53. Amanecía
Amanecía. El frío hurgaba en la ventana hilvanando estelas de escarcha mientras ella se agitaba bajo la pesada manta. Después de ponerse la bata, dobló su Esperanza con esmero, a su manera, y la encadenó bajo la almohada.
En la mesilla, la vela que alumbraba su foto, hacía horas que estaba consumida. Abrió el cajón para reponerla, pero no se acordó que allí se escondían la Pena y la Oscuridad, y sus ojos se cubrieron de negras lágrimas inconsolables. Para combatir el opresivo silencio que se escapó del armario, encendió la radio: La Voz iluminó su rostro por un instante, el mismo que tardó en olvidarla.
Recordó que había perdido la memoria. Comenzó a buscarla por toda la casa pero sólo halló un fantasma que le hizo compañía. Tenía hambre, pero no encontró la cocina. Sollozó con un llanto profundo y sobrecogedor. Una congoja tan extenuante le invadió que se fue a la cama apretando en su fibrosa mano el mechero y la llave que colgaban de su cuello.
Amanecía. Un calor sofocante invadía el cuarto mientras ella se agitaba sobre la ligera sábana…
En la mesita, la vela que iluminaba su foto, hacía horas que se había consumido…
La vela se ha consumido, pero la soledad que desprende tu relato tardará tiempo en desaparecer.
Un saludo, Luis
Muchas gracias por tus palabras. Verdad dices, la soledad es un silencio que amordaza los sentidos.
Un saludo, Margarita.
LuisCar
Amanece y no se vislumbra futuro, todo es como ayer.
Muy sentido relato, con un dejo de tristeza.
Un abrazo y suerte.
Gracias por tus palabras que siempre sin bien recibidas. Soledad es demasiado frecuentemente compañera de viaje.
Un saludo
LuisCar
Qué triste relato, lleno de soledad y sin cambios en el mañana. Preciosa prosa que me ha encantado leer.
Gracias por tus amables palabras. La soledad es un drama que acompaña a muchas personas que nos rodean y muchas veces ni nos damos cuenta.
Un saludo
LuisCar
El relato logra muy bien ese poso de tristeza que acompaña siempre a esas soledades que muchas veces tanto pesan. Muy logrado. Mucha suerte 🙂
Como siempre, muchas gracias por comentar mis historias. Tienes mucha razón, la soledad no es un a enfermedad, pero sus consecuencias son también letales. Un abrazo y mucha suerte.
LuisCar
Es un relato triste que nos habla de la soledad de los ancianos que además han perdido la memoria. Me gusta, aunque quizás sin esas Esperanzas, Penas, Oscuridad en mayúsculas me hubiera gustado más. Enigmático el mechero y la llave. Parece que se prende fuego la casa, pero la llave no tiene utilidad. No sé. Suerte.
Creo que tienes razón en el caso de las palabras en mayúsculas. Dudé en el tema y me confirmas que elegí la peor opción, pero de los errores se aprende. Respecto de la llave es para la cadena que mantiene su esperanza viva y la vela para iluminar la foto que le hace compañía. Obviamente es una historia fallida pues no se comprende. Muchas gracias por el tiempo que te has tomado en leerla y más aún por comentarla. Un abrazo y Feliz Año.
Qué noche de pesadilla o fiebre, Luís. Excelente relato que mueve a la reflexión. ¡Muchas Felicidades!