ABR76. EN LONTANANZA, de Héctor Hernández
El tramo del bulevar Hollywood que va desde la calle Orange hasta la avenida Highland es, probablemente, el más transitado de toda el área de Los Ángeles, especialmente por las tardes. Y precisamente allí, por donde a diario desfilan turistas, gente extrañísima, individuos disfrazados de superhéroes y personajes, fue donde lo vimos por primera y única vez. Con un marcado acento español nos dijo que se llamaba Alfonso o Alonso, el dato resulta incierto. Por su barba y melena blancas calculamos que rondaría los 60 años de edad, pero sus ojos parecían aún más pretéritos. No llevaba lanza ni escudo, ni escarpes, ni hombreras; solo portaba un casco con visera oxidada y un peto reluciente a la altura del corazón, y, sin embargo, aseguraba ser un caballero. Después de habernos fotografiado con él le dimos algún dinero y él, a su vez, nos sonrió benignamente. Luego se encaminó por un callejón oscuro donde su jamelgo le esperaba. Lo vimos montarlo y alejarse a paso lento mientras el sol se ponía. Y casi cuando le perdíamos de vista, a la distancia nos pareció ver una segunda figura, baja y rechoncha, que se unía a ese caminar cargado de siglos.
Hector muy original la idea de situar a nuestro D. Quijote en Hollywood, un claro contraste.
Saludos.
Asunción Buendía
Un pequeño homenaje al personaje que tantas veces que comenzado a leer y no he lagrado terminar.
Saludos y gracias por tu comentario.
Héctor
Sí, ese contraste tan suave es lo más acertado del cuento.
Suerte.
Muchas gracias, Santi. Favor que me haces con tu comentario.
Saludos.
Héctor
Estupendo relato, una razón mas para desear estar en Hollywood .
Donde hay soñadores vive Don Quijote .
Un fuerte abrazo Héctor y mucha suerte.
Con cariño Anita E.
Exacto Anita. Qué mejor ejemplo de soñador que Don Quijote.
Un abrazo y suerte para ti también.
Héctor
Oye, me ha gustado el relato!!!!
Me alegro. Gracias por leerme, Isabel.
Saludos
Héctor
La voz del narrador en este texto es lo que más me ha gustado, cómo nos lleva de la mano por esa alameda llena de mimos, estatuas, mendigos, etc.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario, Susana. Realmente hay que ver a esos personajes. Nunca he visto nada como aquello, al menos no 365 días del año.
Saludos y un abrazo para ti también.
Héctor
Luego se encaminó por un callejón oscuro,,lo vimos alejarse mientras el sol se ponía…
Lotananza guardaba otra historia en su relato
Mucha suerte