MAR39. VIAJE AL PARAISO, de Sara Lew
Elbert subía la escalinata de la nave con dificultad por culpa de las ropas que le dieron en producción, esas metalizadas con alerones en los pies que tanto disfrutaba ver en la tele, pero que ahora que era él el ganador del sorteo, le parecían terriblemente ridículas. Aun así no dejaba de saludar a la cámara cada dos pasos de su ascenso hacia la escotilla. Ya a puerta cerrada, el comandante, atusándose el bigote, lo conminó a introducirse sin dilación en la cápsula de transporte. Tras una gran sacudida que lo llevó a pegar manos y nariz sobre el cristal abombado, empezó a deshacerse, a transmutar su espiral de ADN en una sucesión de ceros y unos, hasta aparecer en un perfecto paraíso virtual de playas azul cian y cielos magenta. Allí estaban todos: la señora Wang, ganadora de la semana anterior, que lo recibió con una inclinación de cabeza; Irina, la rubia afortunada de febrero; el joven Bimala, que parecía tan asustado como cuando le dijeron que tenía que partir sin su madre… Elbert se unió a ellos llorando códigos binarios.
En sus casas, los espectadores contemplaban con envidia el despegue de la nave rumbo al anhelado “Nuevo Mundo”.
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Sara, por un momento me ha parecido estar leyendo los Juegos del Hambre, pero sólo hasta que el ADN de Elbert se ha transmutado :o). Un abrazo
Hola, Eva. Parece tener reminiscencias de muchas pelis distintas, aunque en realidad es la historia de Elbert, el afortunado ganador de un viaje al paraíso…
Un abrazo.
Excelente relato. El paraíso que encontremos seguramente decepcionará al que hemos creado en nuestra imaginación.
Por eso no hay que alimentar expectativas, y tomar las cosas como llegan. Aunque, puede ser muy decepcionante dejar de ser persona 🙂
Un saludo.
Maravilloso relato, Sara. Felicitaciones.
Gracias, Edweinels. Un saludo.
Me ha encantado. Un relato buenísimo, Sara. Lo de llorando códigos binarios casi me hace llorar a mí.
Un saludo.
Gracias, Jes. Es que es para llorar…
Un abrazo.
Enhorabuena, Sara!
Me ha recordado también a los juegos del hambre, a la peli La isla, incluso tiene algo de El show de Truman… todos plantean futuros dominados por los medios de comunicación, las nuevas tecnologías…
Me ha gustado mucho… elaboradísima redacción, por otra parte!!!
Mucha suerte!
Un abrazo
Marta
No sé si la tele seguirá embotando los ánimos de la gente en el 2084, pero llegado el caso así me lo imagino. Jugando con las ilusiones de la gente de escapar de un mundo en decadencia hacia otro nuevo, presumiblemente mejor.
Gracias, Marta. Un abrazo.
Me ha gustado mucho esta imaginativa historia,en pocas palabras has descrito con maestría un mundo futurista de viajes y transmutaciones. Te ha salido redonda.
El tema del mes es muy inspirador. También lo es la ilustración de Fernando. Así no es difícil ponerse a escribir 🙂
Un abrazo, Paloma.
Lo que la verdad esconde. Un relato muy amargo.
Es amargo, si. Veo que la mayoría escribimos sobre futuros desesperanzadores. Me apunto a leer un relato sobre un mundo feliz.
Un abrazo, Cybrghost.
Muy bien logrado, deja ver la incertidumbre de ese futuro expectante.
María Rojas
Gracias, María. Un saludo.
Haces una reflexión muy interesante, Sara. Este futuro en el que se considera un premio dejar de ser persona da mucho miedo, pero por otra parte no me suena nada descabellado. El micro me parece impecable, y la expresión «llorar códigos binarios» es todo un hallazgo. Enhorabuena.
Puede que los espectadores creyesen que el viaje al paraíso era real, que la nave despegaba hacia un Nuevo Mundo.
Y siempre que pensamos en el futuro se nos ocurren ideas descabelladas. Recuerdo cuando era pequeña, a principios de los ’80, haber leído una revista Muy Interesante que hablaba de la vida en el año 2000. Decía que viviríamos bajo el agua… 🙂
Un abrazo.
Sara, reflexivo y futurista este personaje en un mundo un tanto descafeinado. Saludos y suerte.
Que imaginación Sara. Creo que este mes me va a costar participar. Suerte.
Besicos muchos.
Uy Sara, qué miedo me da ese premio. Un relato lleno de imaginación que nos transporta a un mundo donde la personalidad es reducida a números binarios, tristeza futurista.
Suerte con este relato tan original. Un abrazo.
Pues a mi me recuerda a Charlie y la Fábrica de Chocolate. Un viaje ilusionante hacia lo desconocido que pone a los protagonistas contra sus más oscuras lacras y les conduce a su autodestrucción. Pero tampoco me hagáis mucho caso. La prosa de Sara, como siempre, deliciosa. Enhorabuena y mucha suerte. Un abrazo.
Me recuerda a muchas pelis pero es un texto autónomo con una prosa suelta y amena. Describes un paraíso que da que pensar…
Un abrazo
Lo veo, lo veo, Sara. Esa encuentro en la nave sobre todo, muy bien dibujado.
Un abrazo.
Pues a mí me ha provocado escalofríos, impecable retrato surrealista (¿o no tanto?) de un mundo mil veces retratado pero que no deja de atraer e inquietar.
Me ha encantado ese llanto de códigos binarios.
Magnífico Sara.
A mi me recuerda a la Isla en la que todos ansiaban ese viaje a paraísos perdidos. Muy buena recreación como siempre Sara. Gloria Arcos
Estupendo micro como siempre y muy inquietante. Besos. Gloria Arcos
Muy buen cuento tanto en su forma como contenido, frases memorables, con esa pregunta en el aire sobre si es real el viaje, si el mundo mejor realmente lo es… me recuerda a “la isla” sí con ese halo de espectáculo televisivo. Se me ha hecho extraña la frase de “disfrutaba ver”, no le falta un “al” en medio¿?, me ha sonado raro, lo demás absolutamente precioso.
Gracias por vuestros amables comentarios Calamanda, Nani, Yashira, Juancho, Mei, Susana, Yolanda, Gloria y Mel.
Es verdad que se me ha «volado» un «al» en una frase, Mel. Aunque puede que sea tarde para corregirlo.
Abrazos a repartir.
Me ha gustado mucho. De los textos futuristas que me enganchó. Algunas expresiones están ciertamente logradas.
Suerte.
FélIX Valiente
ótimo!
Felicidades por la selección.