04. EL SONETO (Paloma Casado)
“Serán cenizas, mas tendrán sentido,
polvo serán, mas polvo enamorado”.
Enterré sus cenizas junto con los versos que son ahora su epitafio, al pie del árbol en donde nos besamos por primera vez. Recorro con el dedo la corteza herida por dos corazones entrelazados y me parece escuchar su voz: “Ni siquiera la muerte podrá separarnos”. Entonces no comprendió la verdadera dimensión de sus palabras, por eso el espanto.
Recuerdo sus pupilas dilatadas, su sonrisa mudada en una mueca y sus manos impotentes para resistirse a la fascinación de mi arrebato.
Bajo la sombra longeva, voy evocándole con todos los sentidos: en mi olfato, el olor a pan caliente de su cuerpo y dentro de mi paladar el sabor de su piel, cuando lamía sin prisas su pecho y su vientre. Un sabor levemente salado, mucho más tenue que el de la carne de sus músculos o el agreste de sus vísceras violáceas descubiertas. Cierro los ojos y vuelvo a sentir la materia deliciosamente grasienta de sus médulas resbalando por las comisuras de mi boca. Su cuerpo es ya parte de mi cuerpo. Un amor más allá de la muerte.
Es preferible el olvido a tamaño amor, no quisiera conocer a esa amante.
Muy visual tu relato Paloma (¿Paloma?… parece un buitre)deja piel de gallina.
Excelente.
Un abrazo y suerte.
Gracias Moli. Si es más buitresca que paloma la pájara.
Un relato a la altura de mi soneto favorito
Pocos textos están a la altura de mi soneto también favorito, éste mío desde luego, no. Gracias meiga.
El amor ha devorado al amor. Buenísimo relato, Paloma, terroríficamente romántico en todas sus dimensiones. Abrazos.
Pretendía escribir un cuento romántico, en el sentido más oscuro del romanticismo como tú bien dices. Gracias Salvador.
Si, el soneto lo engalana todo. Gracias Ana por tu generosidad.
Paloma, queda patente el drama que se desprende de tanto romanticismo de una forma brutal. Suerte y saludos
Ahora ya entiendo aquello de «hay amores que matan». Todos queremos que nos quieran, entrar en comunión con el ser amado, el problema de algunas personas es que no entienden de metáforas y se lo toman todo demasiado al pie de la letra, pero ahí reside lo interesante de tu personaje, que ha sabido perpetuar la memoria de quien capturó su corazón integrándole también en su cuerpo.
Un abrazo, Paloma. Suerte
Los pelos como escarpias, tú!! Me cachis, qué miedo!! Por si las moscas… a seguir soltera y entera; jope… ay, que horror… bueno, que no sigo… !!
Beso (aunque miedo me da)
Paloma, yo no voy a decir más de lo que ya te han comentado. Bueno, si, que me recuerda un poco a El Perfume… (oye: ¿de verdad te lo comiste? Jajaja).
Si es que estaba para comérsela… es broma. Ufff!!!! Duro, pero, por desgracia real, lo que lo hace aún más espeluznante, y muy literario. Enhorabuena Paloma. Besosssss!!!
Entre el romanticismo y el atroz canibalismo. Un relato que no deja indiferente. Amor en estado puro y duro, pasión al narrar el suculento bocado de la amada. He disfrutado leyéndolo de veras.
Un beso paloma.
Me ha parecido horripilántemente fascinante la narración de un hecho abominable como la antropofagia, en un registro tan lírico.
Saludos cordiales, Paloma
Tan bien explicado y con tal nivel de detalle y realismo que el recorrido que nos has propuesto consigue helarte la sangre. Muy bueno. Mucha suerte 🙂
Deduzco que no se la comió entera e incineró los restos. Con que naturalidad tratas incluso lo atroz. Un abrazo, Paloma.
Un concepto casi religioso este de la comunión con el cuerpo del amado. Pero cuando la metáfora se convierte en realidad el resultado es de una degeneración que aterroriza, sobre todo si está tan bien narrada. Precioso epitafio el elegido. Besos y suerte.
Igual que Hannibal Lecter. Muy bueno tu relato.
Si tienes ocasión, mira la serie (Hannibal). El caníbal recrea plasticidad en cada recreación gastronómica; igual que tu con las palabras. Enhorabuena.
Ese recorrido sensorial a través del cuerpo del amado me ha encantado. Esa forma de amar compartiendo al amado para toda la eternidad.
Mucha suerte, que será seguro.
Un relato Paloma con muchas referencias literarias que lo hacen muy intertextual, pero lo que más me gusta es ese tono de 360º que lo envuelve con todos los sentidos.
Abrazos.
Ostras, Paloma!! Vaya giro caníbal que te has marcado!! Me gusta. Fuerte, pero sin violencia 🙂 El amor que todo lo puede.
Un abrazoooo
Maravilloso relato, tanto por lo que encierra, como por la prosa tan bella y cuidada.
Abrazos.
Un amor que devora al amor. Buen relato, aunque terrible historia lo que cuenta.
Es que está justo al límite de la capacidad de empatizar con el protagonista. Hay que ser muy valiente para escribir esto. Besos!
Un amor que no lo quisiera yo para mí, Paloma. Aun así he disfrutado con tu relato a medio camino entre el terror y el amor.
Un abrazo.
El segundo párrafo me hace pensar que lo empezó a «hacer suyo» cuando aún estaba vivo. Es un placer leerlo, a pesar de la crudeza del tema. Muy bueno. Suerte
Paloma ¡¡que asco!!…jajaja me ha encantado que yo creyera que «era amor» y lo que me encuentro es antropofagia…claro que ¿quién soy yo para decir que es amor?
¡Madre del amor hermoso, Paloma! A ratos me ha recordado al protagonista de El Perfume de Suskind. Muy bueno. Inquietante, evocador, crudo y redondo. ¡Mucha suerte!
Besotes
Sabroso relato. Parece una historia de amor y es canibalismo. Genial.
A mí también me has hecho pensar en la serie Hannibal, aunque él es bastante más exquisito a la hora de cocinar y de comer, no me lo imagino chorreándole ninguna médula por las comisuras. Si aún no la has visto, te la recomiendo.
Besos
Uff, creo que lo entiendo, se lo ha merendado. Me pierdo un poco con los versos iniciales y las cenizas de sus despojos.
A mi me has recordado muchas cosas: A la fase de deseo oral de Freud, al canibalismo de Anibal Leckter, a lo que hicieron Dali y Gala con su perro cuando murió, que fue precisamente eso, comérselo, a esos amantes que se muerden en demostración de su deseo carnal…
¡Muy evocador de sensaciones, enhorabuena, Paloma!
Los límites son siempre provocadores… bien jugado