26. La curva. El Moli
Fue aquel día, en que sólo, distanciado del pelotón que lo perseguía con sus ansias de triunfo que eran inmensas, creyó que cumpliría su sueño.
Había trabajado mucho para llegar a ese momento, representaba tanto para él, lucir los colores de su país.
Participó en las eliminatorias durante todo el año, ganando su lugar en la nómina. Maravillado entró en la villa olímpica, mezclándose con sus ídolos.
El aliento de la gente daba bríos al joven ciclista para continuar ascendiendo la montaña como puntero de la carrera, no le importaba el dolor, era su momento. Tras coronar la cima como una ventaja importante comenzó el descenso.
Había soñado descender raudo a esa velocidad, todo a su lado pasaba demasiado rápido sin darle tiempo a pensar, hasta que llegó a esa curva…
Junto al casco y las zapatillas, ese cuadro en la pared es el reconocimiento que le dieron por su esfuerzo. Lo observa en su eterno lecho, mientras añora en su rostro, el viento que ya nunca volvió sentir.
Aunque no parece pago suficiente por lo irreversible de las consecuencias, por los menos consiguió alcanzar, de algún modo, lo que tanto había anhelado. Algunos, en toda una vida, no logran ni acercarse. Enhorabuena y un saludo.
Un sueño muy caro pero al menos queda un recuerdo para quienes lo admirarán por haberlo intentado.
Un abrazo Jesús y gracias por tu comentario.
En algunos deportes, en especial en el ciclismo, es necesario asumir riesgos para intentar llegar allá donde otros no pueden. Pero jugar a superar los propios límites puede conllevar no pocos riesgos. Son apuestas fuertes que pueden resultar o no, de las que con suerte se sale ileso e incluso triunfante o, en el peor de los casos, como tu malogrado protagonista, víctima de una de las disciplinas más exigentes.
Te mando un abrazo, Moli y, aunque sé que tu propósito al escribir no es el de competir, también quiero desearte suerte.
Gracias Ángel, ¿se nota que llevo en la sangre el ciclismo? Conozco muy bien los riesgos y las mieles del triunfo.
Un gran abrazo.
Gracias querida Ana, sólo quienes lo intentan saben lo que cuesta llegar pero siempre vale la pena, aun con resultado adverso.
Un gran abrazo, el libro sigue esperando mi decisión.
Al final de la historia nos damos cuenta que estamos contemplando un recordatorio, y con él la vida de un deportista que como otros tantos se fueron persiguiendo un sueño. Quizás a un paso de alcanzarlo. Me ha gustado como has atrapado ese momento. Mucha suerte !!
Muchas gracias Juan por ser ta consecuente conmigo, aunque no lo diga este relato tiene un fondo de realidad.
Un abrazo.
Hola, Moli.
Un corredor que no supo medir los riesgos. Una vida rota por ese afán de superación. Un esfuerzo que merecía laureles y que truncó sus sueños.
Una historia dura que conmueve y que es un homenaje a todos aquellos que se quedan en el camino.
Un abrazo grandísimo y mucha suerte, Moli.
Tal como tu historia en una manera de rendir homenaje a esos héroes anónimos que luchan día a día para destacar.
Sin quererlo coincidimos en el tema.
Te dejo un gran abrazo y muchas gracias por estar siempre.
Luis, en la vida ocurre pocO mas p menos lo mismo, nos la jugamos y no siempre para bien; bien contado. Suerte y saludos
Gracias Calamanda, la realidad supera la ficción.
Un abrazo.
Me ha encantado cómo has mostrado ese coraje y esa ilusión, pese a las consecuencias trágicas. La perspectiva del perdedor, aunque no tanto, porque lo has dignificado. Besos y suerte, Moli, un relato que no deja indiferente.
Gracias Belén, tuve la suerte de saber que se siente tanto en el triunfo como en la derrota. Así también lo que cuesta llegar.
Un abrazo.
Dicen que solo el que arriesga gana, pero también puede perder. Triste final a tanto esfuerzo.
Un saludo, Moli, y suerte.
Sólo les pasa a quienes arriesgan por eso el triunfo sabe a gloria.
Muchas gracias por pasar por mis letras.
Un abrazo Margarita.
Me quedo con un detalle de tu buen relato, Moli: el ciclista echa de menos sentir el viento en su cara. Esa sensación de libertad en la bicicleta es increíble. Lástima de que el sobreesfuerzo haya llevado al protagonista a ese estado de postración.
Un fuerte abrazo.
María José
Gracias María José. El viento en la cara es una sensación única y la sensación de libertad que da la ruta no se puede explicar.
Te dejo un abrazo.
Una historia que esconde un afán de superación cada día hasta lograr llegar a su sueño. Un esfuerzo en cada pedaleo para alcanzar la cima, un descenso que acaba con el accidente que truncó su vida. Desde esa cama recuerda y siente esa brisa que yo podrá disfrutar.
Buen relato, bien contado, te metes en la piel de ese ciclista y con él recorres el camino en cada línea.
Suerte y un abrazo .
Gracias M. Belén, es la historia de un sueño truncado en un instante de desconcentración, y después la nada…
Un abrazo.
Pues ya te había dejado mi comentario, pero no debió de subir 🙁
Bueno, decía algo así :
Un relato lleno de optimismo y ganas de superación hasta el final, cuando descubres que el protagonista solo vive del recuerdo… Pero, y lo feliz que fue mientras conseguía sus sueños!!! Por lo que consigues que al lector le quede un regusto agridulce muy bien logrado.
Un relato que crece por puro contraste!!!
Un abrazo grande para ti, Luis.
Muchas gracias querida amiga.
Un abrazo.
¡Qué final tan poético, para terminar una historia de superación!
Me ha encantado como lo has enfocado y el clima creado en el desarrollo de la historia.
Un saludo bajo el sol abrasador.
Gracias María, la poesía al parecer le quita dureza al drama.
Tu sol dará un poco de calor a este invierno que vivimos aquí.
Un abrazo.
Bien, Moli, cuántas curvas se presentan en los atletas y las personas en general. Suerte.
Siempre están amigo, depende de nosotros como las tomemos…
Un abrazo.
Buen relato con final trágico. Pero hay tantas curvas en la vida…
Suerte
Es la vida, depende mucho de la suerte y la mesura como enfrentemos esas curvas.
Un abrazo.
Montar en bici es muy bonito, pero competir en carreras o en vueltas, es de lo más agotador. Al verlos correr me transmiten su fatiga y peligro.
Así que comprendo muy bien a ese personaje que nos presentas, descrito con tu léxico tan especial.
Mis mejores augurios para el micro, Moli
Muchas gracias María Jesús, es algo que he vivido desde mi juventud y se lo que se siente.Hoy ya lejos de la competencia lo vivo con la misma intensidad.
Un abrazo.
Vaya, triste final para el ciclista… Es cierto que algunos deportes como el ciclismo comportan cierto riesgo, y hay quienes lo comprueban en los entrenos por carretera con coches.
Quizá tu protagonista pueda conseguir algún tipo de vehículo con el que notar ese viento en la cara, pues están adaptándolos a muchas discapacidades.
Saludos!
Carme.
Gracias M. Carme, muchos deportes son propensos al riesgo, las secuela de algunos no admiten otra oportunidad y el protagonista queda impedido.
Aún así, nos arriesgamos en pos del triunfo.
Un abrazo.