64. Amor dormido
Su relación se remontaba a una alejada y divertida infancia en la que ambos se buscaban para poder estar juntos. Aquella época se manifestaba en su mente en forma de una imagen nítida, el recuerdo imborrable de una perfecta conexión entre risas, juegos y afecto. Después de aquellos tiernos e inocentes años, apareció la oscuridad en su memoria, una difusa memoria que permanecía inerte, paralizada por el dolor de la distancia y obligaba por la razón a no recordar su partida. Un cómplice lamento que le acompañaría en los pasos de su vida, pues no supo decirle cuánto le quería.
Ahora, según le habían contado, él había vuelto al pueblo de forma definitiva, y decidió olvidar tantas oportunidades perdidas en su estático ayer, llevándole un ramo de delicadas flores.
Confundido y arrastrado por su impávido corazón, llegó ante él, protegido por inocuas margaritas que se iban impregnando poco a poco del pesar de cada una de sus afligidas lágrimas. Le miró fijamente a los ojos, y repasando con la yema de su índice las iniciales grabadas le dijo- Nunca te olvidaré, Amor Dormido-.
PATRICIA, Romántica y bella historia de juventud. Suerte y saludos
Una historia triste pero que sin embargo rezuma ternura. Lo has descrito muy bien y el ritmo y la atmósfera que has creado me parecen perfectos. Mucha suerte 🙂