ABR24. ELOGIO DE LA LOCURA, de Ana de Urán
El gigante siente un hormigueo en la cicatriz de la mano izquierda, como cada vez que va a cambiar el tiempo. Le parece que la pequeña lanza de aquel hombre vuelve a abrirle la piel. ¡Aquel hombre!, el único que, por encima de las apariencias del mundo, fue capaz de verlo.
Cada vez que va a cambiar el tiempo y le hormiguea la cicatriz, el gigante cierra los ojos y vuelve a ver a su feridor, lanza en ristre y con el caballo al galope, rasgándole la mano al grito de: ¡Dulcinea!
Que original forma de narrar la historia desde el punto de vista de un gigante-molino que se nos presenta como un anciano achacoso. Muy bueno
Muchas gracias, Paloma, siempre se pueden ver las cosas desde «el otro lado», que suele ser el más suculento
Ana, el cuento con su original idea deja sabor a un poquito más.Suerte y saludos.
Ana, genial tu primera aportación por aquí. Me ha gustado el giro que le has dado a «la historia».
Cuando te conozcan por aquí fliparán.
Besos
Me alegra mucho Ana que te hayas animado a participar, es el primer paso. Tienes tiempo de ir preparando el de mayo, sin prisas, como tu sabes hacerlo. En este relato has «humanizado» al gigante con los achaques de las cicatrices, y el recuerdo del ataque. Suerte para fin de mes.
Ana, siguiendo lo dicho por Miguel Angel, no te conozco aún, pero flipo con tu tarjeta de presentación. Es IM-PRE-SIO-NAN-TE. Original, emocional y literaria. Un auténtico homenaje.
Hermoso, muy hermoso esta rememoranza del feridor
Mira, no lo había leído, y eso que procuro ller todos, así que debido a la lista de Marta, he podido disfrutarlo, y ciertamente es muy bonito e imaginativo. Felicidades