75. PONIENDO RUMBO
Navegaremos por mares tranquilos. A ti que tanto te gusta hacer barcos de papel soplarás el velero hacia la brisa. Miraremos la estrella de los vientos para saber cual viento rola. Veremos crecer a quienes nos siguen, dejándolos cuando toque, ellos seguirán pisando la tierra aún. Haciendo castillos en la arena o jugando al corro de la patata. Seré feliz viéndote, viéndolos. Desde esta orilla. Caminaremos tocando los tonos azules del mar de tus cabellos que se van tornando como los días y los años en distintos colores. Porque ya hemos llegado al otoño. Seguiremos viendo la vida pasar. La ilusión deberá y será continua, no nos pararemos por el momento en cualquier estación no deseada. El camino andado ya es más qué el que nos queda por recorrer. No importa. Disfrutaremos del baile de los días. Bailaremos con los sabores de la calma, paladeando los olores que están por venir. Reuniremos los sonidos de las caracolas recogidas en la arena. Siempre en nuestros mares, quizás océanos para otros. Navegaremos. Ahora, ya no hay prisa.
Qué bonito y qué dulce, además ahora le puedo poner cara y voz a este relato, después de conocerte.
Ojalá la vida sea siempre como tú dices un baile en la orilla del mar, con la tranquilidad de ir cumpliendo años, aunque sean ya muchos.
Un beso grande.
Gracias Asun, yo también me alegro de conocerte. Tengo un buen recuerdo tuyo.
Gracias por comentar. Me pareció posible este micro para participar entre mares y océanos.
Besicos
Una pareja tiene la suerte de haber alcanzado una edad juntos, no sólo eso, han reunido lucidez sobrada para ser conscientes del momento vital en el que se encuentran y valorarlo en su justa medida, para llevarlo con júbilo y sin prisa. Una actitud que no puede ser más positiva. No sé dónde habrá que firmar, pero yo me apunto a esto, espero saber poner ese rumbo, aunque creo que tengo un buen modelo de quien tomar nota.
Un abrazo, Carmen. Suerte
Yo tampoco sé dónde firmar, lo que sí, sé es que ahora yo tampoco tengo prisa y escribir es una de las cosas que hay que hacer sin ella, la prisa.
Muchas gracias por tu comentario,amigo Ángel.
Besicos
Disfrutando juntos el ocaso de sus días o quizá ya, al otro lado. Es muy tierno y hermoso tu relato.
Suerte.
Besicos muchos.
A veces las palabras te llevan por la orilla de la ternura, siempre lo procuro, de lo demás siempre hay de todas formas.
Gracias por tus palabras tan amables, Nani
Besicos
Hola Carmen.
Preciosa, esta singladura por la vida que nos regalas. Me ha encantado ese acaparar sonidos de caracolas. Lindo de verdad.
Te deseo suerte.
Ton.
Muchas gracias Ton, por tu comentario, sí las caracolas suenan, comprobado..
Besicos
Qué bien te has paseado por la vida de tus protagonistas. Muy bonito, intimista, poético.
Me ha encantado Carmen.
Un abrazo y suerte.
Me alegra mucho que te haya gustado Rosy…
Muchas gracias por comentar.
Besicos
Se recorre la historia con la dulce melodía de tus palabras, sin prisa, con calma. Igual que tus protagonistas en el ocaso de sus días o quizás ya en la otra orilla.
Precioso Carmen. Da paz leerlo.
Un beso bonita. Suerte.
Si al menos da paz leerlo y suena a melodía. Yo me conformo…
Gracias MªBelén
Besicos
Carmen, no hay prisa, que la vida así se disfruta, con los sentidos abiertos y bien dispuestos a no dejar pasar apenas un soplo de brisa sin haberlo acariciado. Es precioso, felicidades por tu propuesta.
Un abrazo, amiga.
¡Muchísimas gracias Marta-Claudia!
A veces hay que sujetar la brisa para que no se escape.
Besicos, amiga.
Hola, Carmen.
Qué dulzura en todo el texto y qué delicia el final «Navegaremos. Ahora, ya no hay prisa».
Me gusta mucho, bonita.
Un abrazo grandísimo.
Muchas gracias Towanda por tu «dulce» comentario. Me alegra que te guste…
Besicos para ti, me encantó conocerte.