22. AL NIVEL DEL MAR (Antonio Bolant)
Fueron muchas semanas de travesía a través del pacífico, de extenuante desafío a vela entre su determinación y el salado señor de los destinos. Por eso, cuando el segundo rayo de la tormenta lo despertó, el incendio a bordo era ya tan devastador que apenas pudo salvar su vida lanzándose precipitadamente a la noche del océano; encrespado y jactancioso al saberse vencedor.
Privado de cualquier resto del naufragio, empezó a nadar como si cada brazada fuera un punto de partida; encajando olas que embestían como muros, sorteando el empuje plomizo de las corrientes, en la más absoluta oscuridad. Las primeras luces del alba lo encontraron con su intacta tenacidad chapoteando a la deriva, casi imperceptible entre la abrumadora superioridad de un gran azul sorprendido de verlo flotar junto al amanecer. Consumido y casi inconsciente, sin dejar de bracear, empezó a hundirse.
Cruzada ya la frontera del aire, el viejo océano se mecía conmovido; había sido testigo de demasiadas glorias y miserias como para no reconocer la magnitud de su rival. Entonces, mientras retiraba el oleaje, decidió elevar el arenoso lecho sobre el horizonte postrando de admiración la orilla a sus pies.
Un superviviente que se aferra a la vida hasta el límite de sus fuerzas, que no se deja vencer ante la fatalidad como otros muchos harían. Tal es la fuerza de su corazón que tras conmover al mismo mar, testigo de tantas desdichas, es indultado de un fin cierto. Una hermosa historia que linda con lo poético, con el mensaje añadido de que la constancia y el tesón todo lo vencen.
Un abrazo fuerte, Antonio. Suerte
Me gusta tu interpretación, Ángel. Efectivamente, el tesón del protagonista es lo que sobresale en la historia, pero en el fondo es una fábula que cuenta una lucha desigual, un reto que el protagonista está decidido a llevar hasta sus últimas consecuencias impresionando finalmente al vencedor, el mar, que acaba reconociendo su espíritu y pundonor.
Gracias por enriquezer mi relato.
Un fuerte abrazo.
Perdón: enriquecer.
Hola Antonio, bello relato en el cual haces un elogio a la lucha, a no darse nunca por vencido, todo lo narras en el mar, pero se puede extrapolar a la vida misma, nunca por muy grande que sea nuestro enemigo hay que dejar de luchar, que nunca nos digan que no lo intentamos, nunca rendirse.
Todo ello lo expresas como siempre con tus excelentes letras.
Me ha gustado mucho y te deseo toda la suerte.
Un abrazo Antonio.
Cierto, Javier. La esperanza no es lo último que se pierde, son las ganas de luchar. Gracias por pasarte y dejarme tu comentarios y reflexiones.
Un abrazo.
Hola, Antonio.
El océano reconociendo los valores de un hombre aferrado a la vida. Uf, qué bonito. Este personaje no podía morir ahogado y «el salado señor de los destinos» tuvo que admirarlo como lo admiro yo.
Me gusta mucho.
Un abrazo y suerte.
Gracias Towanda, Ojalá la nobleza del vencedor fuera más habitual.
Te agradezco mucho tu comentario.
Un abrazo.
Antonio, lo podría leer mil veces y mil veces quedaría prendado de esas palabras que navegan por el encrespado océano; que empujan a un luchador extenuado y bravo; que rompen en la orilla de las grandes proezas literarias.
Tu relato, desde la proa hasta la popa, de estribor a babor, es una obra de arte al alcance de muy pocos capitanes. Has manejado el timón con tan buen pulso, que con rumbo verdadero está destinado a llegar al más preciado de los puertos.
Eres un genio.
Un abrazo.
Pablo.
Me dejas abrumado, querido Pablo, una vez más. Y el comentario es precioso, ajustado a la historia, casi como un homenaje, así lo siento y así te lo agradezco, profundamente.
Un fuerte abrazo.
Tu relato anterior me encantó y este no se queda atrás, una lucha desigual con el mar, una lucha que no puede ganar pero en la que las aguas, agradecidas, rinden pleitesía al tesón, al coraje y al corazón. Enhorabuena, Antonio. Abrazos.
Gracias Salvador. Cómo agradezco tus palabras siempre amables, siempre buceando en la historia para sacar el jugo preciso.
Es un placer poder contar contigo.
Un abrazo
Antonio, tu relato con sus bellas imagines desvela fuerza y tesón ante lo inevitable, su moraleja es fenomenal. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. La verdad es que lo concebí como una fábula, por eso me alegro de que hagas mención a la moraleja.
Un saludo.
Un océano jactancioso se creía vencedor, pero un esforzado náufrago le planta cara, y al final resulta que el gran océano le valora el esfuerzo y todo.
Muy bonito y bien escrito.
Un beso.
Gracias, M.Carme, muy buen resumen de la historia. Me alegro mucho de que te haya gustado.
Un beso
Todo un ejemplo de lucha y superación el protagonista de tu precioso relato. Muy bella la idea de que un gigante como el océano se conmueva ante ese pequeño superviviente nato. Muy imaginativo y tan bien contado que al terminar de leerlo el agua me ha sabido salada. Enhorabuena y suerte, Antonio. Un abrazo.
Con comentarios como el tuyo da gusto escribir, Juana. Qué bien que pequeñas gotas de la historia te hayan salpicado.
Muchísimas gracias. Un abrazo.
Tu protagonista y el océano mano a mano, lucha de dos bravos en la que nos dejas claro que la constancia y el esfuerzo siempre son premiados.
Como siempre, querido Antonio, un placer leerte.
Besos salados y mucha suerte.
La constancia y el esfuerzo desgraciadamente no siempre consiguen su objetivo, pero sí su reconocimiento.
Gracias Malu, me alegro mucho de leerte también por aquí.
Un besazo.
Brillante piedad.
8. Notable.
Generosa nota.
Gracias, Modes. Un saludo
Magnífico relato Antonio. Por mucho que lo intentemos jamás llegaremos a dominarlo. Él es mucho más poderoso que toda la humanidad junta. Y magnánimo a veces.
Muy bien escrito, repleto de bellas imágenes.
Mucha suerte.
Ton.
Gracias por tu comentario y por compartir tus impresiones, Ton.
Un abrazo.
Poéticas imágenes, llenas de fuerza como la que posee tu protagonista. No deja vencerse a pesar del poder de su rival. Oleadas de belleza y de tesón que consiguen ablandar el corazón de ese océano que termina meciéndolo en la arena como un gran luchador.
Preciosa narrativa Antonio.
Un abrazo.
Y precioso comentario, Mª Belén, sello de la autora. Es un placer leer tu interpretación mecida entre tus palabras.
Gracias por pasarte. UN abrazo.
Un cuento clásico, con su protagonista luchando contra las adversidades. Un conflicto (rendirse o luchar) resuelto en positivo. Y esa prosa elegante y un tanto lírica que te caracteriza.
En suma, una muy buena propuesta.
Abrazos, Antonio.
Gracias Carles, creador de magníficas historias. Es una satisfacción poder disfrutar también de tus comentarios y tu consideración.
Un fuerte abrazo.
Gracias por compartir esa conmoción conmigo y por tu generoso comentario.
Un abrazo.
Dos grandísimos personajes mano a mano en una no más pequeña historia. Como te he dicho ya otras veces, pienso que escribes extraordinariamente, y este texto es una perfecta muestra de tu calidad literaria. Podríamos tratar cada frase como si de un precioso verso se tratara y cada paso en la evolución de las vicisitudes de tu náufrago como un capítulo aparte, pero sin duda, y como ya te han dicho los anteriores compañeros, la esencia de tu relato está en esa capacidad de lucha sin límites de uno de los personajes y también en esa arrogancia del señor salado transformada alte el pundonor de su victima en clemencia, producto de una magnanímidad tan poco habitual como necesaria en los poderosos. El resultado es una joya de muchos quilates para añadir a tu vitrina.
Mi postrada y admirada enhorabuena, Antonio.
Un abrazo.
Muchas gracias, mi apreciado amigo. Los elogios de quien se admira siempre son especiales y recibir los tuyos le dan a uno enormes ánimos para seguir escribiendo.
Un abrazo muy grande, Enrique.
Un muy buen relato, escrito a la manera de los antiguos escribanos, las bondades de este ya las han señalado los anteriores compañeros.
Abrazos marinos y mucha suerte.
Gracias María, me alegro mucho de que te haya gustado. Para allá te mando mis abrazos llenos de olas de salitre.