96. Luno (Asunción Buendía)
Había nacido una noche de luna llena. Su madre fascinada como estaba por ese blanco farolillo celeste, siguió su poderoso influjo y le vino a llamar Luno. Desde ese día le leyó todas las noches cuántos libros y publicaciones caían en sus manos que tuvieran que ver con ese satélite.
El día 22 de julio de 1969 Luno cumplía 8 años, como regalo acompañó a su padre a la capital con motivo de una feria ganadera en la que las ovejas de su comarca estaban representadas y ninguna como las suyas ofrecían tan rico pelaje lanudo.
Luno observaba el bullicio de granjeros y bestias.
Desentonando entre todos ellos, unos señores trajeados con grandes aparatos al hombro, se anunciaron como periodistas del NODO.
Pensando que el chaval, como buen paleto ignorante, haría las delicias del público televisivo con su angelical “gañanería” un reportero le acercó al morro algo parecido a una alcachofa de buen tamaño preguntándole si sabía que ciertos astronautas americanos habían llegado a la luna.
—Naturalmente— respondió Luno con total seguridad—El Apolo 11, impulsado por el cohete Saturno V, alunizó ayer en el mar de la Tranquilidad, su comandante Neil Armstrong fue el primero en pisar su superficie.
¿Qué bonito y tierno tu relato! Con Luno nos has refrescado la memoria de aquel evento que parecía iba a revolucionar nuestra civilización.
Ha sido estupendo conocer al hijo de la Luna.
Suerte y abrazo.
Gracias Maria Jesús, la verdad es que estoy muy estresada y así no se puede ni escribir, ni comentar ni nada.
Pero saqué un ratín en el metro y escribí esta pequeña historia.
Un beso
Jajaja. Me gusta como has solucionado ese encuentro del mundo rural y urbano, de clichés sociales. Me gusta lo imprevisto, lo que no suele considerarse «normal». Me gusta tu relato, Asun.
Un abrazoooo grande
Amparo queridísima amiga, el mundo rural estaba muy infravalorado pero había diamantes en bruto como Luno y su mamá.
Un besazo.
Hola, Asun.
Para que luego se rían de la gente de pueblo. Este Luno tiene mucho arte, además de buena memoria y seguro que es guapísimo como su madre.
Me gusta tu micro.
Abrazos gigantescos y suerte!!
Towanda conseguiste tocarme la moral y de vuelta a casa en el metro escribí esta pequeña historia.
La mamá de Luno efectivamente sería de pueblo pero era guapisisima.
Besitos
¡Muy bien por Luno Asun!! Me ha gustado mucho. Suerte.
Besicos muchos.
Eso ¡bien por todos los Lunos del mundo!
Un beso grande Nani
Nada que tuviera relación con la Luna podía escapar a los conocimientos de este especialista. Alguien tan sorprendente e inclasificable estaba llamado a otorgar a este relato un final inesperado.
Saludos y suerte
Sorprendente desde el nombre Luno, jamás conoceremos a nadie con así.
Gracias Ángel por pasar y comentar, a mí que estoy un poquito desconectada.
Besos
Una buena lección para los que se creen superiores. Los prejuicios nunca son buenos consejeros. ¡Suerte!
Hola Patricia, llevas toda la razón esa es la moraleja de mi relato.
un abrazo
Mª Asunción, bonita historia y puntual moraleja: poner etiquetas personales es muy arriesgado. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, totalmente de acuerdo contigo, además normalmente las primeras impresiones suelen se siempre equivocadas.
Un abrazo
Precioso y muy imaginativo, Asun. Es una delicia de personaje este Luno que nos presentas. Le deseo todo lo mejor a él y también para ti. Muchos besos.
Gracias Belén por tu bonito comentario. Este Luno era especial y su madre también desde luego.
Yo también te deseo todo lo mejor y seguro que nos vemos pronto,
Besos
Una lección bien aprendida, un chico listo y bien resuelto, y es que no hay que juzgar, ni reírse de nadie, pues la sabiduría no entiende de pueblos ni ciudades.
Me encanta el ambiente que has creado, como lo has narrado y la moraleja tan especial con la que nos dejas.
Genial Asunción. Un beso bonita.
Hola M Belén, siempre me ha molestado la forma de prejuzgar a causa de las apariencias o estereotipos. Por otro lado empecé una historia con un argumento completamente distinto, pero acabé escribiendo esta.
Cosas que pasan.
Un besazo.
Me gusta el relato, por como lo narras y lo que nos deja Luno.
abrazos primaverales.
Gracias María, me alegro de que te haya gustado mi Luno.
Un beso
Ese periodismo esta hoy de actualidad, y dice más del periodista que del gañan. Me gusta porque te pones en el lado correcto, Asun. Nos vemos.
Me alegro de que te guste. Siempre hay quien se cree con derecho a ridiculizar a los demás, pero en mi relato le salió todo al revés.
Un abrazo y nos vemos sí.
Nadie es mejor que nadie, y nadie sabe más que nadie. Ya lo dicen, eso de que ignorantes somos todos, y que solo nos diferencia lo que ignoramos. Me gusta mucho el relato y el mensaje que transmites. Mucha suerte 🙂
Gracias por tu visita Juan Antonio, llevas toda la razón, lo bueno es que en este caso el periodista quedó al descubierto.
Un abrazo
La información y la cultura no conoce fronteras, no así la arrogancia, que está muy localizada en la estupidez. Me ha gustado mucho, Asun. Abrazos.
Totalente de acuerdo, pero por suerte el muchacho de mi relato supo poner en su lugar al maleducado y prepotente periodista.
Un abrazo y gracias por pasar y comentar.