46. Radio Ga-Ga
En casa de mis padres lo más parecido a una mascota que tuvimos mis hermanos y yo fue la radio. Encendida desde la primera hora del día en que abría los ojos, mis tímpanos sintonizaban esa música de fondo eterna en casa. No importaba si había gente para escucharla o no, siempre estaba puesta. Recuerdo que antes de ir al colegio oía aquella saga entrañable tan nuestra “La Saga de los Porretas”. Y aquellas tardes contadas por mi madre con Elena Francis.
Ahora los programas han cambiado pero mi madre sigue fiel a las frecuencias que le dan noticias, alegrías, tristezas, los fines de semana deportivos, los lunes de los “grandes relatos” como dice ella. Yo a veces intento “Ser” entre todos ellos pero de momento no he tenido suerte; la única vez que mi voz ha salido en las ondas fue para pedir una marquesina de autobús porque estaba hasta el moño de mojarme en la parada cuando iba al trabajo. Que aparato tan hermoso que te deja soñar poniendo caras guapas a esas voces tan bonitas. La televisión siempre tuvo la virtud de tirar por tierra aquellas ensoñaciones.
También recuerdo con cariño «La Saga de los Porretas» y estoy totalmente de acuerdo en la capacidad de compañía que tiene la radio, en tanto se puede compaginar con otras actividades, sin que sea necesario sentarse en una butaca para atenderla. También es notorio la imaginación que fomenta, en este sentido ocurre algo parecido a la adaptación en película de una novela, que casi siempre acabamos por decir que preferimos el libro.
Suerte y un saludo
Me resulta muy familiar eso de la radio funcionando a todas horas. Y lo de las voces… antes te pasabas media vida escuchando a alguien y rara vez le podías poner cara, y cuando por fin podías te llevabas una sorpresa. El relato hace un gran repaso de todas esas pequeñas cosas que lleva la radio en su mochila despuès de tanta andadura. Mucha suerte 🙂
Oh, cuantos recuerdos me transmite tu historia. Recuerdos de infancia. De tardes enteras, durante el invierno lluvioso de Galicia, disfrutando de su compañía.
Me gustó. Suerte Estíbaliz.
Ton.
¡Qué gran verdad lo de las voces y las caras! Me he preguntado mil veces cómo serían algunas de las voces más preciosas que he escuchado por la radio, y ¡qué bonito es poder imaginarlo! Mucha suerte.