118. Las voces de la radio
Vivían en un pueblo del Alto Aragón, en el cuartel de la Guardia Civil. Los inviernos, por las grandes nevadas, se quedaban aislados, la única distracción de las mujeres era reunirse en la casa del Cabo donde cosían y cotilleaban a costa de la mujer del Alcalde y poco más. Los hijos escuchaban en la radio “Matilde, Perico y Periquín» donde reprendían o elogiaban a los niños en vísperas de los Reyes Magos.
─Elvira, debes ayudar más a tu mamá.
─Manolo, eres muy aplicado.
─Conchita, trasto, te están viendo Sus Majestades y…
Así pasaban los años, los niños, ya mozos, seguían los pasos de sus padres, las niñas, ya en edad casadera, oían los seriales narrados por Matilde Conesa, Matilde Vilariño y Pedro Pablo Ayuso, mientras cosían sus propios ajuares.
Conchita soñaba con esas historias románticas de amores y desamores haciéndolas suyas, pero claro, vivía bajo un régimen militar de ordeno y mando, exageradamente estricto, exageradamente católico.
Ella sabía que su amor era imposible, a pesar que vivía a un sólo kilómetro de distancia, pero ¿cómo le diría a su padre que era el Prior del Monasterio?
Hola, Esther.
Tu micro plantea situaciones que se vivieron en España hace algún tiempo. Esas tradiciones que cuentas de escuchar la radio mientras se cosía son de nuestro acervo cultural. Creo que ahora, no tanto.
Pero eso de enamorarse de un religioso no cambia.
Un abrazo y suerte.
Nos das una visión muy auténtica del pasado, y el significado que tenía la voz a través de un mueble, en los pequeños pueblos.
El punto final de tu relato, muy bueno.
Deseo un buen futuro a este micro.
Esther, de tu historia lo que me ha encantado es lo bien que has recreado la atmósfera de aquellos años.
Esther, tu relato traslafa pormenorizadamente a otro momento, a ssus protagonistas y a una relación, no imposible pero complicada. suerte y saludos