111. DESIGNIO (Beto Monte Ros)
Probablemente su vocación quedó manifiesta desde pequeño; cuando empezó a aprenderse de memoria los boleros que su papá oía en la radio, mientras trajinaba por la casa. El gusto de cantar imitando a los artistas, vestido como sus hermanas, llamó la atención de los padres quienes, preocupados, pidieron al párroco que lo aceptara como monaguillo, para encarrilarlo por los caminos del señor y alejarlo de cualquier desviación; pero en lugar de meterlo entre los misales o asignarle función de turiferario, fue en el coro donde la iglesia sacó provecho de su talento.
La adolescencia lo encontró convertido en un joven entregado a los afanes religiosos que, los domingos, entretenía a los feligreses con su voz de castrati. Su madre, sentada en los bancos de la primera fila, le escuchaba con una expresión en la que se adivinaba su deseo más íntimo: verlo algún día parado en el púlpito, celebrando la liturgia. Pero él, aunque estaba dedicado a su fe, no quería ser un maricón metido a cura y sólo esperaba tener la edad apropiada para irse a trabajar a algún bar de travesti, reunir dinero para el cambio de sexo y cumplir su sueño, ser monja.
Beto, una historia excelente. Con ese designio del Señor ciertamente inexcrutable.
Me ha gustado mucho.
Suerte.
¡Vaya Rafa! Si alguien como tú, que sí escribe historias excelentes, dice que ésta lo es, no me atrevo a contradecirte. Gracias por tan generoso comentario.
Saludos.
Hola, Beto.
Magnífico el giro final «y cumplir su sueño, ser monja». Vaya historia tan rocambolesca.
Me ha gustado muchísimo.
Un abrazo grande.
Hola Towanda.
Qué alegría verla por mi relato.
Si, en realidad esta historia es un poco rocambolesca. No creo que la iglesia católica acepte a un hombre como monja o a una mujer como sacerdote, aunque uno u otro se cambien de sexo. Me alegra saber que le ha gustado, muchas gracias.
Saludos.
Beto, vaya historia bien ambienta y fenomenal final. Suerte y saludos
Decirme que este micro le ha gustado me pone contento, muchas gracias Calamanda.
Saludos.
Buen final Beto, me ha gustado ese giro para rematar la faena. Suerte.
Besicos muchos.
Nani, el giro final está puesto con toda la intención, el objetivo del desarrollo del relato era llegar a él. Muchas gracias por su comentario, me alegra que le haya gustado.
Saludos.
Más que un giro final, hay allí un tirabuzón! Cuando pensabas que el giro final es el bar de travesti y la operación de cambio de sexo, va y con otro giro se quiere hacer monja!
Buena historia Beto.
Un abrazo.
En realidad, al final tuve que eliminarle algunas palabras, porque me pasaba de las 200 y la opción que se me ocurrió fue separarlo con esa última coma, corriendo el riesgo de que se fuera a interpretar como una ocurrencia, pero no lo es. Gracias M.Carmen, por el comentario y por considerarla una buena historia.
Saludos.
Un vuelco que sorprende a todos, una trayectoria que comienza de una forma aparentemente sencilla, con los boleros de la radio, todo tiene un inicio. Ya se sabe que los caminos del Señor son inescrutables. Un relato valiente y directo, Beto.
Un abrazo y suerte
Hola Ángel. Hace algún tiempo leí un libro titulado Punto de inflexión (Tipping point, en inglés) de Malcolm Gladwell, que a modo de lema decía: “algunas pequeñas cosas pueden hacer la diferencia.” Y en esta historia esos boleros fueron el evento o punto de inflexión que” inició todo” y desencadenó los acontecimientos que marcaron la vida del protagonista: destaparon su homosexualidad y lo involucraron con la religión. Gracias por la lectura y el comentario.
Saludos.
Veía venir lo de la inclinación sexual, era fácil; pero lo de ser monja, me ha pillado con la guardia baja y… no sé, no sé, no sé si la Iglesia lo admitirá. ¿No ha pensado en, sencillamente, ser una señora muy de misas y eso?
La radio solo es la música de fondo en este micro, y al principio. Él ya venía de serie… de otro modo.
Suerte, aunque no la necesitas
Creo que si se quedaba como “una señora muy de misa” no llegaría a una completa realización en su vida. Para mí su planteamiento, Luisa, es la esencia de este relato: ¿Lo/la aceptaría la iglesia? Ella, de todos modos, parece que lo intentaría. Gracias por leerme y dejar su comentario.
Saludos.
Muy bien contado el relato Beto. Llevándonos por donde tú quieres, durante la lectura. Y ese batacazo final, que es de «Padre y muy Señor mío».
Amén, te diría yo.
Ton.
Pues yo, Ton, ante ese comentario tan amable solo puedo contestar con otro ¡amén! y darte las gracias por favorecerme con tu lectura.
Saludos.
Genial, Beto, me has dejado con la boca abierta.
El giro final de antología
Suerte y Saludos desde allende los mares.
La reacción que este micro ha provocado en usted es de premio, es todo un halago. Quisiera estar junto a usted en cualquier antología, muchas gracias María Jesús.
Saludos caribeños.
Solo cruzando el Océano se me premia y aparezco en antologías. Aquí, únicamente una una élite entienden mis relatos.
Saludos desde allende los mares.
No me llevo mucho con las elites, pero yo, particularmente, disfruto sus relatos.
Saludos.
¡Ja!
A veces Dios escribe con renglones torcidos.
Saludos, Beto.
Así es Carles y nosotros nos empeñamos en torcerlos aún más.
Gracias por pasarte a leer mi aportación y por dejar tu comentario.
Saludos.
Sorprendente por haber tocado un tema peligroso, me gustó como lo llevas y por lo irreverente. ¡Muy bueno!
Un abrazo y suerte.
Espero que no me excomulguen o me quemen en la hoguera, es peligroso meterse con la religión y sus tabúes. Gracias Moli por tu gentil comentario.
Saludos.
Lo digo a menudo: no se puede luchar contra la propia naturaleza. Tu protagonista tiene la valentía de afrontar y aceptar la suya y eso me gusta especialmente. Además de eso, coincido con el resto de los compañeros en cuanto a la sorpresa final. Besos y suerte.
Hola Ana
Sí, yo también creo que es un personaje valiente y prefiere servirle a su religión sin vivir en la mentira, con un sexo que no es de su preferencia. Gracias por la lectura y el comentario a mi propuesta.
Saludos.
Un relato magnífico. El titulo y el final muy acertados.
Felicidades
Título, caray.
Gracias María, por leerme y premiarme siempre con su amabilidad.
Saludos.
Beto, me encanta la forma con la que has jugado con la historia hasta dejar un final perfecto.
Los padres pueden sentirse orgullosos ya que, al final, su hijo tomó los hábitos.
El sexo escogió el que su interior le pedía y eso debe ser sagrado.
Muy bueno, sí señor, con un gran mensaje y un extraordinario ingenio para rematar una gran historia como se merece.
Enhorabuena. Me ha encantado.
Pablo, me complace verte por ENTC compartiendo tus magnificas letras y tus generosos comentarios. Gracias por la lectura y me alegra saber que te ha gustado este microrrelato.
Saludos.
Beto, fenomenal historia e inmejorable final, suerte y saludos.
Gracias Calamanda, me motiva su comentario.
Saludos.
Me ha gustado (mucho). El final me arrancó una sonrisa. Estupendo ese giro, Beto.
Suerte y un abrazo.
Yo estoy más que encantado de que le haya gustado, me alegra haberle sacado esa sonrisa. Muchas gracias Cristina, por leerme y comentar.
Saludos.
Vaya, monja, ni más ni menos…
Interesante historia, con un título que le va al pelo.
Un abrazo, Beto y ¡suerte!
La iglesia sólo acepta como monja a las féminas y como cura a los varones. Este personaje lo tiene claro, no quiere servirle a su dios desde la mentira, sino desde el sexo al que se siente pertenecer. Gracias Rosy, por favorecerme siempre con su lectura y opinión. Muy generoso su comentario acerca del título.
Saludos.
La lucha contra lo establecido, contra el encorsetamiento familiar, la tiranía eclesiástica, pero para nada contra sus sentimientos, que son diáfanos y reales. Me ha encantado, Beto. Abrazos.
Salvador, amigo. Me encanta que hayas encontrado todos esos detalles en esta historia. Gracias por favorecerme con tu lectura y comentario.
Saludos.
Qué bueno Beto!! Me gustó mucho. Suerte!!
Sandra.
Gracias Sandra (Pulgacroft), es un halago su comentario y saber que le ha gustado.
Saludos.
Muy bueno, me gusta cómo has desarrollado la historia y el giro final, sorprendente. Suerte.
Qué bueno Concha que le ha gustado la historia, de ella lo primero que se me ocurrió fue su cierre mientras elucubraba, un poco, sobre lo que es correcto o no para la iglesia. Gracias por la lectura y su comentario.
Saludos.
Y es que a veces nos empeñamos en cambiar lo que no se puede, al final todo sale, los boleros, los quehaceres de la casa, los vestidos… esos designios que tan bien has narrado. Nos has ido llevando hasta esa clausura que es la guinda del relato.
Felicidades por ello Beto. Un abrazo.
La naturaleza es sabia y siempre encuentra la manera de prevalecer, aunque las condiciones sean adversas, el protagonista lo sabe y sólo busca la manera de adaptarse al medio. Me complace que destaque esos detalles, han ayudado a formar la vocación del personaje. Gracias María Belén, por llegar hasta mi relato y por su comentario.
Saludos.
Con la iglesia hemos topado, amigo Beto.
Y con una gran historia, también.
Felicitaciones y suerte.
“Ya lo veo” estimada Margarita, roguemos a Dios para que un día, ella, abra sus puertas a la tolerancia. Gracias por llegar hasta mi relato y por dejar su comentario.
Saludos.
Que gran historia, Beto. Muy bien narrada, muy bien medida en sus tiempos. Me ha gustado mucho, muchísimo.
Muchas gracias Anna por la lectura, me halaga que le haya gustado.
Saludos.