MAR121. ALIENTO, de Sergio Sanmartín (Samuel Osda)
Randy era el más viejo de todos; tenía escamas rojas por el cuerpo y las encías negras. A los dos nos gustaba asustar a las niñas, pero a Brenda la dejábamos que nos acompañara cuando íbamos al vertedero. Cada vez que encontrábamos un cachivache, Randy nos contaba historias de otros tiempos y yo soñaba con las luces multicolores de la ciudad, al otro lado del río. Uno de esos días empezó a llover y nos ocultamos entre la chatarra antes de que la lluvia nos dibujara de rojo la piel. Allí encontramos una cabeza de mujer fabricada con metal; la cara le colgaba a jirones y tenía cables saliendo por las cuencas de sus ojos. Randy la acunó entre sus brazos: —Una vez tuve una igual —dijo—. Cuando llegaba a casa del trabajo me recibía con un beso y me servía la cena. Luego veíamos la tele acurrucados en el sofá.
Alargué la mano para tocarla pero la retiré en cuanto noté su tacto. Brenda temblaba de frío en una esquina; me senté junto a ella y la rodeé con los brazos. Me quedé dormido sintiendo su aliento cálido sobre mi cuello.
Me gusta mucho como llevas el ritmo de la historia, la atmósfera y las sensaciones. No me queda claro qué o quienes son los protagonistas, pero eso es poco importante porque la historia engancha y fluye y deja una sensación de profundidad y buen hacer.
Felicidades.
Samuel, tu historia se desliza, suavemente, por descripciones y cotidianidad futurista. Saludos y suerte.
Felicidades por la selección del mes de marzo. Un micro muy verosímil.
Un saludo.