55. Luna azul (Yashira)
Lola, montada en bicicleta, disfrutaba cada día la aventura de recorrer decenas de kilómetros hasta el mar, ese mar en el que su amado navegaba y desde cuya orilla veía mecerse las olas mientras le esperaba.
El 31 de julio la muchacha admiraba desde la playa la segunda luna del mes y, cautivada por esa redondez, no se percató de su inmovilidad hasta que sintió dolor al respirar, trató de gritar, agitarse, ningún movimiento le era posible. En ese instante otro acontecimiento marcó la vida de la aldea: Escasamente a un kilómetro de la costa naufragó La Berta, pequeña embarcación en la que pescaba Miguel todos los días hasta el amanecer.
Los aldeanos ajenos a la desgracia creyeron ver al astro sonreír.
En la dorada arena una escultura de autor desconocido quedó para siempre oteando el horizonte. El cuerpo de Miguel nunca apareció y corre el rumor de que, aproximadamente cada tres años, del rostro de la estatua brotan lágrimas y si te fijas bien, en la faz de la luna puede verse la figura de un marinero faenando entre blanca espuma.
Hermosa tragedia con aires de leyenda. La Luna, tan atractiva y perversa…
Esa luna que te atrapa en este caso llega a ser literal. Gracias por comentar Edita.
Hubiese jurado que la Luna se había aliado con ellos y sonreía porque habían pasado a otro plano del universo juntos pero esa estatua lacrimosa no encaja entonces. Bueno Yashira, buena suerte y buen verano.
No Mercedes, no se alía con ellos, más bien los separa en la eternidad. Gracias.
Si no fuera porque tu protagonista se llama Lola hubiera pensado que se trataba de la canción de Mecano «Ana y Miguel» (Naturaleza muerta)
Lo has descrito bonito, aunque coincido con Mercedes esas lágrima…
Un saludo y mucha suerte.
Jo Virtudes no recordaba la canción, lo cierto es que cada personaje tiene su razón de ser, surgió de una conversación que me resultó sugerente y de una foto de la bella Lola con la luna de fondo, Miguel es real y es pescador, curioso… Quizás en mi inconsciente también influyó esa canción, la mente juega a su propio juego. Las lágrimas surgen en cada luna azul, momento de la separación definitiva. Gracias por tu comentario porque me ha mostrado que podía haber otras posibilidades.
Para eso eres mi amiga invisible, Virtudes jajaja. Aprovecho este espacio de Yashira para desearte a ti también feliz verano.
Que bonito que una página en la red nos una de esta manera.
Gracias a Esta Noche te Cuento a ti Mercedes y a amigas o amigos que no nos conocemos pero compartimos esta locura tan bonita de escribir.
Yo también os deseo feliz verano. Besos
Feliz verano también para vosotras, ya que ha surgido aprovecho este espacio para estenderlo a todos los demás. Feliz verano para todos y sigamos disfrutando de las bicicletas.
Maribel, cuentas tu relato con delicadeza y palabras escogidas. Suerte y saludos
Gracias Calamanda.
¡Muy bonita la historia Yashira y muy bien contada!
Coincido con Virtudes en el recuerdo de la canción de Mecano, y además cuando pienso en una estatua llorando me viene a la memoria otra canción, esta vez de Ana Belén, «A la sombra de un león», es cierto que la historia es diferente, habla de un enfermo enamorado de la estatua, pero lo de humanizar objetos inanimados es muy poético.
Espero que nos veamos pronto los entecianos cartageneros.
¡Suerte y saludos!
Gracias Ana, me alegra que te guste. Feliz día de tu santo ;).
Un abrazo Cari, seguro que pronto nos reencontramos. Gracias.
Precioso relato que sabe a leyenda. El influjo de la luna en el mar trae bellas historias salinas esculpidas en arena, como la que tú has escrito.
Suerte y un beso Yashira.
Gracias Mª Belén, aunque sea triste, la historia es bella cierto. Abrazos.
Hola, Yashi.
A modo de leyenda (así me lo parece) nos haces adentrarnos en la historia.
Te ha quedado un micro lindísimo.
Besotes.
Sí, Towanda, esa es la idea, plantear la historia como una leyenda que para siempre se contará en la aldea. Muchas gracias.
Miraré con atención cada luna, Yashira, a ver qué rostro veo…
Hermoso texto.
Suerte y un abrazo.
Ya tenemos ahí nuestra preciosa Luna azul, siempre crea esa sensación mágica, al menos a mí me lo parece, mirar la luna es una hermosa costumbre y nos ayuda a soñar. Gracias Cristina por tu comentario y deseos.
Con tanto que te han dicho ya no queda nada, me encanto esta historia tan triste y romántica, la he comentado en tu blog.
Un abrazo amiga y mucha suerte.
Un placer Luis Alberto, siempre atento en los comentarios. Muchas gracias por comentar también en el blog. Besos.
Vaya, Yashira!
Menuda historia nos planteas en tan pocas palabras!!!
El influjo de la luna es innegable, verdad? Y su magia insuperable.
Me ha gustado esa atmósfera tan sutil y misteriosa…
Un abrazo
Marta
Gracias Marta, esa era la idea, el mágico influjo de la luna que puede llevar nuestra imaginación a cualquier lado.
Abrazos también para ti.
Tras una primera lectura me da la impresión de que has introducido demasiados elementos para un texto tan corto. En segunda lectura creo descubrir que la chica se transformo en estatua. Creo que necesita trabajo, por ejemplo, ¿por qué cada tres años?
Puede que tengas razón Javier y haya demasiados elementos y falta de trabajo, para mí es un nunca acabar, si no me decido en algún momento no presentaría ningún relato con las vueltas que le doy, pero vamos que creo queda bastante clara la idea aunque alguna cosa no entiendas como lo de los tres años, si buscas información verás que es cada tres años cuando sucede una luna azul, en el relato solo lo dejo caer porque es algo que cada cual averigua o no, depende del interés que tengas en ello. Gracias por tu comentario del que siempre aprendo algo.
Preciosa historia, donde emociona esa especie de leyenda sobre la Luna, Lola y Miguel.
Suerte
Me agrada que te guste Blanca, una historia transformada en leyenda, ya para siempre marcará la vida de ese pueblo.
Gracias y suerte también para tu historia.
Ese mar que se cobra su tributo y esa luna por encima de todo y de todos y que todo lo observa. Triste y hermosa historia con aires de leyenda.
Suerte, un saludo y feliz verano
Un relato de fantasía enternecedor. Yo veo, o me apetece ver, en ella lagrimas de alegría porque de alguna manera están unidos para siempre. El amor eterno.
Abrazos
Me han venido a la cabeza dos canciones: Hijo de la Luna de Mecano y El Muelle de San Blas de Maná con tu historia. Pero en ninguna aparecen bicicletas, creo.
Cuando aparece la Luna en los relatos, la historia parece que se eleva a categoría de leyenda de esas que pasan de generación en generación. Eso me ha ocurrido con tu historia. Que tal vez daría para un cuento más largo.
Mucha suerte.
La sonrisa de la luna nos hace adivinar una luna cruel y celosa de ese amor tan resplandeciente como ella. Preciosa leyenda, Yashira. Abrazos y feliz verano.