BOY14. REFLEXIONES BAJO EL INSOMNIO, de Blanca Oteiza
Cada noche cuando Grillo ya dormía, al igual que Gepetto, Pinocho solía pensar. Se preguntaba bajo la luz tenue de las estrellas que entraba por la ventana iluminando la estancia por qué tenía que ser de madera de pino. A él le hubiera gustado ser de roble, aunque pensándolo mejor su nombre hubiera sido Roblecho; no, sonaba mejor el suyo. Podría haber sido de vengué, así sería más morenito, o quizás de haya, entonces parecería estar muy pálido. Y si hubiese sido de caoba, ¿sería pelirrojo? Y así, cada noche, divagaba en pensamientos hasta que el sueño le vencía.
Me encanta que te hayas parado a divagar sobre la madera de la que salió el muñeco. Un relato muy estático, de mi gusto.
Un abrazo.
Este para mi votación, si es que puedo votar, entre otros, claro.
Me apunto, voto por roblecho.
muy ingenioso y inesperado estas reflexiones sobre el nombre y la madera
Qué original y qué bonito. Enhorabuena, autor/a.
Muy ocurrente. El utilizar los tipos de madera… una idea estupenda. Se lee bien. Es armonioso. ¡Felicidades!.
Aquí hay madera, además de varias clases. Me ha gustado esta forma de ver a Pinocho. ¿Quién no se ha hecho preguntas parecidas a las de él? Felicidades al autor.
Muchas gracias por vuestros comentarios. Me alegro que os gustaran las reflexiones de Pinocho. Saludos, Blanca
Muy original, Blanca. ¡Enhorabuena!