MAR47. EL LENGUAJE O CÓMO ENTENDERSE DE UNA MALDITA VEZ, de Javier Sánchez Campos
En aquella ciudad todas las calles se llamaban igual. Uno, por ejemplo, preguntaba “¿Cómo se llega al Ayuntamiento?” y un amable vecino respondía: “Coja la 2084 y en la esquina de la 2084 con la 2084 tuerza a la izquierda. A doscientos metros verá la 2084. Sígala quinientos metros hasta dar con la 2084. En esa misma acera, en el 2084 lo encontrará. No tiene perdida”. Y aquel perdido ciudadano agradecía la valiosa información y llegaba a su destino sin necesidad de volver a preguntar a nadie, pues las instrucciones que le habían facilitado eran exactas, no podían, jamás, dar lugar a malentendidos.
Magnífico, Javier, muy en tu línea de humor absurdo, de cómica tragedia, o trágica comedia, ingenioso, inteligente, con personalidad y sin artificios innecesarios, palabras grandielocuentes o metáforas luminosas de las que tanto suelen gustar por aquí. Debería estar arriba este mes!!!
Saludos
NACHO RUBIO
Con mis respetos al realto, me dirijo a ti Nacho. Cada cual escribe lo que siente, lo que le surge en ese momento o/y lo que quiere, con más o menos acierto.
Ahora bien, denostar o minusvalorar el estilo, los artificios, las metáforas con más o menos luz y en la misma manera valorar los gustos de los lectores y/o escritores, no me parece una buena manera de comentar un relato.
El respeto, la tolerancia y la sensibilidad hacia los demás es básico para la convivencia.Espero lo comprendas.
Saludo.
Lo primero: Nacho, gracias por tus palabras, le arreglan el día a cualquiera. Lo que más me agrada de todo es tu comentario de escribir con personalidad pues creo que es lo fundamental. Yo sé qué gusta en ENTC, y quizá podría acoplarme, pero, sinceramente, estar o no entre los finalistas, no puede conducir mi forma de escribir (que es mi forma de pensar).
Antonia: no te tomes tan a pecho el comentario, pues es una opinión y, como tal, personal. No creo que ataque a nadie directamente, sino a un estilo que, a juzgar por los relatos ganadores, es el que gusta. Pero es normal.En todos los concursos literarios siempre se impone una línea de escritura, y es tan respetable como otras. En serio, tomémoslo como una crítica personal y nada más.
Gracias a los dos por pasaros. Besos y abrazos a convenir.
De acuerdo en casi todo Javier, pero como dijo no sé quien «Uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios», o algo similar.
Mi opinión, también es personal, por supuesto. Un abrazo.
Todo aclarado, Antonia. Opinemos, sin faltarnos al respecto, pero opinemos.
Un abrazo.
No dejo ni dejaré de hacerlo y de acuerdo respecto al respeto 🙂
Me vienen bien esas orientaciones, yo que tengo mal el radar, jeje.
En cuanto a lo que dice Nacho, pues que cada uno opine lo que quiera, pienso. Lo que está claro es que el jurado cambia cada mes, o sea que los gustos en las selecciones también. Creo que eso es bueno.
Un abrazo.
Gracias, Susana. Escarba más allá de las instrucciones… Un abrazo
Soy torpe, Javier. Me he quedado agusto con el absurdo del nombre de las calles, que me encantaba. Pásame una motosierra o mejor, una pista.
Un abrazo.
Jajaja. No seas tan dura contigo, Susana. Una pista: lee el título. Un abrazo.
Muy bueno tu relato, lleno de ironía y personalidad. Enhorabuena. Gloria Arcos
Muchas gracias, Gloria, por tus palabras. Siento mucha satisfacción cuando me dicen que el relato tiene personalidad porque, más allá de que sea «bueno» o «malo», lo importante, según entiendo, es que se vea escrito de una forma reconocible. Gracias de nuevo. Un beso.
Parece que perdidos en su laberinto se encontraban mejor que nunca. Suerte, un abrazo.
Juancho, me ha encantado tu comentario, tan breve y bello. Gracias, un abrazo
muy bueno
Gracias, David, saludos
Je je… la lógica del caos, el enredo de las palabras, la hipocresía… texto inteligente e incisivo, creo que díficil de entender…me hubiese reido más si le mandas 4 veces a la izquierda (o derecha) y acabasen en el mismo sitio, el absurdo al cubo…siempre me gusta leerte Javier, abrazos.
Gracias, Mel, por pasarte y tus bonitas palabras.
La verdad es que la idea del absurdo al cubo me parece bestial. Acabas de abrir la caja de Pandora… Un abrazo!