63. Entrada 14567 cuaderno de bitácora.
Cuando abandonamos nuestro mundo por culpa de la guerra, no esperábamos que nuestro periplo por otros mundos en busca de un futuro para nuestra especie fuera a estar tan lleno de desventuras, vallas, miedos institucionales, burocracia, muerte y desesperación. Pero son los recuerdos de Aurum calentando nuestra piel, el olor a tierra mojada después de la mansa lluvia, la sensación de la arena entre los dedos de los pies y sobre todo las risas de nuestro futuro lo que nos anima a arrastrarnos por la inmensidad del universo en busca de un futuro.
Era nuestro planeta la envidia de todo aquel que llegaba a él, un vergel en la helada oscuridad del vacío que existe entre galaxias, esto y nuestro carácter pacífico fue nuestra perdición.
Ahora en nuestras silenciosas y monótonas naves, ya no nos calienta Aurum, la lluvia no resbala por nuestros cuerpos, nuestros pies solamente tocan el frio del acero de nuestras cubiertas y parece que no tengamos un futuro, puesto que solo el llanto, el silencio y las miradas vacías llenan los espacios de nuestras naves.
Seguimos buscando.
Hola, José Manuel.
Nunca mejor que en la casa propia.
Lo que nos puedan vender por ahí ni se acerca a lo que podemos seguir teniendo, si no nos lo cargamos.
Me gusta ese «seguimos buscando».
Un abrazo.
Coincidimos en nuestros relatos. También tengo un cuaderno de bitácora. Aunque no numeré las entradas, me da que mis viajeros llevan tiempo dando muchas vueltas.
Al contrario de los míos, los tuyos aún tienen ese destello de esperanza que dejas en el final.
Mucha suerte.
Gracias por vuestro comentarios.
A caballo entre la ciencia-ficción, el triste presente y el peor de los augurios. Me gusta el contraste que has creado entre párrafos y como no vas sumiendo en esa soledad silenciosa de los protagonistas. Mucha suerte 🙂
Hola José Manuel. Me gusta este relato, en el que nos plasmas un futuro demasiado actual.
Para los olvidados, ya sea en tierra ajena, o en el espacio, tiene que ser una experiencia demasiado cruel.
Un abrazo muy fuerte José Manuel, y enhorabuena.
Ton.
Triste éxodo. Todo apunta a posibilidad de que ocurra, claro que algunos nos quedaremos aquí. Quizás le falte un giro para que sea microrrelato, un cambio. No sé. Suerte.
Gracias por vuestros comentarios
Nunca el mundo estubo tan apagado y silenciso como ahora. Se escuchaban risas esntusiamo y alegria. Ahora tenemos q pensar q clase d planeta vamos a dejar. Y no lo pensamos destruimos a martillazos las esencias de la vida.