FEB123. CUPIDO, de Mei Morán
Se habían casado por poderes. Ella aquí, él allende los mares. Así, la foto de boda parecía un parche. Al lado izquierdo la imagen de mi madre, robada al carnet de identidad. A la izquierda mi padre, de soldado. Cada uno miraba a otra parte. Como una premonición. En casa la vida fue un infierno. Sobrevivimos la infancia llorando o jugando ensimismados. A veces, en las visitas a mis amigas, observaba los retratos de sus familias y sentía punzadas en el estómago al ver tanta felicidad gráfica. Me costó siempre mucho conformarme con aquella injusticia. El tiempo, aliado del olvido, trajo a mi padre un alzheimer. Un día, atosigado por la nostalgia, saqué la cámara fotográfica. Les hice ponerse uno junto al otro y les dije que se miraran. Mi padre, con la enfermedad ya bien incrustada, tenía, sin embargo, un aire coqueto y mostraba mucho interés. El encuadre era perfecto. Después de la sesión de fotos, ruborizado y en voz baja, papá me preguntó: -¿Y esa mujer tan guapa quién es? ¿Por qué no me la presentas?.
La dureza de tu historia se esconde detrás de la ternura, me ha gustado esta frase especialmente: «el tiempo aliado del olvido».
Gran micro, Mei.
Un abrazo.
Me ha gustado tu relato y también la actuación de tu protagonista que toma las riendas de su vida al dar la vuelta a la situación haciendo la fotografía de la felicidad tan deseada. Tal vez las palabras que pronuncia su padre al final, la reconforte.
Un abrazo y suerte.
Mei, la vida, incluso al final, trae nuevas oportunidades, y a veces, mejores. Suerte y saludos.
La historia es muy triste, aunque me parece que al final das una pinceladita de luz al sugerir que incluso en las situaciones e historias más amargas a veces puede germinar un poco de ilusión. Saludos.
Me gusta la primera parte, es simpática la descripción de la fotografía, así como la felicidad e injusticia gráfica, y el intento de la hija, años después, de deshacer el entuerto. Pero es que el giro final no tiene nada que ver con el conflicto planteado. Seguro que es problema mío. Con cariño. Suerte a fin de mes.
Sabemos que la protagonista siempre anheló otra familia. Quizá con esa enfermedad que hace que el padre se olvide de todo consiga su objetivo
Un abrazo.
Comparto la opinión de Ximens.
Me has recordado un micro que tengo escrito de hace tiempo. Muy bien dibujado el tema, y sencillo nos adentras en esta tristeza que revive en un nuevo comienzo.
Un saludo
Gracias a todos por vuestras apreciaciones
… en muchos países, y hasta en Europa hasta bien poco, estas bodas «arregladas» por las familias…
hace tiempo leí de un chino una reflexión muy curiosa que decía algo así:
«vosotros los europeos ponéis una olla de agua hirviendo sobre una vela… no es de extrañar que con el tiempo se vaya enfriando…
nosotros los chinos ponemos una olla de agua fría sobre una vela… con el tiempo el agua se ira caldeando…»
Amigo Ximens, creo que sí es problema tuyo en este caso. Tal vez necesites leer el título y comparar su supuesta aparición al comienzo del relato y en la escena «paralela» del final. Tremendo, Mei. Me gustó.
Un Cupido que llega muy tarde y esa hija que anhela que el amor hubiera hecho acto de presencia muchos años antes. Esa boda por poderes que otorga la distancia física para toda la vida
Mucha suerte, Mei
Y es que a veces necesitamos olvidarnos para conocernos, tristemente.
Muy bueno Mei, una selección muy merecida.
Un abrazo.