46. Clandestino (La Marca Amarilla)
Nos dejó un sucinto “OS QUIERO” cincelado en mármol, para que siempre lo leyéramos en presente. Y se que es un sentimiento sincero pues continuará queriendo mucho a sus padres, queriendo mucho a sus hijos y queriéndome mucho a mí.
Pero no a ella.
No a la que continuará ignorando que yo era la única mujer de su marido y que seré la auténtica viuda, a pesar de tener que sentir este epitafio en secreto.
Oh, eso suena a la copla,yo soy la otra, la otra y a nada tengo derecho porque no llevo un anillo, con una fecha por dentro.
Pasará tantas veces lo que tu expones y siempre me resulta igual de triste, sobre todo por no enfrentar las situaciones.
Me ha gustado la narración y me gustan los TE QUIERO sobre todo eb presente.
Buena tarde Miguel Ángel.
Muchas gracias por tu comentario, Mercedes!!!
Olé, la copla!! 😉
Un saludo!!
Miguel Ángel, coincido con el comentario de Mercedes en todo. Suerte y saludos
Calamanda, muchas gracias!!!
Un saludo!! 😉
Dos palabras que dicen más de lo que aparenta. Un «Os quiero» que parece general y democráticamente repartido, pero que tiene distinta intensidad según sea el destinatario. Hay realidades que quizá alguien pueda enmascarar toda una vida, pero que siempre seguirán latentes y no podrán cambiarse ni siquiera cuando haya muerto.
Te lo digo de forma clandestina, así, por lo bajo: me ha gustado mucho.
Un abrazo y suerte ¡campeón!
Gracias, Ángel!!! 😉
Tú eres el campeón, y has dado en el clavo: «pero que tiene distinta intensidad según sea el destinatario.» … por ahí va la cosa!!
Un saludo!!
El amor clandestino que excede la vida, aunque solo diga Os quiero, a ella le quedó el: Te amo…
Hermoso!!
Un abrazo y suerte.
Efectivamente, El Moli, un TE QUIERO es lo que le decía el epitafio…
Un saludo! 😉
En muy pocas palabras has escrito una auténtica zarzuela. Muy bien.
Oye yo también he descubierto entre mis apellidos «Cejudo» con origen en el Valle del Cerrato, en concreto en espinosa del Cerrato.
Saludos.
Gracias, Jesús Alfonso!!
Una copla, una zarzuela… Jesús, qué inspiración!! jejeje
A mi me han dicho que los Cejudo vienen de Burgos… no se! 😉
Un saludo!
Preciosa historia con ese amor clandestino y ese «os quiero».
Un saludo
Gracias por tu comentario, Blanca!!!
Un saludo! 😉
Qué terrible. Además del dolor del amor perdido, la clandestinidad le veda el consuelo de los demás.
Buena historia, Marca.
Saludos cordiales.
Gracias por tu comentario tan acertado, Carles!!
Un saludo!! 😉
Un amor que se quedará mudo para siempre ante su tumba. Un querer llorar a quien amo tanto y le está vetado por su secreto.
Buen micro, con poquito nos has contado toda una historia de amor clandestina.
Abrazos y suerte Marca.
Mª Belén, muchas gracias por tu comentario!!!
Se agradece! 🙂
Un saludo!
El plural, en ocasiones, deja satisfechos a todos.
Bonita historia; me recuerda al amor -no tan clandestino- de Katherine Hepburn y Spencer Tracy; cuentan que, en su entierro, ella estuvo presente, pero escondida.
¡Suerte!
Gracias por el comentario, Cristina!!! 😉
Seguro que las historias reales superan siempre a la ficción…
Un saludo!
Cuántas historias de estas habrá en el mundo por no decidirse a tomar el toro por los cuernos y decir la verdad a todas las partes implicadas, que, quién sabe, igual se lo tomaban como en la canción de Aute, aquello de «entre los tres nos organizamos, si puede ser». La verdad por delante, pero mejor antes de morirse. Besos y suerte
Pues sí, Ana, mejor antes de morirse… O no! Puede dar el tema para otros relatos! jejeje
Un saludo! 😉
Un relato corto pero que lleva la intención muy concentrada y que se entiende a la perfección. Coincido con Ana, en que habrá mil historias de estas que morirán tapadas. En cualquier caso, tu relato me parece muy ajustado a lo que podrían ser estos casos. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias, Juan Antonio, por tu comentario!! 😉
Mil historias, y todas diferentes, sí!!
Un saludo!
¡Qué triste no poder lucir un amor!
Y en la muerte, no poder mostrar la pena.
Saludos!
Carme.
Cierto, M.Carme, es triste!
Pero a veces la vida es así!
Un saludo!!! 😉
El amor clandestino, ese amor que suena a sincero, que sabe a prohibido, que duele a soledad…
Y sin embargo, nos dejas con el buen sabor de boca de la certeza con la que habla la protagonista. De saberse amada, al creer en las palabras de «su pareja», de no sentirse engañada, de ser la elegida, de verse representada en esas dos palabras del epitafio.
Suerte!!
Gracias por tus palabras, Amparo!!
La certeza de saberse amada eternamente!!!
Un saludo! 😉
¡Mucho te gustan los tríos, Marca! Y siempre encuentras nuevas formas impactantes de contarlos. Siempre hay mucha intensidad en un trío, y en los tuyos especialmente. Besazos!
Gracias, Luz!!! jajajaja
Me gustan los tríos, pero nunca llevo un póKer!!! 😉
Un saludo!!
Nunca se sabe la verdad que encierran algunos epitafios, la de historias que contarían si «supiéramos leer».
Totalmente de acuerdo, Reve Llyn!!
Gracias por comentar!! 😉
un saludo!
Es curioso que «la otra» se crea, se sienta, la legítima…
Me ha gustado, Marca.
Suerte y abrazo
Se siente la amada, Rosy!!! 😉
Gracias por tu comentario!!
Un saludo!!
Muchas gracias por tu comentario, Ana.
La verdad es que quise contar una historia verosímil.
Un saludo! 😉
Un relato con mucha fuerza y sentimiento. Quizás por lo clandestino, pero es indudable que te ha quedado redondo.
Suerte.
Gracias por tus palabras, Izaskun!!
Se agradecen! 😉
Un saludo!!
Un epitafio hecho a medida de quien lo lee y una historia muy bien narrada.
Suerte y besos
Muchas gracias por tu comentario, Anna!!!
Epitafios vivos!!
Un saludo! 😉