FEB151. PALETA EN BLANCO Y NEGRO, de Mercedes C. Velázquez Manuel
Poco a poco le fueron sacando diferentes tomas en distintas posturas y en diversas partes de su cuerpo. Que si una radiografía, que si una tomografía axial, un escáner o una gammagrafía. Su cuerpo iba recogiendo el color de la paleta que ofrecía las distintas radiaciones ionizantes que la física nuclear ofrecía. Otras veces le aplicaron el color del diagnóstico por imagen que no utilizaba las anteriores radiaciones, como la resonancia magnética o la ecografía.
En cada uno de los casos le fueron sacando, uno tras otro, una gran variedad de retratos. No creo que por esta razón su alma menguara, pero lo que no pudieron sacarle nunca fue su enfermedad.
Has conseguido sacarme una sonrisa, Mercedes. Y es que es verdad: con los modernos métodos, nos sacan muchas fotografías de nuestro interior, pero…
Un abrazo y que no falte el sentido del humor.
Muchas gracias Isabel por pasar y comentar. Todas estas fotografía(retratos) que nos van sacando darían para un buen album. Unas salen bien paradas y otras… pues se quedan ahí, tal vez a la mitad del camino. Un abrazo.
Me gusta, Mercedes, otra mirada al tema propuesto. Además bien expuesto y con su toque de humor.
Un abrazo.
Hola Susana. Estoy agradecida que te hayas detenido en mi relato. También por tu comentario. La verdad es que voy leyéndolos poco a poco y a salto de mata. Más bien rápidamente. Me gustaría comentar más pero no me es posible. Mi relato toma otra lectura y es la de retratar más el interior que no lo externo. Un abrazo, Susana.
Resulta que esa enfermedad que es la que en primer lugar urge, pòr muchos avances y tecnología que se aplique, no se consigue erradicar y de ahí, la fustración o más bien, la impotencia.
Besicos muchos.
Cuánta razón y cuánta verdad en tus palabras.Por ahí, por ahí van los tiros. Y es cierto, una cierta impotencia ante tanto adelanto y tanto progreso. Te doy las gracias por venir a comentar. Me gustan tus palabras. Un abrazo,
Otro comentario mío que se lleva el aire. A lo mejor Rosa ha tenido algo que ver 🙂
Me parece originalisisísimo y una verdad como una casa, tanta prueba diagnóstica para ????
Perdón, que se ha llevado el aire. Es que ya lo había comentado esta mañana, pero ha desaparecido…
Aurora, salieron los dos comentarios. Pero a veces la tecnología parece que tiene algún duendecillo cerca y le hace perder a uno la paciencia.Gracias por acercarte, leerme y dejar tu comentario. Entre tanta gente que participa, la verdad que alguien se pare a comentar es de agradecer y mucho. Sobre todo por la escasez de tiempo que todos tenemos.Saludos y un abrazo para tí.
Unhorabuena Mercedes, muy bien tratado y con delicadeza el tema de la falta de colorido en un radiografía, la verdad es que son tan tristes y negativas (nunca mejor dicho,ya que parecen siempre un negativo de una foto) .Te imaginas que en un futuro dotas esta pruebas diagnoticas fueran en colores. seguro que todo esto llegara, pero mientras seguimos en blanco y negro.
un saludo
Hola Puri. Espero que cuando eso llegue, el adelanto en la medicina sea bastante substancial. O por lo menos lo estamos esperando. Es cierto que hay mucho progreso…pero ¡falta tanto!. Lo cierto es que un mundo en color siempre es mucho más alegre que en blanco y negro. Te agradezco que hayas venido y me hayas dejado tus palabras en este espacio. Te mando un fuerte abrazo.
Ana, siempre al pie del cañón. Me maravillas.Tiempo para leer en profundidad, tiempo para comentar en profundidad, tiempo para compartir emociones en profundidad, tiempo para añadir simpatías y afectividades con todos… no sé que decir, porque este mes ni tan siquiera te he dejado un comentario a tu relato. Lo leí porque fue uno de los primeros. Ahora me queda agradecerte tu visita, tus palabras y tu generosidad. Ambas lecturas son muy buenas. ¡Cómo te metes dentro de las historias!. Gracias. Un beso.
Tanci, has fotografiado, el dolor y la impotencia, lástima que con el color no cambie, sólo puede con el de la esperanza.
Excelente relato.
Una brazo.
Hola Moli, me da mucha alegría tu comentario. Pues si se puede entender más que nada como una queja. Y esa impotencia tan humana que lo que nos lleva, tal vez, a una cierta fortaleza y aceptación. Te envío un abrazo y te agradezco tu visita.