89. COMPAÑERO FIEL
Desde hace algún tiempo, lo ve parado, al otro lado de la ventana de su despacho, a un metro del cristal, con una mirada inexpresiva y, sin embargo, angustiosa, suplicante. Es su nuevo monstruo. El que lleva desde hace semanas rondándole, acechándole, presencia inoportuna e invisible para los demás, para su mujer y su hijo, sobre todo. Piensa en ellos. Son su vida y hará lo que esté en su mano para protegerlos. Sabe desde lo profundo por qué está ahí. Pero no se atreve a comentarlo con nadie y, además, aún puede controlarlo. Cuando se acerca, como ahora, al cristal transparente, casi se tocan con la cara y se miran desafiantes, hasta que el monstruo dobla la esquina del edificio y desaparece.
Recuerda las otras veces.
Luego, una mañana, al llegar a la oficina, no está al otro lado, pero siente y piensa distinto. Acaba temprano su jornada, y al abrir la puerta de su casa se dirige a la cocina y agarra el cuchillo más grande.
Telita la que corta el protagonista de tu historia, llevada con arte hasta el final.
Gracias, Esther. Lo escribí pensando en esa frase tópica ya de que todos llevamos a un monstruo dentro. Un pelín excesivo me salió.
A veces, el único monstruo que nos acecha se encuentra en nuestro interior. Y con tu relato queda patente.
Me gustó. Enhorabuena.
Ton
Gracias, Ton. Muy cierto. Y alimentarlos para escribir es ardua tarea. Un saludo.
MIGUEL, vaya descripcion del tipo, como se las gasta. Suerte y saludos
Inquietante el personaje. Me gusta esa manera de utilizar el reflejo y sobre todo como lo cierras. Mucha suerte 🙂