84. UN MUNDO DISTINTO (Rafa Olivares)
Acodado en la barra del Selene’s Club, apuro mi segundo bourbon. En la pantalla del televisor observo dos caras conocidas. Otra vez. Ahora es por el treinta aniversario y ambos vuelven a acaparar flashes, cámaras, reconocimientos y aplausos. Hace poco leí el resultado de una encuesta; un ochenta por ciento recordaba nombre y apellido de mis compañeros de misión, sin embargo el mío, Michael Collins, apenas un tres por cien. No pude evitar una sonrisa pensando que sería gente de mi barrio, familiares o amigos. Aún me reconcomo al recordar que Neil nunca reconoció que su famosa frase se la sugerí yo durante la tercera jornada del viaje. Edwin fue testigo; y mudo. Con su pan se lo coman, pienso mientras saboreo otro sorbo. La memoria me trae aquella idea que pululó por mi mente mientras, en el módulo de mando, orbitaba el satélite esperando la conclusión de la excursión lunar. ¡Qué distinto habría sido todo! Seguro que de haberla llevado a cabo habría merecido mucha más atención que la que durante tres décadas ha acumulado esta pareja. Pero no lo hice. Con lo fácil que hubiera sido emprender el regreso anticipado y llamar diciendo «Houston, tenemos dos problemas».
¡Hola, Rafa! Yo pertenezco a ese tres por ciento que conoce a tu protagonista y siempre me he preguntado qué debió sentir al estar a las puertas de dar un paso tan importante para la humanidad, y quedarse con las ganas, sacrificando ese momento de gloria para que todo saliera bien.
Tu relato me ha encantado porque está lleno de detalles que hacen que se lea con gran agrado.
Me imagino a Michael Collins en un bar típico americano, ejerciendo su anonimato, mirando la televisión y viendo los honores que se rinden a los dos compañeros que, sin su ayuda, nunca hubieran pisado la luna. Eso que se le pasa por la mente al final, es una ocurrencia made in Rafa Olivares.
Para mí, fue el más importante de los tres, el que más sacrificó y el que hizo que todo saliera bien.
Aparte de esto, tu relato está excelentemente escrito y cuenta una gran historia.
Para colmo, tu protagonista se llama como aquel líder irlandés que sí se hizo famoso por lo que, cuando lo nombren, la gente pensará en Liam Neelson, que protagonizó la película del mismo nombre.
Un fuerte abrazo, querido escritor.
Pablo.
La importancia de los actores secundarios, por lo que hicieron pero, sobre todo, por lo que pudieron hacer y se abstuvieron.
Gracias por tus comentarios, Pablo. Un abrazo,
A veces las buenas ideas llegan tarde.
Un relato que a muchos nos retrotraerá en el tiempo pegados al televisor.
Por cierto que en mi relato si salen tres y solo vuelve uno. Hubo idea y ejecución.
Enhorabuena y abrazos
Tu personaje no era Collins. Le robó la idea y la llevó a cabo. Otro gallo le hubiera cantado.
Gracias, Javier.
Abrazos.
Pues puede que tengas razón, tal vez ese pensamiento de Collins era conocido en el mundillo y esta espabilada no quiso acabar como él y se llevó toda la gloria.
Las generaciones futuras que ya pisan fuerte en nuestras revolucionadas mentes.
Abrazotes
Qué buen sabor, aunque amargo, deja tu personaje acodado a la barra sorbiendo resquemor y bourbon a partes iguales. Un pequeño paso para ti, un gran paso para quienes te leemos. Enhorabuena.
Un gran paso para mí al saberme leído por tan buenos escritores como tú.
Gracias, Eduardo.
Abrazoos.
Hola, Rafa.
No me extraña que el pobre Collins esté así. Él, creador de tan famosa frase que el otro se apropió como suya y que el tercero en discordia omitió desvelar. No sé cuál de los dos es más despreciable.
Los tríos nunca fueron buenos, Rafa, pero esta historia sí lo es.
Un abrazo desde el otro lado de la barra y suertísima.
Siempre le quedará un borraos y Towi al otro lado de la luna, digo de la barra.
Gracias y besabrazos.
Una recreación muy personal, de aquel evento que revolucionó la tierra.
Me ha gustado la forma en que lo has hecho.
Un saludo, Rafa
Otra versión de los años y una sugerencia a Collins por si quiere escribir sus memorias.
Gracias, Mª Jesús. Un beso.
Cierto. Que no pasaría por la mente de ese hombre mientras esperaba, que papel tan difícil el suyo. Y que bien nos lo has explicado, muy buen relato Rafa.
Gracias, Evelyn. La condición humana daría para esa versión y muchas más.
Un abrazo.
La Historia se cuenta de una forma determinada, como más conviene para ser mejor vendida, a veces idealizada para que roce la leyenda, limando aristas y añadiendo detalles aquí o allí, el problema es que muchas veces se omite el debido protagonismo que algunas personas hubieran merecido. A mí tu relato me parece un homenaje a esos héroes y heroínas de los que nunca se sabrá, cuya intervención es imprescindible, algo aplicable a muchos ámbitos de la vida. Muchas personas que han triunfado no lo hubieran hecho solas. Una mujer, un amigo, una madre, alguien que toma una decisión de forma generosa y no otra, esos son los que escriben la Historia. No te digo que tú también escribes y muy bien, que si no me llamas adulador, pero ya sabes.
Un abrazo, Rafa
Jajaja, hasta sabes adular sin que lo parezca. Eres un fenómeno, y un buen analista de la capa menos visible de cada relato.
Abrazos.
Humor made in Olivares. Que simpático te ha quedado!!! Hay la envidia y el ansia de reconocimiento. ..Más parecen escritores que astronautas, jajaja.
Por mi parte, le envidio el texto públicamente Maestro Olivares
Evidentemente ese Hay, es un Ay!. Autocorrectores…puaj
He querido humanizar el papel de Collins y sacarlo de lo políticamente correcto, y sí, claro, la envidia, el afán de protagonismo y el bourbon tenían que estar ahí.
Me abruma, señora ReCatedrática.
Abrazotes.
La Envidia con mayúsculas. Qué buen lugar ha escogido Michael Collins para rumiarla. Por mi parte, me tomo un bourbon o dos a tu salud, en ese Selene´s Club.
Suerte y abrazos.
Pues yo brindo por los excelentes relatos de mi tocayo mirando a la luna.
Abrazos, Rafa.
Me gusta mucho este homenaje a Collins, el olvidado. Le tocó un papel muy desagradecido en esta historia del viaje a la Luna que, por cierto, tanta polémica ha generado con respecto a su autenticidad. No sé si sería solo ansia de reconocimiento o sentimiento de injusticia, aunque cuando se subiera al módulo ya sabía cuál era su misión. Puntazo lo del Selene´s Club y la frase final. Besos y suerte, Superrafa.
Fue un personaje obediente y respetuoso con el guión. Su mérito radica en lo que pudo hacer y no hizo. También hay Óscar para los secundarios.
Gracias, Ana. Y besos.
Brindo por ello, como buen druida de Mariola. Y por Collins, que no participó de la excursión lunar porque alguien tenía que cuidar de la nave, que en el espacio ya se sabe…
Abrazo fuerte, amigo.
Creo que somos unos cuantos los que nos hemos acordado del pobre coronel Collins. Debió ser duro pilotar el módulo de mando y no poder darse un paseo lunar como sus compañeros. Supongo que las medallas y el reconocimiento posterior serían para él sólo un premio de consolación.Pero si se entera de que por aquí le recordamos,se anima fijo. Mucha suerte, Rafa.
El aparecer como personaje en este blog ya compensa, de largo, todos lo ninguneos que habrá soportado el pobre Collins.
Gracias, María José. Un beso.
Es posible que en alguna ocasión sintiese cierto pinchazo de sana envidia por esos laureles de menos, pero estoy segura de que ese segundo plano le ha dado una tranquilidad todos estos años que sus compañeros de viaje no han tenido. 😉 Un gran relato narrado con ese fino sentido del humor que te caracteriza. Felicidades, Rafa. Un abrazo.
Visto así no te falta razón, pero ya sabes que el ser humano es por naturaleza inconformista y hay egos que resultan insaciables.
Gracias, Inma. Un Beso.
Rafa, bonita historia del pobre Collins. Muy buena ambientación que parece sentirse ese ambiente del Selene’s Club.
Un saludo
Un bourbon y un estado de ánimo ambientan cualquier espacio.
Gracias, Blanca. Abrazos.
Genial, absoolutamente. Me ha encantado ese ser desencantado y ocurrente, aparcado por la vida. «Tenemos dos problemas». Jo, creo que en Houston no hubieses podido con ellos.
Felicidades y gracias, pasé un buen rato leyéndote
Me llena de felicidad tu comentario. Haberlo pasado bien leyéndolo es el mejor halago que podría recibir.
Gracias, Luisa. Un beso.
Yo sí me acuerdo de su nombre… Y del tuyo, Rafa. Porque sonará cómo uno de los relatos seleccionados. Por el excelente (ya que la perfección no existe) desarrollo del mismo: ritmo, atmósfera, personaje. Todo me ha gustado.
Un abrazo grande!!
¿Selección? Palabras mayores, que por aquí hay relatos muy buenos, y cada vez más.
Gracias, Amparo.
Besos.
Collins seguro se enterará que un tal Rafa lo puso sobre el tapete como figura primordial en aquella misión.
Siempre es un placer leerlo maestro.
Un abrazo y suerte.
Pertenezco al 3% de la encuesta.
Gracias, Moli. Abrazos.
Homenaje a los actores secundarios, cómplices necesarios para ejecutar la historia. En ese tres por ciento está el más importante, él mismo, que tiene que estar orgulloso de los que hizo y de lo que dejó de hacer. Me ha gustado mucho, Rafa. Abrazos y mucha suerte.
Pues sí, mejor formar parte de la historia de los menos brillantes que estar en la de los más canallas. Me alegro que te guste, Salvador.
Abrazos.
La historia no suele reconocer con justicia a los verdaderos héroes. Y tu personaje, responsable de que todos regresaran ilesos, sin duda lo fue.
Es triste que la envidia o el rencor le persigan después de tantos años, pero es completamente verosímil.
Enhorabuena, Rafa. Me ha encantado.
Las miserias humanas pueden materializarse en cualquier persona. ¿Por qué no en Collins? Motivos podría tener.
Gracias, Patricia.
Un beso.
Un mundo distinto y un relato muy distinto. Me gusta Como has dibujado a Collins, humilde, humano y generoso. Y es que las envidias son siempre malas y más cuando hay fama, aplausos y flahes de por medio. A veces no merece la pena meterse en ese juego, más vale tomarse una copa tranquilo ese bar de siempre y sonreír a unas imágenes y unos recuerdos.
Fantástico como siempre, espacial y especial tu historia.
Un abrazo Rafa, un gusto leerte.
En la condición humana también juegan los celos, el afán de protagonismo, la envidia, las ideas perversas… ¡Quizás Collins sintió alguna de ellas!¿Por qué no? Por ahí me vino la idea del relato.
Gracias por tus palabra, siempre generosas. Celebro que te haya gustado.
Un beso, Mª Belén.
Rafa, es fácil mimetizar con tu relato, casi todos pensamos así, él no lo sabemos. Bien contado es viaje especial. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Es ficción pero trata de ser verosímil por las características de la condición humana.
Un abrazo.
Estupendo relato Rafa. Rompiendo una lanza por los actores secundarios, siempre tan necesarios para alcanzar cualquier éxito. Mientras lo disfrutaba mi mente retrocedió hasta aquella madrugada, cuando me quedé junto a mi padre para ser testigo de la hazaña. Entonces nos la narraron, pero tú, aquí, pones el acento en aquello que a todos nos pasó desapercibido.
Magnífica apuesta. Suerte y un abrazo.
Ton.
Mi recuerdo es similar al tuyo, de madrugada, en familia alrededor de la pantalla en blanco y negro, y un buen rato esperando a que en aquella ventana lunar apareciera alguien moviéndose. Probablemente, mientras veía a Amstrong y Aldring chupando cámara, ya pensara en el pobre Collins.
Gracias, Ton.
Un abrazo.
Muy buen relato, de los que dan gusto leer.
Abrazos estelares.
Para gusto de leer, tu comentario.
Besos galácticos.
Jeje, rencores orbitales, vanidades espaciales. Sin duda que la historia hubiera sido distinta. Relato muy bien llevado y estructurado, creo que ya tienes asiento para el lanzamiento, por la idea y todo lo demás. Suerte.
¡Cuánto honor que me comentes, Ximens, sabiendo los criterios al respecto con los que nos manejamos! Con tu comentairo ya voy lanzado.
Gracias y abrazo.
Que canalla más espacio-chuleras te ha salido. Ese personaje deja regusto a muchas cosas. Creo que lo has dibujado muy bien y esa «verdadera» historia que sugiere parece realmente interesante. De sentarse con él e invitarle a otro trago para que siga contando. Mucha suerte Rafael 🙂
Cualquier actor secundario puede hacer un gran papel estelar, nunca mejor dicho. Gracias, Juan Antonio.
Abrazos.