72. LA RADIO. (Asunción Buendía)
Ahora con la perspectiva que da la distancia en el tiempo, puedo recordar sin tanto dolor. Comprender a unos y perdonar a otros.
Comprendo, abuela, que en tu desvarío senil olvidaras la promesa de no nombrarle nunca más. Qué culpa vas a tener tú de que todos los días se colara en casa sin permiso aquella voz. Yo misma te regalé el transistor que trajo al innombrable de nuevo a nuestras vidas. Día tras día me lo anunciabas con la alegría inocente de una colegiala que chismorrea con su compañera de clase: “calla, vamos a escuchar a tu padre, pero que no se entere Luisita”, en tu confusión siempre olvidabas que Luisita era tu hija y mi madre.
Nunca entenderé tu ausencia infinita, papá, en mi casi feliz infancia. Ni en la difícil adolescencia, cuando fantaseaba con tu paternal comprensión.
Tú, mamá, debiste ser más fuerte. Yo existía ya, un minúsculo corazoncito milimétrico que latía con fuerza dentro de ti y merecía saber de él, de mi padre. Porque él te abandonó solo a ti.
Hoy los tres juntos, en el silencio del camposanto, depositamos para que te haga compañía, tu radio, como ofrenda que viene a cerrar el círculo.
Asun, bonita historia y en cierta forma entrañable con esa abuela convertida en casi niña. Bonito final que cierra el círculo con la radio que tantas historias hizo vivir y sentir.
Un abrazo
Gracias, Blanca pensé en hacer una historia donde la radio uniera a una familia rota.
Um abrazo
Asunción, con la radio como fetiche, y de alguna forma cordón umbilical de las tres generaciones, creas una entrañable afmosfera en tu cuento. Suerte y saludos
Gracias, eso quise escribir justamente, con esa voz que se colaba en casa.
Un abrazo
Una agridulce historia familiar contada con mucha delicadeza y esa radio que es el nexo entre todos sus miembros, muy bien encajada. Muchos besos y suerte, Asun.
Muchas gracias querida Belén, quizá es ina hitoria complicada para un relato corto.
Un besazo
Una ausencia suplida por la radio, la incomprensión por el abandono y el dolor consiguiente mantenidos vivos por una voz lejana y a la vez próxima. Un aparato transmisor como nexo de unión para paliar en parte lo que se había separado, algo más que un simple objeto eléctrico.
Un abrazo y suerte, Asunción
Gracias Ángel por tu atenta lectura.
Y felicidades por tu éxito merecido en wonderland.
Un beso
Pues oye los faraones se enterraban con sus cosas y ella tiernamente con su radio que le dio mucho más de lo que pensamos seguro.Abrazos y suerte
Gracias Manuel por tu lectura,
Un abrazo
Delicada historia contada con dulzura. Esa voz que a través de las ondas le permite estar algo más cerca de su padre. Una vida llevada con cariño pero con la falta de ese estar paternal que ella tanto habría querido.
Cierras el circulo de manera perfecta con ese final y esa imagen de la unidad familiar y la radio.
Un beso guapa. Suerte.
Así es una vida de ausencia paterna que se soluciona a través de la radio familiar.
Un beso grande M Belén
Es que la radio, es la compañera más fiel.
Bien contado, Asun.
Suerte.
Pues sí la radio ha llenado muchos momentos en nuestras vidas.
Besos
Redonda historia en que la radio hace de hilo conductor y una abuela que es todo una personaje. Entrañable. No tengo que decir lo mucho que me gustado.
Un fuerte abrazo.
LuisCar
Gracias y me algro de que te haya gustado.
Un abrazo
Hola, Asun.
Muy tierna y redonda la historia que nos traes.
Me gustan los micros en los que aparecen los abuelos… Será que me hago mayor y me vuelvo nostálgica.
Uf, tengo que ponerme las pilas que estoy algo atorada y aquí sois todos muy grandes.
Hola Tow mira wuien habla de ser grande.
Bueno pienso probar la mermelada que lo sepas y alomejir te saco un desayuno además.
No te pongas las pilas que nos dejaras por los santos suelos a todos.
Nos vemos la semaine prôchaine.
Besos desde mi retiro playero
Gracias Ana, la ternura está siempre presente en mis relatos.
Besos
Bonita manera de cerrar el ciclo. Muy buen relato Asunción, Felicidades.
Besicos muchos.
Gracias Nani, los círculos se cierran de muchas maneras y en este caso fue a través de aquel aparato de radio.
Besos grandes
Una bonita y tierna historia con esa radio de nexo a tres generaciones. Dibujas una despedida con ese gesto paliativo que le da aún más fuerza al vínculo que se intuye a esa estirpe de personajes. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias Juan Antonio por acercarte a leerme y comentar.
No tengo ni tiempo ni lugar para escribir como quisiera, pero en fin, no quiero dejar de hacerlo.
Un beso