ABR86. CABALLERO DE ATREZO, de Miguel Pereira Rodrigo
Tras estrechar las manos, el uno se fue a su casa mientras el otro cerró con llave su despacho. Bajo el escritorio escondía una bolsa de deportes, y en su interior guardaba un pasamontañas y unos guantes de látex. Una vez puestos, abrió con elegancia la primera carpeta y cogió la estilográfica negra. Sobre la ostentosa silla de cuero empezó a ejecutar las firmas y uno a uno despachó todos los folios. Luego introdujo el archivo en su carpeta y ésta en la caja que ponía: Luis del Monte. Telefoneó al susodicho, del que se acababa de despedir y su lengua empezó a articular movimientos automáticos mientras su cerebro enlazaba frases inconexas: “un iluso más…”; “parecía noble…”; “fue firme el apretón de manos…”;… Al colgar, procedió a quitarse los guantes y el pasamontañas, e hicieron, como tantas otras veces, el camino de vuelta a la mochila de la que habían surgido. Cuando se disponía a salir de su oficina, tropezó con un reguero de sangre. Se agachó, arrugando el lustroso traje y vio como ésta emanaba tímidamente del archivador que acababa de guardar, en cuyo frontal se podía leer: “Préstamo Hipotecario”.
Relato mordaz y crítico galleguiño, con unas imágenes estupendas de toda la corrupción y desfachatez que abundan hoy en día. Me gustó mucho que la lengua y el cerebro fueran siguiendo caminos distintos. Suerte y un abrazo desde el otro lado del charco.
Bueno rapas, en estos solitarios rincones de ENTC, dejé mi pequeña aportación crítica. Ahora solo hace falta que sea apreciada literariamente, lo cual parece más difícil. De todas formas, por eso de conformarnos con lo que toca, o disfrutar del presente me quedo con la gratificante labor de crear.
Ya me enteraré de tu sorpresa con galones.
Una perta gorda para los Sures, que al parecer no tienen frontera.
O sea, que se ejecuta bajo una máscara de corbata y luego nadie es responsable. Vidas condenadas por una firma.
Quedan por extenderse los escraches, que he visto en la tele que les jode mucho (dice la madre superiora Cospedal que es «nazismo puro»). Que se tome pa relajar una copita de ojén la tía esta.
Un abrazo.
En ocasiones sería necesario que los políticos, cuando aplican o respaldan situaciones de extrema gravedad , las tuvieran que padecer durante un par de meses. Entiendo que esta manera, no estaríamos hablando de situaciones limite como las que padecen en estos momentos miles de ciudadanos.
Una perta gorda.