83. MAR DE LÁPIDA
Cuando nos cruzamos en el puente, sólo nos miramos, de arriba abajo, sin decir palabra como dos desconocidos. Hace unas semanas que partimos para navegar. Sin rumbo fijo al principio. Sólo por el placer de cabalgar las olas. Días de calma chicha descubriendo atardeceres sin horizonte o noches tempestuosas agarrados al timón como a un salvavidas. Hacíamos el amor sobre cubierta como en una playa de arena olvidada. Y no desesperamos cuando la radio se estropeo o escasearon los víveres. Supongo que éramos felices.
Tal vez fue el pescado raro que comimos, no sé, pero tuve tiempo de meter en una botella el epitafio que quiero que pongan en tierra firme: nada es lo que parece, el viaje es lo que importa.
eso parece, el viaje es importante. Suerte y saludos
No me gusta la división en dos frases de «Hacíamos el amor sobre cubierta como en una playa de arena olvidada. Y no desesperamos cuando la radio se estropeo o escasearon los víveres.» ¿Por qué? Cortas un poco el hilo.
El resto muy bien: me gusta mucho la esencia del relato, en la línea del poema Ítaca de Kavafis. Poético pero «basado en hechos reales».
Nos llevas como quien no quiere la cosa hacia un epitafio que apunta a verdad absoluta, y que muchas veces parece que la gente olvida. Mucha suerte 🙂