82. ROJA (Marcos Santander)
Lo vimos a través de las pantallas que habían sido instaladas en uno de aquellos recintos a modo de inmensas plazas preparadas, ex profeso, al objeto de cubrir las necesidades de reuniones decisivas o informativas. Podríamos ser en aquel momento unas cien mil personas de los casi medio millón de habitantes-viajeros que compartíamos, esperanzados y tristes, aquel vehículo espacial, uno de los muchos que habían construido para poner a salvo al uno por ciento de la humanidad en una Tierra a punto de ser calentada hasta su evaporación por su estrella madre, convertida en odiosa y asesina madrastra, que había acelerado su proceso estándar de conversión a gigante roja dejando sin argumentos a los científicos.
Ya estábamos libres de la gravedad terrestre y viajábamos rápido alejándonos del agradable refugio azul. Con los ojos fijos en aquella pantalla vimos, primeramente, cómo todos los océanos se convertían instantáneamente en vapor ocultando al planeta tras una gran nube blanca. Cuando esta se disipó pudimos ver, con los ojos hechos llanto, cómo todo lo que la Tierra contenía se incendiaba hasta desaparecer dentro de una llamarada mayor llamada Sol en la versión más cruel y roja que jamás dicha estrella había tenido.
Excelente Marcos, pensar que no es una idea descabellada y no sabemos que nos depara el futuro.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Moli, por tus palabras. No es que me guste demasiado la ciencia ficción, o cosas adyacentes, pero esta vez me ha dado por ahí. Es casi seguro que ocurrirá eso, pero en un futuro tan lejano que se sale, a todas luces, del alcance de esta humanidad que conocemos. La Tierra será borrada del espacio por un Sol creciente, pero a esas alturas imagino que ya hará muchisísimos millones de años que habrá dejado de ser nuestra perlita azul. Salud.
Menudo final para nuestra querida tierra. bien pudiera ser el guión de una superproducción americana.
Saludos.
Solo hay que esperar… para el final, no para el guión! Jajá! Gracias por asomarte a esta ventana. Salud!