MAR162. DILEMA, de Antonio Diego Araujo Gutierrez
«Hay un mundo paralelo, un mundo que subsiste a la amenaza del Apocalipsis inducido por el Poder, un mundo inmune a la propaganda del miedo«.
«Al cruzar la frontera tuve una extraña sensación de incertidumbre, apenas han pasado dos horas, pero aquí el tiempo adquiere una dimensión eterna que hace inútil cualquier intento de medirlo. Todo cuanto estaba bajo control es ahora impreciso. Siento desazón y esperanza, pero aún tengo fuerzas para superar el vértigo de la rebeldía. No puedo esconderme. No puedo mirar atrás.«
Después de leer el mensaje comprendí la razón de su extraño comportamiento en las últimas semanas. Días más tarde fui nombrado su sucesor en el cargo. El Partido esperaba que llevara a buen término mi primera misión: acabar con él.
Los satélites detectaron su chip personal en un punto situado al noroeste del continente. Demasiado fácil como para tratarse de un descuido. Al instante recibí un mensaje: «ven solo«.
Acudí a la cita. El amanecer tenía todos los colores de la juventud. Entré lentamente en la casa abandonada. Sobre la solitaria mesa de la estancia refulgía el metal de una pistola. Su voz habló desde un rincón en penumbra: «dispara o únete«.