23. RESIGNACIÓN (Sergi Cambrils)
Cuando me postraron en el interior de aquel ataúd acolchado y me envolvieron en una preciosa mortaja de seda, supe que mi existencia llegaba a su fin. Para ellos –mis familiares y los del servicio funerario– ya estaba muerto. Sin embargo, yo no me sentía cadáver. Por increíble que fuera, notaba los latidos (casi imperceptibles) de mi corazón y una reveladora conciencia que me erizaba la planta de los pies. Cerraron la tapa, colocaron el féretro sobre una camilla y me trasladaron por el pavimento adoquinado del cementerio hasta el nicho donde se me daría sepultura.
En el pueblo se tenía la costumbre de contratar a jóvenes peones de la construcción para que demostraran su destreza levantando una pequeña pared de ladrillos que tapiara, en pocos minutos, el estrecho reducto donde permanecería enterrado el fallecido. Me imaginaba esa situación claustrofóbica y un estremecimiento hacía temblar mi aletargado cuerpo, impulsándolo a querer levantarse, a sorprenderles con mi vida. Pero al oír sus lloros, la aflicción de los presentes y las sentidas oraciones del párroco, no me pareció buena idea deshacer nada. Así que me resigné a morir, escuchando el bonito epitafio que mi esposa había elegido.
Si el médico dijo que estas muerto, ¿quién eres tu para contradecirlo?
Me gusto tu relato con ese humor que le has dado.
Un abrazo y suerte.
Jajaja. Claro, ahora que está todo el mundo llorando, no vamos a chafarles el entierro. Original relato, Sergi, sencillo, directo, claro, divertido… Me gustó y me quedé con las ganas de saber el epitafio que leía su mujer. Jaja.
Vaya hombre más considerado, deja a un lado su posible interés y sólo piensa en los demás, no es cuestión de desairar a nadie, ahora que se habían hecho a la idea. Un humor tan negro como simpático de un narrador tan prolífico como versado.
Suerte y un abrazo, Sergi
Oh, pobre hombre, aunque no se si compadecerlo o darle dos tortas por pusilánime. Jajaja. He pasado un buen rato leyendo tu relato. Buena noche y buena suerte.
Buen relato de humor negro, marca Sergi.
Generoso y considerado hasta decir basta tu protagonista.Y es que después del trabajo tomado en preparar su entierro, llorarlo y escuchar las oraciones del párroco quien era él para desilusionarlos y dejar sin trabajo a los pobres peones.
Me encanta tu humor.
Un beso grande, suerte.
Me ha gustado la placidez mortuoria que transmite el relato, ese tono tan logrado de conformismo.
Sergi,si, esta muy lograda la pasividad de esa persona llevada a sus últimas consecuencias. Suerte y saludos
Un muerto muy conformista, cariñoso y sensato. Me ha gustado el tono de humor y la relajación claustrofóbica del relato.
Mucha suerte
Me ha gustado mucho Sergi. Alabo esa capacidad que tienes para sacar tantas historias y ese toque siempre fresco y original con el que nos las propones. En este caso, aunque irreverente como siempre, creo que le has imprimido un toque muy elegante al redactado, y creo que andará arriba. Mucha suerte 🙂
Es todo un señor… No iba a interrumpir la ceremonia eso es de maleducados si tienes que morir te mueres la educación primero. Me ha gustado sobre todo el inicio que engancha desde el primer enunciado.
Eso es educación y deseo de no molestar , y lo demás son pamplinas!! 🙂
Un título que ni venido a cuento.
Vaya narración más templada. Y qué personaje tan bien definido. Nos hace contemplar la muerte sin tragedia, como un devenir de la vida, e incluso del error humano.
Suerte, Sergi.
Otro genial relato de los tuyos, como acostumbras. Me encanta cómo presentas esas situaciones tan surrealistas con el contraste de la naturalidad con que las narras. Fenomenal, eres un crack.
Uy, esto es lo que viene siendo anteponer los deseos de los demás,¿no? Muy original, Sergi y el título lo redondea. Enhorabuena.
Hay quién sabe complacer a los seres queridos hasta en el morir. Muy buen relato, Sergi.
¡Hay que ver de lo que son capaces algunos por no contrariar a los demás! Buen relato, con un toque de humor negro y elegante.
Felicidades Sergi.
Abrazos