ABR52. EL CUENTO DEL CABALLERO ENAMORADO, de Blanca Oteiza Corujo
La luna asoma ya por el horizonte acompañada de las primeras estrellas cuando el caballero se dirige hacía el balcón de su amada princesa. Allí, rodeado de rosas y jazmines aclara la garganta antes de comenzar la serenata. Recita poemas al aire que a los oídos de su querida llegan y a los de las luciérnagas que iluminan el escenario. La dama sonrojada sonríe al cantante inesperado que interrumpe el silencio. Tras el concierto de amor no hay aplausos, tan sólo un pañuelo bordado por ella misma, que sus labios rozan en un sutil beso, es lanzado hacía abajo. El caballero lo recoge con un palpitar acelerado en su corazón enamorado y lo guarda como el mejor tesoro jamás conquistado. La victoria en la batalla del amor ha llegado aunque esa noche no puede dormir, demasiado alterado se halla su corazón. A la mañana siguiente en el encuentro frente a su dama una mirada, una sonrisa y un susurro “nos vemos esta noche”.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado. Así la madre cierra el libro, lo posa en la mesilla, le besa la frente a su hija y con el mayor de los amores le dice buenas noches.
Blanca, qué sensación tan agradable leer un cuento a un niño viendo como se desvanecen sus ojos. Suerte y saludos.
Hola Calamanda,
Sí, es cierto que es muy bonito leer un cuento a un hijo/hija mientras se duerme.
Por suerte, yo puedo hacerlo cada noche.
Saludos, Blanca
me contaron a mi tales cuentos tan románticos… ¡y me les creía!… ingenua era… muy ingenua…
pero también era muy bonito creérselos… le has contado muy bien…
Muchas gracias Kistila.
Saludos, Blanca
Muy bonito el cuento. Y muy importante contarlos. No dejes de hacerlo Blanca. Un saludo. Elena Sánchez
Gracias Elena.
De momento espero no dejar de contarlos, mis hijos aún son pequeños y les encanta que les lea.
Saludos, Blanca
Gracias Ana,
Como siempre un placer recibir tus palabras. Me alegro que te guste el cuento.
Saludos, Blanca