25. Gigante (Lorenzo Rubio)
Anda refugiándose entre las montañas de la Antártida. Subsiste alimentándose de cetáceos y ataviado con pieles de osos polares, lobos marinos y otras especies. Rodeado de miseria, no se rinde a la desidia y busca distracciones, como cuando extiende en toda su plenitud sus piernas y, combatiendo la falta de oxígeno del espacio sideral, se asoma e intenta capturar con sus manos alguna nave que viaje por la galaxia para jugar con ella como hacía de niño con su Águila Imperial de juguete. Él nunca olvida la infancia: su época de felicidad; cuando aún era una persona normal y todos le adoraban por su desparpajo. Pero ahora, en ocasiones, la angustia le supera y, dando zancadas kilométricas, cruza el océano y regresa a su ciudad natal. Allí se acerca a casa, se agacha y observa emocionado a su familia; pero, inmediatamente, sus padres cierran las ventanas, los aviones de caza sobrevuelan el perímetro y él se ve obligado a huir hacia el gélido exilio para guarecerse de tanta crueldad que le cayó encima el día que, por una desconocida enfermedad, comenzó a crecer y crecer sin fin, y dejaron de llamarlo por su nombre para tildarlo de monstruo.
El increíble hombre creciente, el único ser capaz de volar al espacio sólo con estirar su cuerpo. Hasta dónde llegará, seguro que tan alto como el autor de este texto original y bien narrado, donde late el drama de la incomprensión. Tampoco a un famoso simio en blanco y negro, dotado de sentimientos casi humanos, le perdonaron que se saliese de los cánones, por eso es lógico que el protagonista huya al ver los cazas.
Un abrazo y suerte, Lorenzo
Ángel tu corazón es tan gigante que no te cabe en el pecho, gracias.
Muy buen relato Lorenzo, ese ser con rasgos de King Kong de Frankestein o del Cristopher Lambert de los Inmortales paga el pecado que la sociedad jamás perdonará: ser diferente. Enhorabuena!!
Gracias, finalista anual REC, buen análisis.
Si que era grande ese gigante. ¡Madre mía! Cualquiera lo adopta. Esta muy bonita la primera parte cuando describes si manera de subsistir a caballo entre la tierra y la atmósfera. Espero que cuando le de la nostalgia tire de recursos y se coloque en primera fila para disfrutar del espectáculo de las auroras boreales.
Feliz tarde Lorenzo.
Qué bonito, me lo apunto por si alguna vez lo convierto en cuento. Mil gracias!!!
En una primera lectura, me topo con un relato de corte fantástico que funciona muy bien, pero en otras relecturas encuentro otros matices que prenden mi imaginación e incluso encuentro un relato de denuncia sobre lo diferente, la locura, las drogas o la pobreza lo que convierte a esta historia en un buen microrrelato. Cómo todo lo que escribe, éste también me ha gustado mucho.
Saludos Lorenzo.
Gracias, Beto, por tus palabras, visión personal y sobre todo por tus lecturas. Un honor.
Está claro en esto de cabalgar juntos, quién es Don Quijote y quién Sancho Panza. Me ha recordado a esos maravillosos relatos que nos dejaste en la primera copa, y me ha recordado (una vez más), lo bien que te manejas en eso de los realismos mágicos. Mucha suerte, amigo 🙂
No estoy tan gordo, Juan Antonio, pero gracias.
jajajaja… le estáis hablando al asno… jajajajajaja
¿Ahora me llamas Lorenzo Rucio? Jaja
Monstruoso es tu relato Lorenzo.
Un increíble fenómeno que hace de su feliz infancia solo un hermoso recuerdo y de su presente una triste subsistencia en un mundo lleno de prejuicios.
Me encanta esa imagen en la que extiende todo su cuerpo como buscando libertad para jugar, como un niño que todavía es, con las naves y seguro que con algún que otro planeta también.
Una fantástica historia que hace volar la imaginación.
Un beso grande. Suerte.
Gracias, por tu comentario, algunos de vosostros escribís tan bien que hasta vuestros coments parecen poesía.
Vosotros, decía, jeje.
Jo Loren, tú si que eres grande. Las historias se te escapan de las puntas de los dedos y además eres capaz de dotarlas de un trasfondo ético, social y humano que ya quisiera yo. Un gustazo leerte.
Besotes admirados.
Ya quisiera yo tener tus dotes poéticas y bellas de las yemas de tus dedos, gracias, amiga, por tu lectura y ánimos.
Cuánta ternura! Lorenzo, eres un escritorazo. Es una alegría y un gustazo leerte siempre. Y releerte ya ni te cuento. Besos y gracias por compartir esta joya.
Es una alegría y un gustazo leer tus comentarios, muchos besos, Belén.
Un creciente y entrañable personaje, que hace del relato una gozada.
Felicidades, Lorenzo.
¿En serio? Jo qué bien, gracias.
Hola, Loren.
A mí tu personaje me ha llegado muy dentro. Un hombre (un monstruo) que aunque ha crecido no ha dejado nunca de ser un niño.
Es precioso, «touché» en el corazoncito.
Un abrazo grandísimo y suerte.
Me gusta tu expresión de touché y más aún tu visión del personaje, su juego con las naves le delata. Besos.
Como prestidigitador de la palabra te mueves como pez en el agua en el realismo mágico, que mezclas con la crítica social, con suavidad, pero directamente a las conciencias. Como siempre, genial. Abrazos, Lorenzo, y mucha suerte.
Gracias, Salvador, en tus relatos he leído mucho de realismo mágico y sigo intentando parecerme un poco a ti.
Tu relato y su protagonista son gemelos: gigantes los dos. No voy a mencionar la palabra original que me da la risa.
Jaja, Edita, pronúnciala ¿cuál es? Gracias por tus palabras.
Un fantástico relato donde la mezcla de desdichadas y mágicas imágenes que narras, me ha llevado a sentir por tu protagonista la misma inquietud que sentí por el más famoso de los protagonistas de Kafka. Muy bueno, Lorenzo. Un saludo.
Ohh que me sacas los colores, Inma, gracias por tu lectura y comentario.
Muy buen relato, Lorenzo. Ese gigante me ha llegado al corazón, como lo hacen todos aquellos que son ‘distintos’, por el motivo que sea.
Tierno y doloroso al tiempo.
Un beso y suerte.
Gracias, Cristina, aquí hay mucho humano con el corazón gigante. Besos.
Es todo tan grande en tu relato que yo me siento muy pequeña y no sé qué decir, así que callo ya y me voy a leerlo otra vez.
Un saludo, Lorenzo
Margarita, tú eres muy, muy grande. Gracias y abrazos.
Jaja te cuento un secreto, el protagonista velado eres tú, el más gigante de la comunidad.
Me parece un personaje tan tierno y delicado tu gigante. A pesar de que podría ser todo lo contrario, parece estar construido de contradicciones. Cuanto más grande y fuerte es, más desprotegido está.
Me ha encantado, Lorenzo. Suerte!!
Buena visión, Patricia, no lo había mirado con esa perspectiva. Gracias y un abrazo.
Si era tan grande como tú, que tampoco paras de crecer, no me extraña que los demás se aterrorizaran. Suerte y un beso Loren.
Estoy pensando en crear la segunda parte y hacer como Frankenstein, crearle una compañera, creo que la voy a llamar EVA, la grande.
Lorenzo, nos llevas hasta el final. inesperado,
con fluidez y buen ritmo. suerte y saludos
Gracias, Calamanda, por tu lectura y comentario.
Un hombre cuyo cuerpo crece y crece pero, interiormente, no deja de ser un niño. Los demás, sin embargo, sólo se fijan en su apariencia exterior. En ellos, lo que crece es el miedo, sentimiento irracional que les impide ver que son los verdaderos monstruos…
Un cuento fantástico en todos los sentidos.
Felicidades y mucha suerte.
Un abrazo.
Relato con ribetes míticos. Un viaje al espacio de la incomprensión y del espíritu de resistencia humana. Un retorno imposible a la infancia y un dolor gigantesco.
Bien contado, Lorenzo.
Saludos cordiales.
Lorenzo, me gusta tu relato. Como las personas que no son como se estipula, tienen que huir para no ser más machacadas de lo que ya la naturaleza lo hace. Ser distinto es ser raro y por lo tanto marginado, ¡que pena, lo normal es ser borrego o figurón!! Suerte y felicidades.
Besicos muchos.
Un buen relato de crítica social, de como despreciamos lo diferente, lo apartamos, lo marginamos. Quizás, solo quizás, para mí el relato esté exagerado para entrar en el tema del mes, no sé, si le hicieras un poco más pequeño así como una torre Eiffel, ganaría credibilidad. En fin, subjetivo.
Enhorabuena por tu libro con Juan Antonio, que ya me lo dijo en Cantabria.
Este relato es todavía más grande que su protagonista. Me encanta cómo nos has presentado a un ser tan desmesurado y tan vulnerable a la vez.
GRANDIOSO. Ojalá triunfe. Suerte Lorenzo.
Ton.
Este niño grande, se fue a tiempo (aunque obligado) de impregnarse de las ruindades del humano y que tú, tan bien, has sabido mezclar con lo fantástico.
Lorenzo, me lo has puesto muy fácil 😉 … ¡qué grande eres!
Un abrazo, grandote