32. Microscopio : El circo
Comenzamos el año 2016 con un texto circense, ¿conseguirá mantener el equilibrio en la cuerda floja que es ponerse bajo la lente del Microscopio?
No me he podido resistir a acompañar este texto de una de mis músicas preferidas «Candilejas» del genial Charles Chaplin.
EL CIRCO
La vida en el Circo Rinpling es muy dura: los repetidos ensayos, los traslados de ciudad en ciudad, el sentimiento de pertenecer a un mundo que se extingue…
Aunque, sin duda, lo peor es el público. Los niños -llenas de palomitas sus aburridas bocas- son incapaces de asombrarse y aplaudir con ganas. Y los mayores -faltos de escrúpulos- desean que la trapecista se caiga y se rompa la crisma, que el mago desaparezca en el interior de su chistera, que el payaso triste se cuelgue de la pajarita. Todos los espectadores se muestran tan insolentes como si estuvieran en el Coliseo Romano, de modo que cuando el lanzador de cuchillos no los clava, por escasos milímetros, en el cuerpo de su partenaire, lo abuchean silbando y pataleando.
Para ellos, solo el número de los leones justifica haber pagado el precio de las entradas y aguantar la función completa. En esa actuación, los animales salen a la pista bajo el redoble de los tambores, desfilan ante las gradas en un alarde de zarpazos y rugidos salvajes, y rodean al domador formando un círculo perfectamente disciplinado. El hombre, fornido y bigotudo, descarga el látigo en sus lomos y las fieras se ponen de pie, se suben a taburetes, atraviesan aros de fuego. Él los azota una y otra vez.
Al concluir el espectáculo, los artistas abandonan la arena con huellas de sangre, las melenas chamuscadas, deshechos. Por dentro, asqueados de su papel en la función. La gente aplaude un poco y comenta la mala calidad de las pelucas y los trajes.
y nos da color al cuento Miguel Ángel Cejudo López, la Marca Amarilla.
(-) No descubro nada nuevo al decir que el título del micro, El circo, es demasiado vago y no aporta mucho a la historia. En la primera línea, además, ya se anuncia que va a ser una historia circense. Si el autor quiere revelar lo mínimo sobre lo que le espera al lector, sugeriría un título del tipo “Pista central” o “Función de tarde”, etc. Si, por el contrario, quiere adelantar que la cosa va de fieras y que es humorístico, algo del tipo, si me permitís la broma, “La leyenda de Ángel Cristo”.
(+) Me gusta la planificación de la historia: la evolución de los dos primeros párrafos con la descripción desenfadada del circo. El lenguaje utilizado.
(-) A mi modo de ver, hay una pequeña contradicción cuando se afirma, al principio del tercer párrafo, que “el número de los leones justifica” el precio pagado por un público tan exigente para luego, al final del cuarto, concluir que la gente se va bastante decepcionada.
(=) Se me ocurre una pequeña mejora (que igual no lo es) al final del primer párrafo, cuando se enumeran las penurias del circo. Podría añadirse, a las ya mencionadas, lo cara que resulta la manutención de las bestias o los obstáculos que pone la Administración al legislar contra los espectáculos protagonizados por animales. Puede esta información complementar el final, cerrar, por decirlo de algún modo, el círculo narrativo.
(=) Un par de cuestiones formales que yo corregiría: al Coliseo Romano le quitaría la segunda mayúscula (al no considerarla parte de su nombre “propio”) y a partenaire le quitaría la cursiva (al ser palabra admitida por el DRAE). Y otra cosita: ¿no os gusta más Rimpling que Rinpling?
(-) Algo no acaba de gustarme del final. No la idea sino la forma. Creo que es “La gente aplaude un poco y comenta la mala calidad de las pelucas y los trajes”. Entiendo que se pretende evidenciar que son empleados del circo de forma indirecta pero no me convence el resultado final. Cambiaría la frase con esa misma intención, que me parece buena. ¿Se os ocurre algo mejor? Me lo pienso…
Un texto correctamente redactado. Con dos salvedades: Circo Rinpling no hay por qué ponerlo en cursivas. Es un nombre propio y ya está, aunque sea palabra extranjera. Y la raya para acotar en los textos es esta ―, no el guion -.
De gramática, estilo y ortografía, si no se me ha pasado algo por alto, no tengo nada que comentar. Quizás estilísticamente me suena mejor «con la ropa teñida de sangre» que con huellas de sangre; y mejor, en vez de «deshechos», desmoralizados.
El título lo veo plano. Muy genérico. Bien es cierto que ubica inmediatamente en el escenario de los hechos, pero también lo haría «Abajo el telón» o «Se acabó la función», por ejemplo. Porque además añadirían un tinte pesimista y dramático (el final de una función de circo, el final de las vacaciones…), muy acorde con el tono del relato. Y desde luego, bastante más original.
El primer párrafo a mi entender no aporta nada. O lo que es peor, con la frase «es muy dura» parece no dejar al lector la posibilidad de decidir por sí mismo cómo es la vida en el circo. El autor debe evitar SIEMPRE introducir conclusiones de los hechos y dar su opinión. Además, los ensayos y traslados en el mundo circense a muchos lectores jóvenes (y no tan jóvenes) podrían resultarles hasta atractivos; y evadirse del mundo en el que viven, también.
Pero como ya se nos ha dicho que todo eso es muy duro, pues no deja espacio para fantasear con esos momentos. Por tanto, como introducción al texto, lo suprimiría.
¿Qué tal algo así? «Pese a los ensayos, los traslados… lo peor de trabajar en el circo es…»
O si no se desea quitarla, entonces borraría lo de «es muy dura» y mostraría por qué lo es. Por ejemplo: «siempre acampando en la periferia de las ciudades, ensayando toda la mañana, pese a dominar de sobra los trucos, solo por matar el tiempo»… Son solo sugerencias para explicar lo que quiero decir.
Es con el segundo párrafo con el que iniciaría yo el relato. Es decir: embaucando al lector y metiéndolo sin más rodeos en lo que realmente me interesa contarle como autor, que es la apatía del público. Aquí ya se habla de la indolencia (en la frase “los espectadores se muestran tan insolentes” me parece que la palabra más adecuada es indolentes); del desdén, el aburrimiento de los niños (“aburridas bocas” no me parece una expresión nada acertada). Quiero puntualizar que aquí sería interesante VER por qué no muestran interés los niños. ¿Quizá tienen las manos demasiado ocupadas con el refresco y las palomitas? ¿Quizá están más pendientes del móvil con el que su madre no para de mandar whatspps? Alguna razón tiene que haber para que se aburran y es lo que el lector busca con avidez en todos los cuentos.
El párrafo de los padres malvados me gusta mucho y no lo veo pega. Ahí sí veo claramente lo que comentaba antes: los padres, por mala leche, como elección, han decidido que quieren morbo, y los pensamientos que se les pasan por la cabeza (y que el narrador nos va contando con suma precisión) van asociados al espectáculo que se les ofrece. Veo escenas y veo cómo su deseo hace que se tuerzan y degeneren en lo que ellos anhelaban. Genial. Muy bien.
El final también es poderoso. La última frase me encanta, encierra en sí misma, con un material aparentemente inocuo pero muy impactante y con mucho peso literario, toda la vileza del público y la humillación de los artistas. Y pienso que es aquí donde el lector decide, sin que se lo impongan de antemano, que «la vida en el Circo Rinpling era muy dura…».
Efectivamente: el circo de ahora ya no se asocia con la ilusión con que era recibido hace años en los pequeños pueblos y grandes ciudades que visitaba. ¿Tendrá algo que ver con su decadencia Internet, la TV por cable, los videojuegos, las multisalas de cine, etc?
(Me llevaron una vez de pequeña al circo y me acuerdo que no me gustó. No he vuelto).
(-) En primer lugar tengo que apuntar lo arriesgado del tema elegido por el autor. Que una de las más afamadas autoras de micros, Ana María Shua, haya dedicado un libro completo al circo −y con unos planteamientos cercanos a los de este texto− hace que parezca un poco trillado y se pierda parte de su impacto en el lector.
En lo positivo hay que destacar que el relato está muy bien escrito; sin embargo creo que ganaría mucho con un buen recorte. Todos conocemos, más o menos, la vida del circo (al menos la de los circos literarios), por tanto bastan pocas pinceladas para evocarlas y las descripciones innecesarias lastran más que otra cosa.
Vamos por partes:
(-) El título es demasiado genérico y no aporta ninguna información, puesto que en la primera línea ya sabemos donde se desarrolla la acción.
(-) El primer párrafo, en el que se cuentan aspectos ya sabidos sobre la vida del circo, creo que podría reducirse al mínimo.
(-) En el segundo abunda la información redundante. Habría que intentar podar las partes más explicativas y dejar las más visuales. Por ejemplo, decir que los niños son incapaces de asombrarse es un juicio del narrador, yo lo suprimiría. Si vemos a los niños masticando palomitas e incapaces de aplaudir, ya entendemos que no se asombran. Lo mismo diría de la falta de escrúpulos de los mayores, es algo que podemos deducir si el narrador nos cuenta lo que desean. Otros elementos que se pueden eliminar son las repeticiones («que la trapecista se caiga y se rompa la crisma» con la segunda parte es suficiente) o la referencia a la insolencia de los espectadores (también es un juicio del narrador) o la comparación con los romanos del Coliseo, que resulta demasiado obvia.
(=-) El tercer párrafo contiene el meollo del relato. De nuevo lo encuentro demasiado extenso, con bimembraciones y adjetivación innecesaria. ¿Es necesario decir «justifica haber pagado y aguantar hasta el final»? Con uno de los elementos sería suficiente. En cuanto a los adjetivos deberíamos huir de los tópicos: los zarpazos y rugidos de los leones son necesariamente «salvajes» y «perfectamente disciplinado» también resulta algo previsible para el círculo (con disciplinado o con perfecto tendríamos más que suficiente). También se puede suprimir la última oración, si se quiere insistir en la repetición del hecho se podría indicar anteriormente («descarga una y otra vez el látigo»).
(-) Y llegamos al párrafo final, el que debería cerrar brillantemente el texto y tengo que decir que decepciona un poco. Nos sorprende que los azotados no sean leones, sino personas, pero comparado con los deseos de los espectadores, de ver a la trapecista descrismarse, creo que no tiene suficiente fuerza. Tal como estaba planteado el relato, sin al menos un muerto (tal vez el domador), no creo que los espectadores aplaudieran.
Como conclusión yo diría que, aunque no siempre menos sea más, en este caso sí podría abreviarse el texto bastante para que ganase en efectividad. Además, aconsejaría al autor a que se atreviese a llevar su relato hasta el límite, parece que después del planteamiento no se ha atrevido a llegar hasta el desenlace realmente salvaje que el lector espera.
He leído con atención el relato y creo que el título ya me empieza jugando una mala pasada pues no me deja que sea yo quién adivine la conexión que existe entre título y relato.
El texto me gusta, eso es un punto positivo para el autor o autora, pues no me gusta el circo, pero me hace seguir leyendo para saber más. Lo que ocurre es que siento como si leyera una y otra vez lo mismo con diferentes palabras.
Creo que debería ser un poquito más breve. Aún así su lectura es fácil y si lo que quiere su autor/a es transmitir la decadencia del circo y la apatía de las personas a este género, lo consigue.
Una pega, el último párrafo, lo encuentro algo vago, sin fuerza, como
si hubiera que cerrar el relato ya porque no admite más palabras.
*Cuando yo escribo un relato, no me analizo tanto, si hiciera esto con mis textos de vez en cuando, otro gallo me cantara.
Mi felicitación para todos examinado/a y examinadores.
Si lo tuviera que intentar mejorar (que no sé si podría) haría esto:
-Más breve la primera parte y el público sin patalear ni silbar, solo abúlico.
-Más sangre y sufrimiento para esos leones (antes de saber que no lo son), quizás alguna muerte de pura extenuación y una chispita de ilusión en los ojos de un niño ante el evento.
-La ilusión, demasiado tenue, se esfuma. Los artistas abandonando el espectáculo, arrastrando el cadáver, y el final igual, con los tibios aplausos y los comentarios sobre el atrezzo. Es lo que más me ha gustado porque resulta una manera sutil de formalizar que el público conoce la identidad de esos leones (a ver si voy a estar equivocada) e introduce un aire decadente que le sienta muy bien al circo Rinpling.
Digo esto intentando aportar más tensión dramática, no sé si mejoraría. Me gusta el relato y está muy bien escrito. Pero Shua es Shua y es complicadísimo hablar del circo (al menos desde estos parámetros) y que no te recuerde todo demasiado a ella. Con el circo, con el alzheimer, con las sirenas y con los monstruos debajo de la cama hay que tener mucho tiento porque el lector de microrrelatos tiende a pensar de principio: No. Otro de alzheimer no. Y es muy difícil convencer a un lector posicionado en tu contra de entrada. Tiene que ser un texto tremendo. O un lector que no haya leído mucho micro y entonces tu texto le puede gustar un montón porque son temas muy atrayentes en sí mismos.
Y esta soy yo, hablando como si entendiera. En realidad solo venía a comentar que me HAN ENCANTADO X,Y y Z pero me lié. Pienso que han estado atinadísimos y que se aprende un montón al leer su crítica. Gracias, porque no solo aprende el autor del texto sino todos los que nos acercamos por el microscopio. Olé.
Hola a todos los participantes de este Microscopio.
Ha sido un placer dejar mi relato aquí y ver lo que habéis hecho con él, cada uno a vuestra manera. Muchísimas gracias.
He aprendido algo de todos los comentarios, tanto de los positivos como de los negativos. Algunos detalles que aportáis me han sorprendido y me han resultado muy enriquecedores. Tomo nota y los aprovecharé.
Me encanta aprender; pienso que la mayoría de los relatos pueden reescribirse y mejorar (al menos, los míos), y para ello es fundamental exponerlos a la lectura y la mirada crítica de otras personas. En este caso, considero que los tres opinadores han realizado un análisis extraordinario de mi circo y no me cabe duda de que son unos estupendos microrrelatistas.
Un saludo a todos y todas.
Ay, imperdonable olvido, la ilustración de la Marca Amarilla me ha encantado. Muy apropiada. Gracias también a él.
DE NADA!!! Un placer …. jejejej
Un saludo! 😉
Aquí Z. Me quedé con mala conciencia porque parece que solo le encontraba pegas a un micro que es bueno y está muy bien escrito, pero me puse en modo «tallerista ficticiana» y empecé a sacarle pegas. Pensaba que tendría que darle muchas explicaciones a la autora, pero tengo la suerte de que Asun conoce la Marina de Ficticia y sabe cómo trabajamos allí. También es muy de Ficticia el gusto por eliminar todos los elementos que no sean imprescindibles y eso se ha notado en mis comentarios, cada uno tiene su escuela.
Pues un abrazo, Asun, te felicito por la valentía, tú eres muy buena microrrelatista, cualquier día nos vemos en la tesitura contraria. Será un placer.
Hola, Elisa. No tengas mala conciencia, porque precisamente se trataba de sacarle pegas al relato. Yo, personalmente, agradezco mucho más los comentarios negativos que los positivos, pues son los que me hacen crecer como escritora. Y también hay que ser muy valiente para realizar una crítica sincera y honesta, sin remilgos, como tú has hecho. Considero un auténtico lujo que hayas sido una de mis «opinadores», admiro tus conocimientos y tu capacidad de análisis.
Un beso y gracias de nuevo, Elisa.
Aquí X. Admiro tu valentía, Asun, por ponerte delante del toro. Y aprovecho para felicitarte por el Microbibliotecazo de este mes. Como para darte lecciones 😉
Cualquier cosa que diga sobre el texto sería redundar en lo ya expuesto más arriba. Tampoco sé muy bien cómo mejorar ese final que no me acaba de agradar. Sí que polemizaría, y bien a gusto y con cariño 😉 con Y y Z sobre el tema de la eliminación de los elementos prescindibles y redundantes, quizás porque, para mi desgracia, no he asistido a taller alguno ni he consultado decálogos y escribo más bien según sopla el viento. Será porque muchas veces busco un tono humorístico en los textos y para tratar de conseguirlo recurro, a menudo, a las repeticiones o a las exageraciones. Yo, sinceramente, no encuentro motivo para poder esas frases más descriptivas de tu texto. Al contrario, me encanta el efecto conseguido.
Un abrazo a tutti, especialmente a Asun, a Elisa y a Y.
Hola, David. Me ha hecho mucha ilusión que precisamente tú hayas analizado mi relato, porque te considero uno de los mejores microrrelatistas que conozco. Es un honor recibir lecciones tuyas. No has asistido a ningún taller, pero sabes escribir según sopla el viento, lo que tiene más mérito. Y estoy segura de que tú has inventado tu propio «decálogo».
Gracias y un beso enorme.
Asun, Asun, no te pases que yo no doy lecciones a nadie, jajaja. Aunque celebro que te gusten algunas cosas de las que escribo. Te devuelvo el cumplido 😉
Otro beso para ti también.
Hola, Asun. Aquí la opinadora «Y». No solo en los talleres, David, te indican lo de eliminar lo superfluo, es algo que vas intuyendo y perfeccionando con la práctica. Y en cuanto a lo de emitir juicios, como lo de que la vida es dura, sigo pensando que es el propio lector el que tiene que llegar a esa conclusión guiado por las pistas y el propio cuento.
Un beso. Espero seguir leyéndote más a menudo, Asun.
Hola, Susana. ¿Quién mejor que tú para diseccionar un relato mío? No se me ocurre nadie…
Muchas gracias por tu esmerada labor, me ha sido de gran ayuda.
Otro beso para ti.
Ya, querida Y, pero… ¿ese «lo peor de trabajar en el circo es» que propones no es tan opinión como «la vida en el circo es muy dura»? Desde luego, creo que daría para muuuuucha charla porque, para gustos, los colores. Sigo sin ver claro algo tan subjetivo como lo de las opiniones y lo de lo superfluo 😉
Vale. Pues dejamos entonces pendiente la charla para la próxima sobremesa frente a un anisete. ¿Te parece?
Me parece.
Felicitaciones Asun, no cualquiera se anima a ser calificado por estos Monstruos. Más si eres como yo que no tengo la más mínima preparación y voy por donde me lleva el viento.
De caer en manos de estos analistas me destrozan. El día que aprenda puntuación a lo mejor me animo.