MAR114. MUERTOS DE ABURRIMIENTO, de Carmen Llombart Velázquez
Aquella noche, el Jenaro bajó de la sierra voceando que la luna se había puesto roja y que sonaban como trompetas. Las calles se llenaron de chiquillos y de comadres cotillas y el pater gritaba: ¡El apocalipsis! ¡El apocalipsis! En bar del Tolo, los parroquianos bebían chatos apostando sobre el destino de cada uno, -aunque creo que allí todos querían ir al infierno para estar con la Encarnita-. Al principio nos asustamos; aparecieron muchas bestias extrañas y andábamos medio mareaos con tanto meneo de luces… Pero luego, todo nos pareció muy original y entretenido y el alcalde dijo que eso iba dar mucha vida al pueblo y que atraería al turismo. Cuando llegaron los cuatro jinetes, salimos todos muy orgullosos a su encuentro, porque por aquí nunca se ha dignado a pasar nadie importante. Pero, cuando mejor estábamos, comenzaron a murmurar entre ellos, revisando papeles, y nos dijeron que se habían equivocado, que el fin del mundo no era aquí, que lamenten las molestias y se marcharon. Después nos enteramos que iban a la capital y el alcalde se enfadó mucho. Aunque a nosotros nos da igual, no nos habíamos divertido tanto desde que cayó aquella bomba en el 2084.
Con ciertos tintes a la peli de JL Cuerda.
Muy divertido.
Santi S.
Yo no conozco esa peli, pero me ha gustado el relato. Una sonrisa para saludara a la Prima-Vera que llega en poco más de dos horas. Abrazos apocalípticos.
Aurora, la peli es
Amanece, que no es poco (1989)
Carmen, en la situación se aprecian todas la sorpresas que acontecen con agilidad y ritmo. Buena ambientación. Suerte y saaludos.
Carmen, no sé qué me gusta más: la agilidad, la historia o el título. Me parecen los tres muy muy acertadosy, además, roza el estilo costumbrista, mi preferido. De verdad que me lo he pasado genial leyéndolo. Así da gusto. Un abrazo.
¡Muchas gracias! La historia se me manifestó un día en el que se me preguntaba cómo vivirían el fin del mundo todos esos pueblos fantasmas que permanecen aburridos desde que desaparecieron, expectantes a que algún incauto les alegre un poco el día, estilo «2000 maníacos». Me alegro de que os haya divertido, ese era mi fin. ¡Un abrazo!
Bien por este relato tan surrealista.
Suerte! Un saludo
Entre Berlanga y Gila. No hay nada como un pueblo para ver pasar el futuro, el apocalipsis y lo que sea. las cosas importantes están dentro.
Muy buen relato, divertido, ambientado y dialogado. Suerte.
Estaba pensando como Antonia, humor muy de Gila. Muy gracioso.
Un abrazo.
Carmen, me ha gustado mucho la visión carnavalesca y apocalíptica de tu relato y también el título. Felicidades.
Muy original. Curiosa fantasía entre las fantasías. Muy buena la situación y la carcajada a punto. Enhorabuena por la mención del mes de marzo. Te la has merecido.