67. LA MANO QUE MECE LA CUNA (Eduardo Iáñez)
Cuenta la Crónica del Segundo Origen que, desde los inicios mismos de la Despoblación, en las Colonias el ritmo de trabajo era inferior, mucho menor la productividad. Menudearon depresiones, rupturas, crímenes y suicidios, sobre cuyas frías estadísticas llevaron a cabo sus prospecciones los científicos de la época. Fueron ellos quienes determinaron la causa de la afectación de la mente de los colonos: la ausencia de ciclos de sueño, motivada por los cambios magnéticos en los planetas exteriores. Entonces nos encomendaron la Vigilancia. “Confiamos en vosotras”, escribe el Cronista como despedida; y los Últimos también se marcharon.
Ahora, desde la silenciosa sede de nuestra empresa, y a través de una compleja red antigravitatoria, las Nodrizas estamos en disposición de reenviar sus sueños olvidados a los nuevos habitantes del Sistema Solar. Y en tanto decidimos su destino, las máquinas –rutilantes y eficientes– hemos inaugurado para la humanidad la imaginación cibernética.
¡Qué miedo! No sólo q las máqinas nos qiten el sueño (q eso creo q ya pasa), sino q terminen por quitarnos la imaginación. Eso sería la debacle!! Súper-original! Me ha encantado q guardes el «perfil» de las protagonistas hasta el final. Enhorabuena!!
Hola, Eduardo.
Qué situación tan tremenda la que nos planteas en tu micro, pero creo que esas nodrizas trabajarán a conciencia para restaurar aquello sin lo que los hombres y las mujeres no podemos vivir.
Muy bueno,
Suerte y abrazos.
Una Humanidad carente de imaginación y de sueños está abocada al apocalipsis. Por muy moderna que sea esa tecnología futurista, parece difícil que pueda volver a restablecerse algo tan importante e intangible una vez perdido, pero quién sabe, se supone que unos seres que han conquistado el espacio pueden ser capaces de cualquier cosa, hasta de recuperar su mejor esencia, lo primero es tomar conciencia de que los avances no son tales si conllevan sacrificios tan grandes.
Un abrazo y suerte, Eduardo
Gracias por vuestros comentarios, tan atinados. En efecto es aterrador un planteamiento maquinista. Pero no lo es menos esa posibilidad de un mundo sin sueños ni imaginación. ¿Qué tal una imaginación trasplantada…? Cuales son los límites? ¿Puede haber máquinas a nuestra imagen y semejanza? ¿O viceversa? ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Stanilaw Lem ya lo contó y Ridley Scott lo llevó al cine en Blade Runner, ese peliculón). Gracias y un saludo.
Hoy esta historia nos parece inverosímil, pero quien sabe… la ciencia adelanta que es una barbaridad, para bien o mal.
Buena propuesta, Eduardo.
Suerte
¡¡Hola,Eduardo!!:
Magnífico relato para desarrollar un guión de película a la altura de Blade Runner. El control de la imaginación y los sueños será el siguiente paso, según la trayectoria que lleva la sociedad occidental. Felicidades, enhorabuena y un afectuoso saludo de un gallego cinéfilo.
Me ha encantado Eduardo. Para alguien como yo que le encanta la ciencia ficción de traca y aplauso. Has regado un relato de género con un aire precioso de magia y has dejado cerrado en solo doscientas un argumento tan perfecto que haces que quiera seguir leyendo. Enhorabuena y mucha suerte 🙂
Gracias, María Jesús, Antonio y Juan Antonio, por deteneros a comentar. Es verdad que la historia que se plantea puede parecer inverosímil, pero supongamos que el género humano perdiera su capacidad de soñar obligado por otras circunstancias… He intentado plantear una hipótesis imaginativa a qué podría suceder si, precisamente, nos viésemos obligados a prescindir de la imaginación. ¿Serían las máquinas nuestras aliadas? Se convertirían así en «la mano que mece la cuna», que según el poeta Wallace «es la mano que gobierna al mundo». ¿Y después? Eso os lo dejo ya a vosotros, lectores.
Un saludo.
Como casi siempre, nos dejas un relato con trasfondo para reflexionar y, como te dicen por ahí arriba, que sería un buen punto de partida para una novela o un guión cinematográfico. Comenté en otro relato que ya hay inteligencias artificiales que componen música y escriben literatura creativa, así que no suena tan descabellado. Por cierto, ese comienzo y esas mayúsculas me hacen pensar en una saga espacial, una especie de space opera. Besos y suerte.
De acuerdo con el comentario de Ana. No es tan descabellada la idea. Suerte y saludos
Gracias, Ana y Calamanda, por vuestra siempre grata visita. Ya sabéis cómo agradezco vuestra fidelidad y vuestros comentarios, que tanto me han ayudado y siguen haciéndolo.
Y en cuanto a lo que apuntáis, en efecto no es tan descabellado. Y es que no me cuento entre los apocalípticos, en la convicción de que la IA ha de seguir contribuyendo al desarrollo de la humanidad. ¿Límites? Pues no lo sé… Por ahí camina el relato.
Un saludo.
Ciencia ficción en estado puro.
Creo que perderíamos nuestra condición de seres humanos si, por cualquier circunstancia, dejásemos de soñar. Para mí los sueños representan la vida en sí misma. No me la imagino de otra forma, sin capacidad para elucubrar. Y tú acabas de plantear esa posibilidad, nos has dejado en vilo.
Magnífico relato el que nos acabas de regalar Eduardo. Enhorabuena y suerte.
Ton.
Además de lo bien contada de tu historia, me ha gustado mucho su guión; esa humanidad esquilmada que pone en manos de las máquinas algo tan humano como los sueños. Si la vida es sueño, el Dios de tu relato son (serán) las nodrizas.
Una historia inquietante, original y muy, muy disfrutable.
Enhorabuena y suerte.
Un abrazo.
Los sueños mueven los mundos. Debo reconocer que no leo Ciencia Ficción, por eso no sé que decirte. Suerte.
Gracias, Ton, Antonio, Javier, por vuestros comentarios, donde centráis vuestras impresiones en la cuestión de la pérdida de los sueños. Me llama la atención la confesión de Ximens de que no lee ciencia-ficción: ¡pues no sabes lo que te pierdes! Cuando es de calidad –como todo en este mundo–, el género encandila, a la fuerza, así que yo sigo releyendo a los maestros. Lástima muchas veces –eso sí– de las penosas traducciones que sufrimos.
Un saludo para los tres.
Eduardo vaya derroche! me parecía estar leyendo a Asimov. Muy bien llevada la trama alrededor de la falta de sueños como casi fin de la humanidad.
Me encantó
Un abrazo
Estupendo relato. Me dejó pensando, todo el día, en quién carajo mecerá la cuna de nuestros bisnietos.
Felicidades.
Me gusta mucho la ciencia ficción, y este relato suma todos los elementos para el disfrute y la reflexión. Serán inteligentes, procesarán datos en milisegundos, podrán tomar decisiones, pero la imaginación y la intuición espero que sigan siendo patrimonio humano. Si algún día las perdiésemos perderíamos nuestra esencia de individuo. Me ha encantado, Eduardo. Abrazos.