108. Hacia la última cima
Según ganaba altura, pedalada a pedalada notaba como el ambiente era más puro y las vistas más grandiosas. Sentía la tensión en las piernas y su cuerpo le reclamaba un descanso. Su mente por el contrario la incitaba a seguir un poco más, le decía que la cima estaba muy cerca que pronto la alcanzaría y conseguiría descansar. Avanzaba bajo un cielo limpísimo sin pájaros ni insectos, en una soledad que tenía algo de ruta lunar, envuelta en un silencio que no alteraba ni el susurro de la bicicleta ni su agitada respiración. En los últimos metros el corazón le pataleó dentro del pecho, avisándola, pero decidió no parar. No tenía ganas de volver a la residencia, aquel moridero sin esperanzas donde se aventaba el suspiro definitivo. Se sentía en buena forma y el aire le entraba con holgura en los pulmones. Cuando coronó la montaña sintió un pinchazo paralizante en el torso, pero la que soltó los pedales fue una niña, feliz de jugar entre el algodón de las nubes. Si eso era el más allá, en el geriátrico podían esperarla sentados, hoy no se presentaría a desayunar.
Elysa, bonito final para una vida y bien contado. Suerte y saludos
En lugar de pedalear hacia la muerte fue hacia la vida, Una vida diferente, en otra esfera existencial, pero muchísimo superior a la que llevaba en el asilo, que como ella le llama no es mas que un «moridero». No vale renunciar a la calidad solo porque ya se está viejo y lo único que queda es comerse las papillas y morirse queditito en una cama. Ella soñó y vivió y murió haciendo lo que tanto le gustaba, pero encontró al final un significado más grande: que la vida es una misma, aquí o en cualquier otro lado.
Un abrazo y un beso a la distancia, Ely.
Qué alegría de verte, de ver algo tuyo. Me alegro horrores, amiga mía.
Un abrazo laaaargo.
Como una escritora que conozco que aunque el cuerpo le tira para atrás ella sigue pedaleando, quiere llegar y alcanzar esa cima. Si hay que subir al cielo lo mejor es con tus propios medios. Un abrazo muy fuerte y no dejes de pedalear. Te queremos.