te deja ver a su través. Paulo acababa de nacer. Se lo dejaba relimpio en su hamaca al atardecer. Ella lo devolvía con su sonrisa transparente. Se lo colocaba en su regazo cuando desayunaba a la puerta de la cabaña, para que su aroma dulce impregnara sus instintos de hembra protectora. De nuevo ella volvía con el bebé y su sonrisa. Desesperado y en el intento último llegó corriendo al pequeño muelle justo antes de que zarpara su embarcación. Ella le miró con sus ojos brillantes, esta vez también húmedos.
El monstruo que descubro en este relato es el de la pobreza. Entiendo que el padre en el muelle quería regalar el hijo a la periodista. Es un microrrelato que cuenta la historia de lo duro que es vivir ¿en la selva? ¡Suerte!
Saludos.
Si, Beto, has interpretado bien. El título no-monstruo hace referencia a que en determinadas situaciones, acciones como regalar un hijo pueden no solo no ser monstruosas, sino incluso actos de generosidad. La historia ocurre en la selva, si, en Brasil. Está basada en una historia real
Gracias por comentar
Tremendamente triste, que un padre se vea avocado a entregar a uno de sus hijos por falta de unos pocos medios que le permitan cuidar de él. Situaciones como la que relatas no deberían ocurrir jamás, pero por desgracia presiento que están a la orden del día en cualquier parte de este mundo injusto.
Muy bien relatado. Suerte.
Ton.
Gracias por comentar Ton!
Reyes, duro relato, como lo es también ver que tus hijos no tienen futuro. Ante tal perspectiva, un acto en sí monstruoso, «entregar a un hijo», puede convertirse en un acto de valentía y amor. Abrazos.
Gracias por tu comentario Salvador, y por desgranar mi relato viendo lo esencial. Triste pensar que esto sigue ocurriendo en muchos lugares del mundo. abrazos tambien para ti
Me ha gustado mucho la manera como dices sin decir. La historia te llega y las imágenes te vienen solas a la cabeza con la redacción. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂
Gracias Juan Antonio!! pensaba que hay historias tan duras que es mejor que se vayan contando un poco solas, sin ser tan explícito…
Un abrazo
Reyes, cuentas con las palabras adecuadas esta horrible realidad. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Hay historias reales que se te clavan dentro. No es que sean menos dolorosas al escribirlas, pero al menos las compartes…
Un abrazo
Emocionante. Una palabra grande para un buen relato. Mucha suerte.
Besísimos.