24º Microscopio : Vejez
Comenzamos el 2º año del Microscopio, crecemos, nos hacemos mayores, y ha querido la casualidad -o el destino- que empezásemos esta temporada con un texto titulado «Vejez»…
Música: sinceramente me pregunto cómo lo hace Gina para encajar tan sumamente bien músicas y textos, esta vez con video y todo!!!
VEJEZ
–¿Se refieren ustedes a la señora rubia que iba a mi lado? ¿La que miraba ensimismada por la ventanilla..? Se llamaba Ada. Lo sé porque me lo dijo antes de que el chófer parara. Hablamos poco, se lo aseguro. Descendió despacio del autocar y caminó hacia los árboles. Más que caminar, creo que bailaba sin apoyar sus pies en el suelo. Me pareció ver que se despojaba de sus ropas, alzó los brazos al cielo y se fundió con un rayo de sol, pero no puedo decirles mucho más… Desapareció ante mí, como si el bosque la hubiera engullido. En ese preciso instante, se me llenaron los ojos de lágrimas recordando aquellos mágicos cuentos de mi abuela…
–Venga, suba de una vez, viejo loco, volvemos al asilo –repuso un hombre con severidad.
Anselmo se sentó en su asiento. Sonreía y aún conservaba intacta la emoción que acababa de vivir. Sacó del bolsillo de su chaleco su antiguo reloj con la foto de su esposa y se lo llevó a los labios besándolo con ternura. Tal y como le prometió, ella había regresado. Entonces, dejó de sentirse solo y con el reloj entre sus manos solo esperó.
Ilustración a cargo de «La marca amarilla«, Miguel Ángel Cejudo López (¿se nota verdad?)
(—) El texto en su conjunto. Encuentro incoherencias desde el inicio al final, lo cual oscurece el relato y lo enmaraña, dificultando la lectura y, desde luego, la comprensión del mismo.
(-) “Se llamaba Ada”. Si el abuelo “ha visto” a su esposa fallecida, hay una incoherencia con “me lo dijo antes de que el chofer parara”, puesto que él ya tenía que saber su nombre.
(-) Si, como parece indicar todo el texto, él es el único que la ha visto, tampoco tiene sentido la frase “¿se refieren ustedes a …?, ya que si nadie la ha visto, difícilmente puede nadie referirse a nadie, y mucho menos con el nivel de detalle de las primeras preguntas: “la que iba a mi lado”, “la que miraba por la ventanilla”, “rubia”.
Otra cosa sería si él contase la historia de otra forma; algo así como ¿nos vamos sin esperar a la señora que iba sentada a mi lado? ¿nos vamos sin esperar a mi mujer? A partir de ahí si tendrían coherencia las posibles preguntas y, consecuentemente, las burlas por ser un “viejo loco”, siempre y cuando toda la información sobre la mujer la diese él (supongo que esta era la intención del autor/a, pero no lo ha sabido transmitir).
Aún así, seguiría siendo un texto incoherente, puesto que todo el primer párrafo indica que él no la conoce, que es una simple aparición, mientras que el segundo párrafo indica que la aparición no es otra que su esposa que, como prometió, ha vuelto del más allá para visitarle, por lo que si que la conoce, así que no hace falta que ella le diga como se llama ni nada.
(-) No entiendo, por mucho que lo relea, la referencia a los cuentos que le contaba su abuela. A no ser que fueran cuentos de aparecidos… Ya que si se trataba de cuentos de hadas (la elección del nombre “Ada” me parece facilona, sin duda), por eso lo del baile y el flotar por el aire, debo insistir en que, aunque el señor protagonista, debido al amor que siente por ella, viese a su esposa como un hada, tendría que haberla conocido desde el principio.
(-) El final del relato “dejó de sentirse solo y con el reloj entre sus manos solo esperó”. Entiendo que se refiere a que esperó la muerte para reencontrarse con su mujer fallecida, pero no queda claro. Puede ser también que espere que ella regrese otra vez. Y ¿qué va a hacer? ¿esperar en el bus toda la vida?
Lo de que se sienta menos solo tampoco lo veo. Debería de sentirse aún más solo, digo yo. Si su amor ha regresado para volverse a marchar y encima los demás del autobús le miran raro… Además, se ve que nadie se sienta a su lado (si no, no habría sitio libre para que se sentasen fantasmas).
(—) El título. Todo el relato podría referirse a un hombre joven o un hombre anciano. Lo importante del relato no es la edad, sino la tristeza por la perdida del ser amado; para estar triste da igual la edad.
En realidad, la única referencia a la edad del señor es ese “viejo loco”, pero si se eliminase, el relato sería igual, por lo que el título podría ser cualquier otro.
Se ha intentado reforzar la idea de ancianidad con el chaleco y el reloj de bolsillo, pero eso tampoco indica que a la fuerza la persona tenga que ser mayor. Podría ser la historia de un joven en la época de preguerras.
Todo el párrafo primero está lleno de imprecisiones: creo, me pareció, no puedo decirles mucho más…; esto refuerza mi teoría. No hace falta ser anciano para estar confundido, más aún si se te aparece un fantasma.
(-) “que iba a mi lado”. Me parece más correcto decir “que iba sentada a mi lado”, ya que iban en un autocar.
(-) “dejó de sentirse solo y con el reloj entre sus manos solo esperó”. Debería ser “dejó de sentirse solo y, con el reloj entre sus manos, solo esperó”.
Aunque yo lo diría así: “dejó de sentirse solo y, sosteniendo/manteniendo el reloj entre sus manos, esperó”, ya que ese segundo “solo” me hace dudar si quiere decir que siguió esperando solo o que solamente esperó… Me confunde.
(-) “antes de que el chófer parara”. ¿Parara de qué? Me gustaría más “antes de que el chófer detuviese el autobús/autocar/vehículo”.
(-) Todas las imprecisiones de “me pareció ver”, “creo”, “no puedo decirles mucho más”, indica que estaba lejos, flotando por el aire y desapareciendo entre los árboles, lo cual choca con “ANTE mis ojos”. Eso implicaría que estaba mucho más cerca y que lo tendría que haber visto con mayor nitidez. Incoherencia. Otra vez.
(-) “conservaba intacta la emoción que acababa de vivir”. Sería correcto “conservaba intacta la emoción provocada por la experiencia que acababa de vivir”, puesto que tengo dudas sobre si la emoción la sientes o la vives. Me parece que la emoción no la vives, aunque en prensa deportiva sea una expresión muy usada, lo cual no es garantía de nada.
Desde mi punto de vista, estamos ante un microcuento de carácter realista, que el autor/a apuntala con la necesaria y suficiente crítica social. De tal modo, que nos vemos obligados a tener que pensar en esa soledad inevitable que sobreviene al final de nuestras vidas. Aislamiento que sufrieron, sufren y seguiremos sufriendo a medida que nos vayamos sintiendo ancianos, desde un trato en ocasiones denigrante y demasiado alejado de lo afectivo y humano.
El autor/a, introduce con habilidad el recurso de los recuerdos como elemento de escape para el protagonista y en contraposición al aislamiento, o realidad de soledad bajo la que pudiese discurrir su día a día. Trabajando el discurrir del texto desde dos mundos paralelos, aunque contrapuestos: sus recuerdos (Aparición sorpresiva de la que pudiera ser su esposa. Y es que tal vez él confunde a cada una de las mujeres ancianas que ve con ella) y el mundo real pero duro (el asilo).
(=) El título (Vejez), si bien no demasiado novedoso, tampoco resulta desacertado. Pues acota de forma eficiente todo aquello que con posterioridad se va desprendiendo del texto, su guión, o lo que se pretendió contar.
(-) Ahora bien, poniéndome en la piel del lector, y por tratarse de un microcuento, una vez visualizado dicho título, podremos imaginar con certeza el contenido o trama sobre la que tratará el mismo. Creo que cabrían otras posibilidades, también sencillas (no demasiado rimbombantes), que no llegasen a otorgar demasiadas pistas sobre el argumento. (Reencuentro, La aparición, etc.). Muchas veces, el éxito de un microcuento va a estar sujeto a la correcta elección del título. Su vistazo inicial, establece esa primera toma de contacto autor-lector tan importante.
(+) Me agrada la repetición de la voz “solo”, que aparece en el remate que se le dio al último párrafo. Esa casi concatenación, le otorga un punto poético muy interesante, que para este texto, pienso, expresa mucho.
(-) Finalmente, a modo de crítica constructiva, el que comenta hubiese suprimido la aclaración “de su esposa”. Por dejarlo abierto a la interpretación e imaginación del lector: ¿Quién se le aparece al protagonista?
He tenido que leer y releer el texto varias veces y aún así no llego a comprender qué quiere contarnos su autor o autora. No sé si se refiere a una experiencia real que vive Anselmo, si son recuerdos o es su imaginación. También he llegado a pensar que es un enfermo de alzheimer que en un momento de lucidez recuerda a su esposa fallecida o simplemente siente que su hora de partir al más allá está ya próxima.
Se divide en dos partes bien diferenciadas, la primera es un diálogo (monologo) del protagonista explicando lo que a mí me parece un interrogatorio, no se sabe bien de quien. Y la segunda nos muestra al anciano feliz en su asiento de autobús de regreso a la residencia de ancianos, dispuesto a morir. Interpreto que está esperando la muerte porque el texto termina: solo esperó. Además va feliz, porque su mujer le espera y no va a estar solo.
(+) Título.
Creo que está acertado, porque aunque nos anuncia que el tema va relacionado con la vejez, no se sabe qué historia contará hasta que se lee.
(-) Primer párrafo.
Para empezar, yo suprimiría los puntos suspensivos en las 3 veces que se utilizan. Creo que no aportan nada y el texto queda igual si se cambian por simples puntos.
La frase: Más que caminar, creo que bailaba sin apoyar sus pies en el suelo; a mi me suena un poco rara, yo (si me permite el autor@) la escribiría así: Pareciera que bailase en el aire sin apoyar los pies en el suelo.
Las primeras líneas de este párrafo parecen un interrogatorio en el que el protagonista parece no querer que se le relacione con la mujer, por la frase: Hablamos poco, se lo aseguro, y por no puedo decirles mucho más.
La última frase me descoloca un poco, cuando habla de los cuentos de su abuela. A qué cuentos se refiere, a los de seres mitológicos y hadas, entonces lo que estaba narrando es ficción o ha sucedido realmente. No lo entiendo, la verdad.
(+) Segundo párrafo.
Consta de una sola frase, tajante y contundente que nos hace ver que están en una excursión de una residencia de ancianos. Quizá a mi la palabra asilo me suena un poco brusca, pero si es lo que busca el autor@, entonces perfecto.
(-) Tercer párrafo.
En éste último nos presenta la emoción vivida por el protagonista. Pero sinceramente es el que me desconcierta del todo. No comprendo si su mujer regresa del más allá en una aparición fantasmal, si es sólo fruto de la imaginación del anciano o un recuerdo de cómo murió su esposa desaparecida en un bosque o murió sin más.
Nos muestra al protagonista contento en su asiento de autobús por la experiencia vivida. Nos habla de su esposa, que entonces no me encaja lo del primer párrafo hablando de una mujer a la que dice no conocer a penas.
(*) Cuando escribe: Sonreía, y aún conservaba intacta la emoción, creo que podría quedar mejor: Sonreía, conservando aún intacta la emoción.
Creo que la idea no es mala, la historia parece preciosa por las cuestiones que plantea, pero el autor@ no ha sabido trasmitirla.
Hala, Gina, te has lucido con el vídeo y la música… has encontrado al «Ada»!!
No se cómo lo haces para clavarlo siempre!! Si algún día me caso, ejem… te contrato para elegir la música de la ceremonia.
Marca, y a ti para que inmortalices el momento, pero a plumilla, eh? Nada de máquinas de fotos, pa máquina tú!!
Bueno, y ya aprovecho… no se si me estoy adelantando al autor/a… perdonad mi impaciencia, pero voy a estar desconectada unos días…
Yo soy una de los «examinadores». La X, en concreto. Como siempre, agradecer al autor/a que se haya animado a prestarnos su talento para este ejercicio del que aprendemos tanto tantos y tantas.
Este espacio, que ya ha cumplido un año, se inauguró con un relato mío (qué mayores somos, madreee) y me pasé unos días en ascuas esperando las opiniones; creo que esa parte fue la más divertida! Me mola haber servido de conejito de indias, así que… FELICIDADES a las promotoras.
Beso.
Por cierto, felicidades no solo a las promotoras… que malkeda que soy!! A los participantes, por supuesto, los y las «xyz»s y los/as diseccionados/as, incluida yo misma, jaaaajaaaaaa!!
Hala, ahora me piro a mimir… Beso.
Gracias!!Un placer, como siempre!!!
Un saludo!! 😉
Hola,
Me descubro como Z. Ante todo felicidades a Ginette por esa banda sonora tan estupenda y a Marca, por tan buena ilustración.
Towanda, muchas gracias por haber prestado tu relato, ha sido un placer haber tenido la oportunidad de destriparlo. Creo que es una forma de aprender para tod@s (no sólo para el aut@r)este espacio donde hay que examinar en profundidad los textos.
Yo que ya había participado como ilustradora y cómo víctima, me he estrenado como opinadora y creo que es el papel más difícil de los tres.
Un abrazo
Hola a todos, y un saludo especial para Towanda, que se ha prestado a este juego tan interesante de la crítica (siempre dura y poco habitual) a nuestros escritos.
Soy la letra Y.
Espero que la triada de opiniones te haya servido, aunque solo sea un poquito, para sacar alguna conclusión positiva. Pienso que el objetivo de todo esto es mejorar. Al menos en mi intención estaba eso: la utilidad para la autora.
Opino que siempre resulta enriquecedor que otros lean lo que escribimos, para poder reflexionar sobre las opiniones recibidas. A mí, que suelo cometer muchísimos errores, me vale de mucho.
Enhorabuena a las responsables de esta sección. Chapeau para ellas.
También a Ginette por la banda sonora elegida para la ocasión, y a Miguel Ángel, el dibujante. Ambas tareas complicadas si no se les pone cierta dosis de cariño.
Un abrazo fuerte para todos,
Ton.
Hola, y gracias a todos los participantes. Soy Omega, (el último, ultimísimo), pero creo que soy al que más le ha gustado el texto. Yo no he visto tantas incoherencias. Me ha gustado, aunque creo que le ha faltado un poco más de reposo, de cocción. Simplemente quitaría las dos primeras preguntas, y las dos últimas frases. Terminaría con: «…el reloj entre sus manos, esperó nuevamente su regreso»
Besos y abrazos a gogó.
Bueno, cerramos este microscopio como siempre agradeciendo especialmente la generosidad y humildad de todo aquel que se atreve a ponerse bajo el Microscopio de tres compañeros.
Es un auténtico lujo contar con gentes que regalan su tiempo, dedicación y sinceridad a otro autor, y a quienes se esfuerzan en plasmar una historia en imágenes y sonidos,
un placer trabajar con vosotros,
mañana más en un nuevo Microscopio,
más abrazos a gogó
Mel