DIC39. NO APARECÍA, de María del Carmen Guzmán
Yo la llamaba a gritos, pero nada, no acudía. Algunas veces, la muy pécora se me acercaba, pero sólo era un momento. Muchas noches me levantaba de la cama al oír el timbre de la puerta, pero no había nadie. ¿Una alucinación acústica?
El tiempo iba pasando y el plazo para entregar mi trabajo, antes de la Navidad, se acercaba, y ella, la que tenía que ayudarme no aparecía…
Una noche, con los ojos como platos mirando al techo, un bolígrafo y unos papeles sobre la mesilla de noche, unos golpes sobre los cristales de la ventana me sobresaltaron. Me levanto y ¡allí estaba! Ella, con su larga túnica azul oscuro, su largo cabello hasta la cintura y algo, no sé qué era, en una mano.
Abrí la ventana y una ráfaga de viento frío entró en la habitación. Pensé: “¿Cómo ha podido subir hasta aquí si vivo en un séptimo piso?”, y entonces, al mirarla más de cerca, al sentir su beso helado sobre mis labios, comprendí que no era la que esperaba, la Inspiración, sino la otra.
María, por si acaso, no la llamaré, muy original. Abrazos.
La de la guadaña aparece cuando quiere, la navidad, todo, le importa un pimiento.
Un saludo
Gracias por vuestros comentarios, los únicos.
Gracias, Ana. Tú, tan amable como siempre.
Es muy dinámico el micro y me gusta por eso. Pero hay un cambio de tiempo, del pasado de la primera línea al presente «Me levanto». Eso despista la atención, María del Carmen, y la descripción física de la musa también.
Un abrazo.
Quizás tengas razón, pero ese «me levanto» es como un presente histórico, una forma de hablar típica de mi tierra, y está ahí adrede. De todas formas, gracias, pues prefiero una crítica al silencio.
En cuanto a la descripción de la musa, también es adrede, pues lo que pretendía esra eso mismo, la confusión.
Si no lo conseguí… eso ya es otra cosa.
Carmen, me ha gustado como has jugado fundiendo los dos personajes, la muerte y la musa, haciendo de ellos uno sólo.
Como Salvador, no pienso volver a llamar a las musas jamás…
Un abrazo.
Gracias, Belén, por tu comentario y, de paso, felicidades por tu santo, que será pronto.
Hola, Carmen!
Menuda intriga y suspenseeee… hasta el final… mira que parece que vas desvelando que puede ser una musa (o la inspiración) pero resulta que es otro «elemento» que todos esperamos pero que nadie deseamos que llegue.
Me ha gustado mucho!!!
Enhorabuena y mucha suerte!!!
Un abrazo
Marta
Gracias, Marta. Busco vuestros relatos, pero no los veo.
Un final sorprendente! A lo mejor por eso no llegaba su musa, tenía otra cita antes.
Besos
Gracias, Isabel, y feliz Navidad
Gracias, Isabel, y feliz Navidad