89. «Abril y Raimundo»
El señor Raimundo se ha quedado sin esposa.
La señora Abril apagó ya su candelita.
Cuando Raimundo vuelve a casa después de un largo día, el aroma de flores se mezcla con el de la cena recién servida y el silencio es modelado por las teclas de marfil.
La señora Abril es divertida; llena su vida con un montón de ideas que se quedan flotando en la atmósfera que crea para los dos.
El señor Raimundo disfruta cuando, pizpireta, le cuenta sus sueños diarios.
El de hoy es el más atrevido de cuantos ha tenido: ¡Abril se ha enamorado de una bicicleta de pareja!
Al señor Raimundo no se le quita de la cabeza hasta que decide pasar por la tienda de Don Bernardo.
La alegría de Abril y el guiso de primavera reciben a Raimundo como cada día, sin embargo la señora Abril se ha quedado muda, como su piano. Todos sus sueños de hoy se han volatilizado ante la materialización de su idea más loca.
Van a pasar el resto de sus vidas recorriendo los caminos trazados en los mapas, donde señalarán sus lugares preferidos hasta que, viejecitos, no consigan mantener el equilibrio sobre su bonito tándem.
La historia de la señora Abril y el señor Raimundo es entrañable…el final, A mi no me gusta, así que deberían pensar en mantener vivo su amor y sus fantasías. Propongo que vendan el tándem cuando empiecen a sentir el peso de la desidia. Salud y fortuna para ti.
Hola Mercedes:
Por lo que sé de ellos, su amor y sus fantasías duraron siempre… mientras la señora Abril estuvo viva. A mi tampoco me gusta el final.
Muchas gracias por tu comentario. Y por tus buenos deseos que son correspondidos.
Isabel, bonita historia, su trama podia servir para un cuento infantil, suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda: Tendré en cuenta tu sugerencia. Además es de los cuentos que me cuesta contener en 200 palabras. Puede que me anime a escribir el cuento infantil.
Besos
Tierna historia de amores como de otros tiempos, y la idea del tándem la hace aún más entrañable.
Un abrazo
Muchas gracias Asun, y gracias por captar ese ambiente de «otros tiempos».
Besos
Me pierdo un poco entre la vida y la muerte, entre el silencio y el sonido ¿del piano?, entre esta pareja tan peculiar y el universo que han creado ambos. No se si es real o ensoñación, me queda la duda de hasta dónde llega cada cosa. Aún así la forma en que está escrito me resulta hermosísima.
Suerte.
Hola Reve: Muchas gracias por un comentario tan precioso.
Besos
Bueno, lo ya dicho, entrañable, tierno y con un final inevitable.
Enhorabuena y abrazos.
Pues, muchas gracias Javier!
Besos
Preciosa historia de amor, con unas buenas imágenes. Sobre todo la primera parte del relato, me encanta.
Suerte y un beso Isabel.
Tienes razón Mª Belén, quería contar una bella historia de amor, está dedicada a una señora Abril real.
Besos
Hola Ana!
Pues es que no lo he podido evitar. Esas dos frases se hicieron muy fuertes en mi mente. Son el presente. Y quise convertir el pasado en presente también para dejarles soñar con su largo futuro. Un poco lío.
En el fondo la historia es la misma, no? Sin embargo así, con esas supuestas frases finales en el inicio, me da la sensación de que el señor Raimundo está casado con una señora Abril cuya candelita luce radiante.
Muchas gracias por tu comentario.
Besos