MAR117. EL SERVICIO, de Luisa M. Pérez
Caminaba nervioso. Le costaba asumir que su primera vez fuera así, un servicio. Apretaba los dientes mientras miraba de un lado a otro, como si los demás pudieran percibirlo.
Apartados quedaban los sentimientos, la emoción de la primera vez, esa excitación incontrolable, ese pálpito que con el tiempo se calma.
Le ardían las mejillas, las manos le sudaban. “Eres un pringao, Julián, nunca mojarás».
Sus pies le llevan de manera inconsciente hasta el hotel. Al llegar a la habitación 20 84 duda por un instante. La moqueta del pasillo, los jadeos en la habitación contigua… No es como él hubiera deseado, pero esa maldita frase…
Al entrar la encuentra sentada en la cama. Percibe el pánico en sus ojos, el gesto forzado. Oh, eso no es lo que quería, no… Se sienta en un borde, callado, inmóvil por el miedo a la situación. Pasan los minutos, quién sabe cuantos.
Ella se tumba de lado. El miedo va disipándose y se convierte poco a poco en empatía hacia esa persona que seguramente tiene una vida casi normal, excepto una espina que duele y que la ha llevado a entregarse al juego ajeno.
Acoplándose a ella, cierra los ojos.
Tu vena periodística. Tu forma de describir a Julian. Siempre tan observadora. Y al final en dos pinceladas la imagen perfecta de la prostituta. Que gusto leerte Luisa. Un beso
Gracias a ti por despertar algo que llevaba tiempo latente… y es que los 140 caracteres me sabían a poco…
Muy bueno Luisa. Leyéndote haces q nos metamos realmente en la piel del protagonista y sintamos su angusia y sus miedos. Espero que sigas escribiendo. Besos. Moli.
Merci guapa!
Me ha gustado! escogiste las palabras justas para describir y crear imágenes en la cabeza de cada lector … frases que hacen pensar y querer saber más. Por qué paga él un servicio? xq ella llegó ahí? que les pasó antes? como acaba?? … kiero más!!!
GEM
Digno de un capitulo de serie adolescente y no tan adolescente. Cuidadin con los guionistas espabilados que me copian a mi luisita. Un beso desde euskadi
Muy descriptivo y claro, con un final como tiene que ser. Para las pocas palabras que hay, se dicen muchas cosas.
Pau.
Me despierta ternura cuando «se sienta en un borde…» y también un poco de pena cuando el chico sigue, presionado por otros, los impulsos de su líbido ante una situación forzada e incómoda. Me ha gustado. Enhorabuena.
Un saludo
Sergi Cambrils
Gracias por vuestros comentarios, me animan a seguir e intentar mejorar…
Luisa, nos has salido toda una relatista……
Me he sentido muy identificada con los nervios de la primera vez…
Espero que esto sea el comiendo de la familia PEREZ DIAZ que que vena teneis las dos…
Besitos