ABR137. UN POCO DE REALIDAD, de Mª Carmen Gómez Caro
-No se por qué te fuiste…-le reprochó Dulce antes de beber a gollete un trago de cerveza.
Sentada allí en el banco del parque, con su camiseta verde fosforito y las pestañas llenas de pegotes negros, no le pareció la misma Dulce de la que se había enamorado un día.
-Tenía que irme-dijo el chico- Tenía que hacer algo…El mundo está lleno de injusticias, y ya sabes que yo no puedo quedarme mirando sin hacer nada.
-Ya -ella apuró el cigarrillo- Por eso te fuiste por ahí con tu colega ese de las greñas, para acabar con las injusticias…Tú te has creído que yo me chupo el dedo.
El chico intentó explicarse:
-Que no, Dulce, que todo es cierto. Estuvimos luchando en Bruselas para que las compañías enérgéticas no sembraran de molinos nuestras costas.
Dulce soltó una risotada.
-Mira que eres tonto. Todo el mundo sabe que no son molinos, son gigantes.
¡¡fabuloso!!
de todos los relatos él que mas me gusto…
¡el final lo más!…
contrariamente a muchos de los relatos hay aquí una esperanza: ¡todavía existen gentes que creen en la justicia y que están decidido en luchar por ella!
Muchas gracias, Kistila. ¡Claro que hay esperanza!. Afortunadamente el mundo sigue lleno de quijotes y tienen cuerda para rato. Un beso.
Excelente diálogo, de mi gusto. Muy visual, insertando frases coloquiales con otras profundas, con estilo, un gran acierto. El final, vibrante, viniendo como viene de la escéptica.
Un abrazo.
Susana, me encanta que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario. El final muestra que la excéptica, la «pegada a la realidad» quizás no ve la realidad. Un abrazo.
Hola,
Qué buena historia del Quijote intercambiando personajes y en moderno…
Me ha gustado esa idea.
Saludos, Blanca
Hola, Blanca. Gracias por tu comentario. La cuestión es :¿Quién está cuerdo y quién loco?, ¿el que ve molinos o el que ve gigantes?. Después de todo Don Quijote quizás estuviera más cerca de la realidad que los demás. La mayoría sólo vemos lo que nos han enseñado a ver. Un abrazo
Ana,muchas gracias por pasarte por aquí y por tus comentarios, siempre cariñosos y originales. Me alegro de que te hayas divertido con el relato. Un beso.
Ana, Don Quijote veía claramente los gigantes detrás de la apariencia de molinos. Hoy la gente también comienza a verlos. Seguro que si hoy estuviera entre nosotros estaría derribando barreras (o intentándolo) y no faltaría quien lo criminalizara o lo quisiera hacer pasar por loco o por ignorante. ¡En fin, que los molinos no nos impidan ver los gigantes!. Besos.
Muy bueno ese final, que nos hace preguntarnos si al fin y al cabo no vemos sólo lo que estamos programados para ver. Suerte.