BOY13. PARECÍA UN CABALLERO, de Calamanda Nevado
Cuando despertó, sintió el vientre pesado y extrañas sensaciones en la cabeza.
Había dormido con la boca abierta. Levantado tomó un vaso de agua y alivio la sequedad. Sin fuerzas y angustioso pudo alcanzar la ventana y el reloj. —Las nueve. —Se sorprendió del silencio del dormitorio y de las voces viniendo de fuera — ¿Estoy solo? Dónde estará la niña.- Recordó con que gracia le preguntaba al mediodía por su extraño aspecto mientras jugaban a disfrazarse — ¡Vaya explicaciones!, no calla. —Disgustado supuso que quizá no estuviera allí.
Repaso las preguntas que le hizo la pequeña y abrió el armario. — No está. —Espetó malhumorado. —Me fascinan sus ojos despiertos mirando de arriba abajo; aunque es pequeña sabe mucho. Cuando la observaba, detrás de los árboles, enseguida llamé su atención. — La buscaba intranquilo. —No hay nadie ¿Quizás, se marchó mientras pasé al otro lado de la cama para hacerle sitio? Esto no es normal. —Escudriño la casa regañando hasta que no pudo soportar el dolor y cayó al suelo. A pesar de su visión nublada observo manchas en su camisa; la desabrochó con dificultad, se pegaba a una cicatriz reciente que sangraba. Al fin recordó; tenía el estomago lleno de piedras.
Estos lobos con piel de cordero son demasiado peligrosos, y obtienen su merecido
Una caperucita valiente si señor. Me gusta.
Parece que tiene el final que se merece. Buena historia.